* ¿Cómo es que crece el robo por hambre, el saqueo, la violencia? ¿Cómo equilibran, para las estadísticas, el ingreso de Iztapalapa con el de Las Lomas, o El Pedregal, o San Ángel? Evaluaciones de este tipo sólo se miden con el poder adquisitivo, y aquí la diferencia es insultante. Unos pueden comprarlo todo, otros nada. Este es el ejercicio de la auténtica, la verdadera libertad
Gregorio Ortega Molina
Resulta que la conseja popular dio en la diana: todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros.
Por nota de Excélsior, adobada con información del Inegi y Conapo, nos venimos a enterar de que la fosa que nos separa a unos y otros de los que aquí vivimos, se llenó de aguas negras y se hizo más ancha y profunda, al obtenerse mayor crecimiento del ingreso per cápita en las entidades más desarrolladas, mientras las más pobres se hunden en la miseria.
De ser verídicas las cifras en que se sustenta lo dicho, entre 2003 y 2016 la Ciudad de México, Nuevo León, Sonora, Querétaro y Aguascalientes tuvieron un crecimiento del indicador superior a aquellas entidades que tienen menor PIB por habitante. Pues sí, bien lo escuchamos hasta el cansancio en las películas de Ismael Rodríguez: el que nace pa’ maceta no pasa del corredor.
Aquí es donde la puerca torció el rabo, porque comprar esta verdad es difícil. Sostienen que la ciudad de la esperanza registró 2.7% de crecimiento promedio anual del PIB per cápita durante esos 13 años; Nuevo León 1.7 por ciento, Sonora 1.8%, Querétaro (de Ricardo Anaya Cortés) 3 por ciento, y Aguascalientes 2.9 por ciento.
¿Cómo es que crece el robo por hambre, el saqueo, la violencia? ¿Cómo equilibran el ingreso de Iztapalapa con el de Las Lomas, o El Pedregal, o San Ángel? Estadísticas de este tipo sólo se miden con el poder adquisitivo, y aquí la diferencia es insultante. Unos pueden comprarlo todo, otros nada. Este es el ejercicio de la auténtica, la verdadera libertad.
Con el propósito de encontrar el origen de esta distancia entre unos mexicanos de primera y otros, el reportero de Excélsior entrevistó a Valeria Moy, directora general del observatorio México, quien nos explica que el primer factor que propicia las disparidades regionales es la calidad de la educación.
Indicó que “el tema sindical en el sector educativo del sur del país es un elemento que afecta el desempeño estatal. Oaxaca es el ejemplo palpable de ello, pero pasa también en los estados de Guerrero y Chiapas; aseguró que cuando un territorio tiene capital humano sin capacitación se requiere mejorar la calidad educativa, pero ¿cómo se hace si los profesores no saben lo que enseñan?”
Los únicos responsables de la educación pública que han movido a este país fueron José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, a Porfirio Muñoz -cuyo Plan Nacional de Educación fue al basurero de la historia- no le dieron tiempo, porque hubiera contribuido a dar sentido humano al proyecto de nación, que hoy está desfigurado.
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