* La Constitución de México establece que el salario mínimo debe ser suficiente para satisfacer las necesidades básicas de un jefe de familia, pero se conculca
Gregorio Ortega Molina
En estricto sentido y siempre en consideración al beneficio de los mexicanos en su totalidad, el balance económico del sexenio de EPN es negativo, como lo son los gobiernos de sus cuatro antecesores: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.
Claro que la afirmación se sostiene. De acuerdo a una investigación de la UNAM dada a conocer por Excélsior, la capacidad de compra de las amas de casa que han de poner comida en las mesas para sus hijos y otros familiares, en los últimos 30 años perdió el 81 por ciento. Todo aserto en contra es ficción.
Hace tiempo que dejamos de cantar con Pedro Infante: Oye Bartola, ahí te dejo esos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz, con lo que sobre…
Imposible dar vuelta a la página y mirar con optimismo lo porvenir, esperar sentados los beneficios de las reformas estructurales mientras el futuro se angosta y los mexicanos menores se convierten en buenos para nada o engrosan las filas de sicarios y narcotraficantes. El sol no se tapa con la paciencia que se agota, o como escribió Publilius Syrus: “A la fuerza de soportar mucho, llegará lo que no puede soportarse”. ¡Aguas con la reacción del desencanto! El hambre es mala consejera.
Se hace constar por la nota referida: “En noviembre pasado, el Gobierno mexicano decidió subir el salario mínimo de 80 pesos (4,2 dólares) a poco más de 88 pesos (4,6 dólares). Entonces, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que no se trataba de un <<ajuste menor>>. Sin embargo, un grupo de investigadores del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, argumenta que desde hace 30 años las alzas del salario mínimo mexicano han sido insuficientes para aumentar el poder de compra de los trabajadores. En las últimas tres décadas la pérdida acumulada del poder adquisitivo de un trabajador en México, es del 80,8%.
“El estudio México 2018: otra derrota social y política a la clase trabajadora; los aumentos salariales que nacieron muertos, compara la evolución del salario mínimo con los precios de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), formada por 40 alimentos necesarios para satisfacer a cuatro personas. Hoy tiene un precio de 245 pesos (12,7 dólares), un valor que supera en casi tres veces el salario mínimo.
“La Constitución de México establece que el salario mínimo debe ser suficiente para satisfacer las necesidades básicas de un jefe de familia, pero se conculca. ¿Cómo es posible decir que 88 pesos es suficiente para lo básico?”
Lo más preocupante, casi diría angustioso, es que el discurso de los tres precandidatos a la Presidencia de México anuncia una continuidad en la profundización de la pobreza, imparable. Bartola se murió de hambre.
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