Claudia Rodríguez
Son repetidas las reseñas de cómo individuos, organizaciones e instituciones, señalan que el gasto directo en combustibles, afecta su actividad.
Es común escuchar que algo no llegó a alguna tienda de abasto porque no hubo posibilidad de poner gasolina al transporte. El servicio de limpia empieza igual a dejar de trabajar con regularidad, porque simple y sencillamente no se les proporciona a los operadores de camiones, la gasolina necesaria para circular, y así se suman las historias de cómo se hace imperativo ahorrar en gasolina, energía y combustibles de todo tipo. Sin contar el costo extra que nos implica a todos, la compra de un producto terminado por el mismo encarecimiento de los energéticos.
Cuando desde el Instituto Nacional Electoral (INE), en voz de Bogart Montiel, director ejecutivo de administración, se destaca el necesario ahorro en distintos rubros para ajustarse al presupuesto otorgado y remarca los 800 millones de recorte; además que insiste en un imperativo ahorro de gasolina para tratar de apegarse a los recursos con los que cuenta la autoridad electoral, se entiende que la carestía nacional no sólo en lo individual, sino incluso a nivel institucional, nos pone aún más en riesgo para que la mafia en el poder violente toda aspiración y voluntad de la sociedad.
Sí ya es tarea titánica no sólo emprender un negocio, sino incluso ser cliente de cualquiera de estos; imaginar que la carestía nos intenta robar hasta el ejercicio de nuestro voto, es ya una agresión suprema.
El INE, autoridad encargada de la organización de los comicios, avisa a su plantel humano de manera general, de la restricción de telefonía celular, del arrendamiento de automóviles, de que se congelarán plazas –con excepción a las correspondientes y temporales, necesarias para el trabajo que implica el proceso electoral federal de este 2018–, pero sobre todo, del recorte del gasto en gasolina que se ha vuelto uno de los más oneroso para el Instituto.
He aquí, que ya se señala que esa restricción afectará desde el mismo proceso de credencialización, hasta la propia instalación de casillas electorales; porque nadie cree que la planta ejecutiva y dizque ciudadana del INE, permita ver afectadas sus prestaciones como la de la telefonía celular para que Lorenzo Córdova, consejero presidente pueda despotricar y burlarse de nuestros indígenas, y además disponer de recursos para iniciar una denuncia penal por intervención de llamada privada.
La carestía, hermana de la pobreza y de los nefastos programas de educación, pretenden dejarnos fuera de cualquier decisión en la vida política del país; y lo peor, es que a la vista con 65 millones de mexicanos en pobreza y muchos más que en esa ruta vamos; lo están logrando.
Acta Divina… “El país está lejos de tener crisis de finanzas públicas”: presidente Enrique Peña Nieto.
Para advertir… Es una agresión indignante que quienes nos gobiernan nos roben tanto, cuando cada vez tenemos menos.
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