Francisco Gómez Maza
• Feo símbolo de una patria patas pa’rriba
• Y los partidos ofrecen más de lo mismo
El Águila nacional bocabajeada, patas pa’rriba, de cabeza, feo símbolo, entre otros muchos, de que los mexicanos, la mayoría, están en la lona y en la joda y a nadie de arriba le importa- Ellos están en lo suyo. En el saqueo y buscan la manera de perpetuarse en su arabesca cueva:
La gente del pueblo, o está desempleada, o tiene un empleo injustamente remunerado, o se va de indocumentada a enfrentar el odio racial de los güeros, a pesar de que somos prietos y apretamos.
Un empleo para algunos, que no les resuelve mucho su vida de austeridad y privaciones de lo vital, de lo indispensable y de lo necesario. Y mucha violencia, mucha muerte, muchos cementerios clandestinos, ante la mirada indiferente de los del poder. Iba a calificarlos de hombres, hombres del poder, pero ya estoy dudando de su naturaleza humana; si son humanos o brutos, aunque brutos como mi perro son más entendidos que esos humanos de nuestra orweliana granja.
Para ellos, el país es jauja, y sí, es jauja, pero para ellos porque no sólo lo tienen todo sino que se atascan de lujuria, de placeres superfluos, de millones robados al Erario, mientras las mayorías carecen de lo estricto, como advirtió el poeta Salvador Díaz Mirón (1853-1928).
Para los mexicanos que sólo tienen su fuerza de trabajo manual o intelectual, este país bocabajeado, patas pa’rriba, de cabeza, es jaula en donde florecen la pobreza, la miseria, la indigencia, el hambre, la enfermedad y la muerte.
Pero para las clases dominantes de la partidocracia, y hasta de gente del pueblo ignorante, no tiene la menor importancia la agudización de las contradicciones sociales y económicas de esta sociedad marcada por la corrupción, la impunidad, la simulación y el cinismo. Una sociedad de corruptos, impunes, simulares, cínicos. Qué horror. Es eso comunismo, chavismo, madurismo, castrismo, terrorismo (cuando los padres de éste son los mismos gobiernos de los estados capitalistas).
Pero los mexicanos están a las puertas del más importante parteaguas no habido desde hace 118 años entre el estallido de la fallida revolución del espiritista Francisco I. Madero y el reinado del gobierno más irresponsable que he visto en el poco más de medio siglo que llevo escarbando esta dolorosa realidad mexicana. (irresponsable es el que no responde en contraposición al responsable, que sí responde conscientemente, valga la redundancia, responsablemente).
La Auditoría Superior de la Federación, por ejemplo, no es ni fidelista, ni comunista, ni chavista, ni madurista. Es una institución de la Cámara de Diputados, controlada por una mayoría oficialista. Y la corrupción de este sexenio, la gran corrupción, está documentada por contadores, por economistas, por expertos en números negros y números rojos. Y, qué triste. Han encontrado muchos números rojos en las cuentas presupuestales, sobre todo en el sector social. Se usa el dinero para simular que se apoya a los pobres, pero lo que se logra son pingües negocios y el dinero desaparece de la faz de la tierra.
Pero ya vimos. A nadie le importa que el Águila haya sido bordada al revés, de cabeza. El mundo al revés del gobiernito, como lo ha calificado mi tocayo Paco Rodríguez. Pero algo va a pasar. El país entró en una etapa peligrosa, pero peligrosa para las clases dominantes. Se presiente que los mexicanos están como en una víspera de un gran y dramático acontecimiento. La liga no da más. Está muy tensa. Y va a reventar.
Está México en una larga noche y ya apuntan los primeros rayos de la luz que anuncian un nuevo amanecer. Y no me tache alguien de tonto profeta. Es obvio lo que ocurrirá.
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