Tenía mucho tiempo que en los comederos políticos de la CDMX no se congregaban tantos destacados priístas con el alma en pena. En las mesas se advierte y se declara el sabor amargo de una derrota adelantada, que suena a burla propia por el demérito adicional que los dirigentes tendrán ante sus pueblos y seguidores, después de haber sufrido el desprecio de su partido.
Afirman que esta apabullante derrota puede ser sin dignidad. Que no es lo mismo perder después de haber luchado con denuedo, con el apoyo de su dirigencia nacional, a perder sin debería ni temerla. A perder, después de haber sido despreciados por su dirigencia cupular, hechos a un lado por consejos de los improvisados, que nunca han visitado siquiera una casilla electoral.
Lo único que buscan en su desesperación los claudicantes es saber que no están solos en su desdicha y en sus argumentos. Quieren sentir el apoyo de sus congéneres. Oír de su propia voz que el clamor es nacional, que no están equivocados en sus predicciones, que la derrota no se podrá atribuir a sus méritos injustamente desplazados. De lo demás, Dios dirá, dicen.
No hay partido, ni candidato, ni gobierno que los sustente
Si el interlocutor es proclive a la empatía, concluye que ponerse en sus zapatos es verdaderamente vergonzoso. Serán los responsables de la derrota sin haber tenido vela en el entierro. Nunca mejor dicho. Hasta dan ganas de tener manera de recomendarlos con los contrarios, si éstos se arriesgaran a cobijarlos, cuando el ruido de las panoplias y el anuncio de las trompetas de la victoria es inminente.
Dirigentes obreros, ameritados, campesinos combativos, cuadros territoriales del partido en el poder que vivieron los momentos de resurrección y gloria de su franquicia, se encuentran en medio del páramo, de un siniestro que evoca fantasmas de lo que fueron y ya no podrán ser. Sus carreras se encuentran a diez minutos de su conclusión inesperada.
Se basan en estudios llevados a cabo sobre el terreno en diversos estados de la República les han señalado que los afanes del pringao Meade no podrán arrojar un resultado por arriba del 20% de los votos existentes en la lista nominal de electores. No hay partido, ni candidato, ni gobierno que los sustente, expresan. Nadie puede ofrecer lo que no tiene.
¿Apoyar a Anaya, para subirse al tren, y abandonar a Meade?
Los mismos estudios que los han convencido de que aún integrando a los cuadros ganadores de siempre, los que han sido hechos a un lado, a estas alturas del partido sólo podrán aportar cuatro puntos más a la desgracia. Ni pa’ dónde hacerse. Pasó el momento de que los gerifaltes de Los Pinos puedan convencer al electorado que están unidos, que el candidato es suyo, que hay que apoyarlo. La gente ya no les responde.
La fallida estrategia de Videgaray de sumar al candidato del PRI las declinaciones de los independientes convencidos por sus maletas de dinero un mes antes de la elección, ya es impensable. Al saberlo, la gente no les daría ni los cuatro puntos que ahora presumen tener.
De igual manera, la otra estrategia del mariscal electoral de Atracomulco, consistente en apoyar al candidato del Frente, Ricardo Anaya, para subirse al tren, dejando abandonado a Meade El Breve, ya no es posible. Lo harían perder irremisiblemente a la hora que la población supiera de la artimaña. No está el horno para bollos.
Duelo de apechugar el fracaso a contrapelo de sus afanes
Aceptan los priístas plañideros, no sin resignación, que la corrupción desenfrenada de Peña Nieto los ha llevado al abismo. La gente en todo el país ya no quiere saber nada del atracomulquismo ratero, de los mexiquitas infames, del toluquismo depredador que ha clavado los últimos hoyos del ataúd político, que ya se ve en la procesión rumbo al cementerio de la historia reciente.
Ha sido grande el insulto nacional hacia los cuadros probados. Se les pide desde la oficina del Clavillazo Ochoa Reza que colaboren en los acarreos tumultuarios , que lleven a su gente a los mítines del pringao, pero que antes que éste arribe al escenario, desaparezcan, se vayan, para dejarles la medallita a los noveles.
Los presentes en los comederos asienten. Así ha sido, señalan, el daño está hecho. Lo han sufrido en carne propia también sus gobernadores en los estados durante la precampaña. Nadie quiere ya aparecerse, ni antes, ni durante, ni después. No hay una sola consideración hacia los operadores, mucho menos habrá reconocimiento. Sólo el duelo de apechugar la derrota a contrapelo de sus afanes.
Daño consumado: los noveles no saben pedir ni saben dar
Presente, un sólido político ex coordinador de la Comisión Nacional de Ideología en recientes campañas presidenciales, comenta: en política hay cosas que no se pueden comprar con dinero. Quien sabe pedir, debe también saber dar. Una cosa y otra no pueden contraponerse. Falta el oficio, el tono, el apapacho, el convencimiento en corto de cómo deben hacerse las cosas. Fuera de protocolos y de soberbias. Todo eso ha estado ausente. Los rebaños priístas no se sienten representados, ni escuchados. Pasó el momento de siquiera intentarlo. El daño está consumado.
Aún más: el preso no está preparado para la ejecución. Cree que todavía tiene recursos. La bravata lanzada por Meade en el mitin toluqueño de cierre de la precampaña es aparte de bravero, irrisorio. Dijo que el PRI va a ganar la elección presidencial cómo lo hizo para empoderar a Alfredititito en el Estado de México.
Eso es no saber ni dónde está parado, ni el tamaño del ridículo que está haciendo. Preguntando a los asistentes, políticos destacados de toda la vida, obtiene de inmediato la respuesta: no se podrá. Si ganar el Estado de México supuso un despilfarro de 70 mil millones de pesos, aparte de las violaciones constitucionales de rigor, no habrá dinero para repetir el numerito en todo el país.
Además, para robarse una elección nacional, se requiere de hábiles operadores en todo el territorio. Grandes mapaches ojerosos y atrevidos que ya no existen en las filas del PRI. Todos se fueron, en búsqueda de oportunidades y reconocimientos a otras franquicias. Se han quedado más solos que la una.
Sólo han deseado el poder pero nunca lo han peleado ni disputado
Estados completos en las próximas elecciones de gubernaturas están perdidos de antemano: Yucatán, con un panismo renacido; Morelos, en cuarto o quinto lugar de las preferencias; Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, CDMX, Chiapas, ni pa’ dónde hacerse. Todos están perdidos, sobre todo los de mayor padrón. Panistas, perredistas y, ante todo, morenistas, realmente imparables. Suena a réquiem.
Las elecciones emblemáticas que habían sido ganadas en el pasado, con operadores políticos de postín, como El Hereford Artemio Iglesias en Chihuahua, se ganaron apretadamente con uno o dos puntos de ventaja final, gracias a operaciones a pie y atrás de urna, realmente memorables. Anécdotas del pasado, pues los actuales dirigentes priístas no conocen ni la forma de las urnas, menos la de las boletas, mucho menos los resortes de sus militantes para asistir a la cita con la democracia imaginada.
Ellos saben de jugosas comisiones, de moche$ en despoblado y en lo oscurito, sin más testigos que su conciencia retorcida, de la meta del escritorio y del presupuesto indefenso al que quieren seguir sangrando. Pero de ahí a saber cómo se gana una elección, hay un largo trecho. El poder es eso que sólo han deseado, pero nunca han peleado ni disputado, ni ejercido. Para ellos, el poder es sólo un maná para favoritos.
El PRI lanzará cataratas de estiércol de abril a junio; se le revertirán
Sólo falta un cerrojo más a la tumba del insepulto: la larga lista de candidatos plurinominales del partidazo, en donde seguramente Videgaray, Meade y Peña Nieto querrán colar a todos los impresentables, a los forajidos de la pandilla en busca del ansiado fuero. Será el desastre general, y no hay reversa.
Lo único que podrá tener reversa es el ventilador abierto para dispersar las cataratas de estiércol que se avecinan de abril a junio, operación desesperada en la que las heces fecales emitidas por el PRI lo más seguro es que salgan para atrás, en un búmeran esperado. No tienen la calidad moral ni los operadores para lanzarla en otra dirección. ¡Ups!
Si esa es la estrategia del Jefe Videgaray, ya puede Peña Nieto echar sus barbas a remojar. La víctima será él, a la punta de la estampida de los cuadros superiores de Atracomulco que esperan ya sólo la sentencia del pueblo desde las urnas.
¿Usted está listo para emitir tal veredicto?
¿Tiene en regla su credencial de elector?
Índice Flamígero: Escribe don Rafael Segura Millán desde Coatepec, Veracruz, comentando la colaboración intitulada Candidaturas que hacen pensar en que #YaSabesQuién no quiere ganar: “Con verdadero asombro nos hemos enterado en los últimos días quienes formarán parte del legislativo representante del partido de ‘ya sabes quién, lo que verdaderamente hace suponer que este Caleb (como lo llamó el dirigente de su partido aliado anti natura de ultra derecha) prefiere no llegar a la presidencia de este destrozado país. ¿Será que éste, ahora sí me creo lo de mesías, piensa que la creciente indignación contra todos los políticos no le concierne? Por todas partes lo que clama nuestra sociedad es un cambio radical del sistema y que los políticos tradicionales se vayan, pero a la cárcel, pues casi todos tienen tremenda cola que les pisen. Necesitamos nuevos representantes políticos que vengan de las capas que conviven directamente con la población y no aquellos, como los que ahora nos proponen los tres, ahora sí coronados, candidatos por las tres coaliciones de mezclas no solubles, como las que estamos viendo, que siempre han lucrado desde las ‘alturas’ del sistema sin conocer ni por asomo alguna necesidad popular ni haber tenido algún roce con la ‘chusma’ (que en realidad desprecian). Además, vaya con las propuestas de (pre) campaña que nos han atiborrado los tres ‘grandes’, que ya quisieran ser como aquellos legendarios tres chiflados. Lo único que nos han dejado fueron los adjetivos y adverbios sobre el combate y las características de la corrupción. Uno la va a combatir como loco, el otro implacablemente y el ‘ciudadano’ parece ni conocerla, pues como sólo ha realizado funciones de oficina desde un escritorio da la impresión que vagamente le han platicado de ella. ¡Mucha sustancia, como vemos! Lo que sí los muestra de forma transparente es la selección de sus propuestas para los cómodos puestos de representantes plurinominales. Nada de esfuerzo para ganar ni una penca de plátanos que sería mejor aprovechada por cualquier simio. Está claro que son más de lo mismo y no podremos esperar algún cambio ni siquiera superficial al batidillo constitucional en el que ha acabado nuestra ley suprema con tanto parche a más de cien años de su promulgación. ¡Y ni así la respetan y menos la cumplen! Ahora sí estamos en un verdadero dilema por quién votar. Los tres aspirantes representan lo mismo y los otros tres que nos ofrecerán como alternativa ‘independiente’ (?), mejor ni pensar en ellos. Muchos que pensábamos que, por lo menos había uno que podía representar una posibilidad de cambio, ahora se nos presenta como un sueño fallido y esa votación masiva para evitar el fraude tan anunciado hasta por el hijito de don Arnaldo parece que no nos conducirá más que a un callejón sin salida. Pobre México, habrá que seguir trabajando por fuera de este sistema político corrupto para lograr un cambio. Reciba un saludo cordial desde esta monarquía tropical, en donde el apellido Yunes aparecerá en todas las boletas representando a varios partidos para el mismo puesto. Así es la vida en el trópico.” + + + Y desde Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez dice: “Ya terminó la precampaña y estamos en plena intercampaña, que durará hasta el 29 de marzo, y al día siguiente iniciará la campaña en serio, así que vayámonos preparando. Esta última terminará el 27 de junio y desde el 2 de julio iniciará una más, de la que casi no se habla: la postcampaña, pero sí existe y su final lo marcará el inicio de la precampaña correspondiente a la elección presidencial del 2024. Los tres candidatos presidenciales que conocemos hasta la fecha, han dado bastante de qué hablar. AMLO, que le ha dado la bienvenida a gente muy cuestionable, cambió uno de sus lemas principales, como bien lo ilustra el monero Hernández, y ahora. ya no es ‘Primero los pobres’, sino ‘Primero los votos’. Entre sus nuevos acompañantes destaca el que es un verdadero trucutú de la política, un tipo exageradamente rudimentario, Cuauhtémoc Blanco. Quizá López Obrador lo haya llamado para que a sus enemigos les ejecute una de sus mejores jugadas: la Cuauhtemiña 2, que consiste en que levanta una pata y desaloja el líquido de su vejiga. La pelea entre El Púas Anaya y El Copetes Peña está en todo su apogeo y es de tal fuerza el golpe que le acaban de dar al candidato de Por México al Frente, que posiblemente se le declare un nocaut técnico. ¿Quién quedaría como sustituto? Hay uno que sería ideal pero no cuenta con la edad necesaria: el niño Yuawi, que canta el promocional del Movimiento Naranja, único punto a favor que tiene esta unión amorfa que hicieron PAN, PRD y MC. Y El Palomito Gris, no da una, da las dos. Meade llamó para que maneje su publicidad a gente experta en mierdología y ya se están viendo sus resultados. Empezó a asesorarlo gente que ni bañándola en el perfume más caro se le podría quitar su pestilencia a dinosaurio. ¿Se decidirá EPN por un cambio? Posiblemente sí, pero si lo hace que no coloque a ninguno de los políticos tan desprestigiados que rodean al PRI, mejor que escoja a la esposa de Meade, ella sí es carismática.”
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