Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Gobernaba el universalmente reconocido como Héroe de la resistencia francesa: Charles de Gaulle. Superado el colapso económico provocado por la ocupación nazi, Francia tuvo en los años 60 una década de prosperidad; excluyente, según continuamos:
Enero de 1968, sin embargo, arrancó con el registro de 500 mil desempleados. La olla estaba hirviendo desde el año anterior.
A remolque del Partido Comunista se había incubado un poderoso movimiento obrero. Su bandera era el combate a la sociedad de consumo, sólo para referirnos a una causa genérica en la que subyacía todo un programa de acción.
El bullicio alcanzó la pequeña comunidad de Nanterre; apenas unos 20 mil habitantes. Era el enclave, no obstante, de una inquieta universidad identificada con el mismo nombre.
A media primavera del 68, el indómito espíritu francés, nunca agazapado, soltó las amarras: El quinto mes quedó en los anales de la Historia con mayúscula como el Mayo francés.
Fue el detonante de una explosión juvenil, en cuyo centro de gravedad estuvo la mayor huelga general que hasta entonces recuerde Europa: Convocó a nueve millones de trabajadores.
¡La inteligencia al poder! fue la proclama que encendió las moradas del trabajo y los centros de estudio y estuvo a punto del incendio revolucionario. La sociología política codifica ese movimiento como ruptura generacional.
Tambaleante, De Gaulle convocó a un referéndum en el que puso en juego su permanencia en el poder. Ganó el No: Cayó el Héroe de la resistencia y creador de la Quinta República.
Cesó el rayo, pero el trueno envolvió el continente europeo, trascendiendo sus fronteras.
Así se incubó “el huevo de la serpiente”
El trueno retumbó en México. Desde la segunda mitad de la década de los 50, la acción unitaria de diversas centrales obreras y sus principales núcleos sindicales, particularmente el de los ferrocarrileros, a los que se unieron el magisterio, los médicos y frentes campesinos del noroeste, estaban en viva resistencia. Se abrió la era de los presos políticos.
Diez años después, los focos empezaron a activarse en varias universidades mexicanas a partir de algunos movimientos en las de provincia: Los carolinos, de la Universidad de Puebla estaban ya en acción, tiempo ha.
La Universidad Nicolaita, de Michoacán, se puso en turno: Aparecieron las bayonetas y los tanques.
“La Ola Verde” entra en acción
Apartamos en especial la Universidad Autónoma de Sonora. En el contexto de la sucesión gubernamental, en 1967 diversos grupos militantes del PRI escenificaron un choque de trenes. El más poderoso, el de Faustino Félix Serna, agente de la oligarquía rural sonorense, se alzó con la candidatura.
En campaña, para aplacar a sus adversarios priistas, Félix Serna soltó la jauría armada conocida como La ola verde. Nunca se supo a ciencia cierta el número de victimas mortales. Sus cadáveres fueron arrojados a los vasos de las presas y en las inmediaciones del Desierto de Altar.
La comunidad universitaria se incorporó a la sublevación electoral. Su vecindad con el sur de los Estados Unidos atrajo la atención de los medios norteamericanos; fue un estímulo que exacerbó lo que, en principio, fue un conflicto interno del PRI.
La Federación, gobernada por Gustavo Díaz Ordaz, fue requerida por el gobernador sonorense Luis Encinas Johnson. Su solicitud fue respondida con diligencia: Se envió a Hermosillo un batallón de paracaidistas al mando del general de la especialidad, José Hernández Toledo, ya bragado en otras operaciones en las entidades federales.
Ominosas sombras sobre “La fiesta mundial de la juventud”
Díaz Ordaz representaba la sede de los Juegos Olímpicos de 1968, oportunidad para montar el escaparate al mundo del desarrollo estabilizador y décadas de estabilidad política y económica.
Un mes después, del Mayo francés, en el julio mexicano (cuatro meses antes de La fiesta mundial de la juventud) se dieron los primeros destellos en una aparente riña escolar que tuvo como participantes a los alumnos de las vocacionales del Instituto Politécnico Nacional y una academia privada: Actuaron los cuerpos de granaderos mandados por la regencia del Distrito Federal.
El 26 de julio, los simpatizantes de la Revolución cubana se movilizaron para celebrar el Asalto al Cuartel Moncada. Fue ocasión para denunciar la política represiva del gobierno de Díaz Ordaz.
La Universidad Nacional Autónoma de México fue el epicentro del terremoto social. Contra ella: Su defensa fue encabezada por el rector Javier Barro Sierra, todavía recordado como baluarte de la dignidad.
En el umbral del golpe de Estado
Octubre del 68 era el mes clave. Se inaugurarían Los Juegos Olímpicos. El Movimiento estudiantil se citó en la Plaza de las Tres Culturas el día 2. Ya había sido puesto en alerta el ya nombrado general de paracaidistas, José Hernández Toledo.
Se cumple en 2018 medio siglo de La matanza de Tlatelolco. Cincuenta años antes, se incitó la tentación del Golpe de Estado. El general secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán no cayó en el gambito.
No terminaron ahí las hazañas de Hernández Toledo: Cuatro años después encabezó la expedición al Valle de Culiacán: La oligarquía rural estaba asustada. Los revoltosos de la Universidad Autónoma de Sinaloa merecían un escarmiento: No se amilanaron, sin embargo.
Estamos en Sucesión Presidencial ¡Ojo!
No extrapolamos arbitrariamente los históricos acontecimientos europeos del 68. Simplemente decimos que la situación que vivía la clase trabajadora en Francia se reproduce, potenciada, en el México del 18, Año de sucesión presidencial. Tomar nota.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.