Ramsés Ancira
Concurso de informaciones macabras.
Después de la nota sobre los cuerpos disueltos en ácido de tres estudiantes en Jalisco y la amputación de la mano de un catedrático cortada a tajo con machete en Tabasco, ocurre la desaparición de una familia en Guanajuato, y dos amigos adolescentes, que termina en el descubrimiento de una fosa clandestina en el municipio de Villagrán.
En el caso del maestro tabasqueño, asombra la sangre fría, tanto de los delincuentes que lo mutilaron, presuntamente por no llevar consigo el botín de la cuantía que esperaban, como la del propio mentor que por su propio pie llegó a recibir atención hospitalaria.
Primero le hicieron descender de su auto con algún artificio para bajarle una llanta, luego, cuando terminaba de cambiarla, le rodearon y despojaron de sus pertenencias, más no del automóvil.
Hasta donde se sabe, cuando retornaba a su vehículo le cortaron de un tajo la mano izquierda con un machete. El docente tomó su cinturón para hacerse un torniquete y parar la hemorragia. Logró llegar a un lugar para hacerse de hielo y preservar la extremidad mutilada, lo que finalmente permitió reinjertarla a un equipo de cirujanos.
Los mutiladores no eran delincuentes profesionales, sino trabajadores de Chiapas que cortaban plátano en Tabasco. Estaban alcoholizados y probablemente bajo el influjo de drogas. Dos de tres agresores fueron detenidos a la semana siguiente.
En este contexto, tres mujeres en estado avanzado de gravidez, asesinadas en Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Al menos en este último caso se comprobó la extracción del fruto de su vientre. Ella se llamaba Jenny Judith Seba Velasco, de 23 años de edad. La niña extraída de sus entrañas sobrevivió.
Los crímenes fueron cometidos en estados gobernados por el PRI, el PAN y el PRD.
Los candidatos presidenciales de estos partidos no han manifestado una sola idea sobre la manera en que se puede detener la violencia en el país.
Andrés Manuel López Obrador ha propuesto la amnistía. No es ninguna novedad en cuanto a que ya se contempla en el artículo 89 de la Constitución, la facultad presidencial de conceder indultos a reos sentenciados por delitos de competencia de los tribunales federales y a los sentenciados por delitos del fuero común.
En este mismo artículo se concede al presidente la facultad de establecer gobiernos de coalición y disponer de la guardia nacional.
Así es. La guardia nacional, aunque no exista en los hechos, si está contemplada en la Constitución.
Indultos (si no quiere llamársele amnistía) coaliciones y guardia nacional son tres medidas posibles para abatir la violencia en México y las tres han sido planteadas en algún momento por López Obrador.
La tasa de homicidios en Venezuela, según las cifras más recientes es de 58 por cada 100 mil habitantes; pero la de entidades como Colima, gobernada por el PRI es de 93; Baja California Sur, gobernada por el PAN, es de 69, y Guerrero, también gobernada por el PRI es de 64.2. Siempre por cada 100 mil habitantes.
De manera que cuando veamos los nuevos promocionales del PRI o del PAN que sugieren que de llegar López Obrador a la presidencia de la República Mexicana va a existir más violencia que en Venezuela, sepamos que en muchos estados ya estamos bastante peor.
No se mide la crueldad rayana en lo diabólico con la que se cometen muchos de los homicidios en México, ni la calidad de sus víctimas: estudiantes, familias, mujeres embarazadas, candidatos de izquierda y representantes de partidos. Si se hiciera, no cabe duda de donde está a nivel global, entre países que no enfrentan guerras, lo peor del horror.
Ya solo falta que se vuelva parte del código penal, como lo sugiere el candidato independiente Jaime Rodríguez, la amputación de manos.
¿Dónde se encuentra más cerca la solución de la violencia extrema? Usted lo decidirá con su voto.