Por Aurelio Contreras Moreno
Lejos quedaron los días en los que Miguel Ángel Yunes Linares hablaba de respetar el trabajo de los periodistas y de aceptar la crítica. Más aún, aquellos momentos cuando se solidarizaba con los reporteros agredidos y condenaba los asesinatos de los mismos durante el infame sexenio duartista.
El hoy gobernador de Veracruz ya no oculta su verdadero rostro ni lo que en realidad piensa respecto de los ataques a los periodistas y, por ende, a la libertad de expresión en la entidad. Y curiosamente, es tremendamente parecido a Javier Duarte de Ochoa.
La noche del pasado sábado 12 de mayo, los reporteros del diario Presencia, Alberto Cardona Frías y Hernán Villareal, fueron atacados por varios individuos mientras circulaban en motocicleta en una colonia del municipio de Las Choapas, en el convulso sur del estado de Veracruz.
Alberto Cardona fue herido con un arma punzocortante en el cuello, y aunque se reporta como fuera de peligro, pudo haber perdido la vida por la agresión. Ambos acudieron a presentar la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado.
Pues por inverosímil que resulte, la reacción del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue idéntica a las que eran comunes en su antecesor Javier Duarte cuando se le cuestionaba sobre agresiones a reporteros en Veracruz. Como el caso llegó a organismos como Artículo 19 y la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos, el mandatario optó por minimizar los hechos al afirmar que se había tratado de una “riña” protagonizada por los propios comunicadores, que nada tenía que ver con su trabajo periodístico. Así, sin investigar nada. Con el ánimo de criminalizar a las víctimas.
De acuerdo con el diario Presencia, la tarde del sábado se había suscitado un incidente en esa colonia, conocida por los actos de vandalismo que ahí ocurren y que ninguna autoridad evita, por lo que “se estima que la agresión directa contra los dos reporteros fue motivada por la idea de que habrían ido a tomar fotos, cuando ellos sólo se encontraban de paso”.
Lo peor es que Yunes Linares aseguró que su versión de la “riña” había sido confirmada por la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), lo cual resultó falso, pues los integrantes del organismo negaron haber informado a autoridad alguna que los hechos hubieran sucedido como aseguró el gobernador.
La Red Veracruzana de Periodistas emitió un pronunciamiento en el que deplora las declaraciones de Yunes Linares, destacando que “el hecho de que el mandatario haya minimizado la golpiza que sufrieron los colegas por parte de un grupo de delincuentes y tergiversado la información para referirse al tema como una simple ‘riña’, preocupa y da signos de alarma en una entidad tan dañada en materia de seguridad”.
Pero la actitud de Yunes tiene las mismas motivaciones que en su momento tenía la actitud de Duarte: negar el clima de violencia en el estado de Veracruz, que pasa por la vulnerabilidad con la que los periodistas continúan realizando su trabajo en una entidad en la que para la autoridad es más fácil criminalizar y acusar, que investigar y proteger a las personas, trabajo por el cual la sociedad les paga elevados salarios.
Durante el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares han sido asesinados cinco reporteros dentro de territorio veracruzano. Las agresiones continúan, y la respuesta de la autoridad sigue siendo la misma que antaño. Yunes actúa igual que Duarte.
¿De qué cambio hablan?
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