Apenas debe estar dándose a conocer que un par de jóvenes, uno empleado de la cadena Oxxo y un cómplice externo a esa empresa fueron los hackers que birlaron más de 400 millones de pesos a los bancos… y lo que muchos temían ya se hizo realidad: el INE está en riesgo de ser hackeado, por los calzones del director del Instituto Politécnico Nacional.
La historia va como sigue: El INE buscó en su momento a la empresa Embrace Tech, S.A. de C.V. para que, mediante la experiencia de profesores expertos en ciberseguridad y manejo de crisis de la Universidad de Harvard y del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en colaboración con IPN desarrollaran planes de continuidad de operaciones para procesos y sistemas relacionados con el proceso electoral federal 2017-2018 para manejo de crisis, respuesta de incidentes y análisis de riesgo.
El 15 de diciembre del 2017 se firmó un convenio entre el IPN y el INE. Un mes despues, el 15 de enero del 2018, Embrace Tech hizo lo propio con la Escuela Superior de Economía de Instituto Politécnico, el cual firmó su director, en ese entonces, Filiberto Cipriano Marín.
Durante enero y febrero del presente año se desarrollaron distintas reuniones de trabajo entre los actores involucrados, lo mismo que varios trabajos de los cuales existe evidencia, así como de la presencia de los expertos del MIT y de Harvard.
Luego de los primeros dos meses de trabajo y de que el INE pagará al IPN la parte que correspondía conforme al calendario acordado, y que éste no hiciera lo propio con Embrace Tech, la empresa empezó a ser objeto de presiones de la Escuela Superior de Computo a través de su director, Andrés Ortigosa Campos y de Luis Alfonso Villa Vargas, secretario de Extensión e Integración Social del Politécnico con objeto de que dejara el proyecto y lo desarrollaran ellos en su totalidad, situación a la que no accedió Embrace Tech.
La empresa se enteró de la cancelación unilateral del proyecto por parte del IPN, a través de una entrevista al director general del IPN –en Radio Fórmula, con Juaquín López-Dóriga–, Mario Alberto Rodríguez Casas, el 27 de abril del presente año en una entrevista para Grupo Formula con Joaquín López Doriga, señaló que la cancelación se debió “a que a pesar de tener la capacidad de realizarlo el tiempo no era suficiente para cumplir adecuadamente en los términos que estaba señalado en el convenio”.
No mencionó, claro, que los “politos” se querían quedar con los recursos del INE.
Embrace Tech, no ha cobrado. El MIT ya envió un correo electrónico en el que anulan cualquier tipo de relación con las universidades mexicanas, hasta el cumplimiento del contrato y pago asumido por el Politécnico.
Pero lo peor… el INE no está vacunado contra hackers. El contraveneno no se elaboró, por la codicia y mezquindad de los directivos del IPN, dicen unos, aunque hay quien señala que puede ser plan con maña y que, a las 10 de la noche del próximo primer día de julio, Lorenzo Córdova salga a los medios a decir: “¡Nos hackearon! ¡Nos hackearon!”
Por cuál de las dos opciones se inclina usted.
El columnista Carlos Ramírez ¡sancionado por el INE!
En un enorme legajo de fojas y más fojas y con la votación a favor de siete de los once consejeros, el INE aprobó sancionar al columnista Carlos Ramírez, autor de la muy leída columna Indicador Político, por haber publicado –en septiembre de un párrafo de una encuesta que no estaba registrada ante la carísima y permanente burocracia electoral que padecemos los mexicanos.
¿Puede el INE sancionar a un particular? ¿A un comunicador? ¿Se excede en sus facultades? ¿Censura? ¿Y la libertad de expresión?
De acuerdo a su normatividad, que afecta a la libre expresión, los periodistas sólo podemos citar los estudios demoscópicos que, previamente, hayan pasado por las manos y los ojos de los burócratas del INE.
Ramírez, cabe señalar, no publicó todo el estudio. Sólo empleo sus resultados para basar sus comentarios respecto al proceso electoral de julio de 2015.
Eso era lo que nos faltaba a los periodistas. No sólo la #LeyChayote. No nada más las reformas al artículo 1916 del Código Civil en el que se equipara a la verdad con la mentira. Ahora ¡también el INE!
Solidaridad con Carlos Ramírez.