Claudia Rodríguez
Es imposible no percatarse que un gran número de unidades de transporte público en el Estado de México, no sólo están en pésima condición, sino que además se han convertido en trampas de inseguridad de acuerdo a los datos duros que a diario se reportan de distintos delitos al interior de las unidades; por lo que las autoridades de la entidad que parece gobierna el priista Alfredo del Mazo –tampoco se le ve por ningún lado–, ha impulsado un programa para renovación, en su caso, de unidades de transporte público, pero también para implementar medidas de seguridad al interior de los vehículos que detallan costos a absorber por dueños de unidades y que sólo para los taxis, se tasan en un mínimo de 205 mil pesos –urvans y camiones contemplan gastos mucho más elevados.
El jueves 17 de mayo del presente, cientos de transportistas mexiquenses, unos a pie y otros en sus unidades, lograron arribar a la Ciudad de México con dirección a la residencia oficial de Los Pinos, con la idea de manifestarse en contra de la llamada Gaceta 20 de marzo, en la que se suscribe que a más tardar el 30 de junio de 2019, todas las unidades de autotransporte del Estado de México, deben tener su renovación de concesión, para lo cual no pueden ser modelos de más de 10 años, contar con una cámara y conexión al monitorea del G5 y un botón de pánico por decir lo menos.
Mientras la Secretaría de Movilidad del Estado de México autorizó esto, y señala verbalmente que casi el 70% de auto transportistas están de acurdo con el programa de rescate de unidades y seguridad al interior del vehículo, la verdad es que esta rebelión que ya se manifiesta en la capital del país intenta acordar con la máxima autoridad del Ejecutivo federal.
Llama la atención que también están listas las empresas aprobadas por el gobierno mexiquense para vender desde vehículos hasta equipamiento de seguridad.
La pregunta es si esto llegó ya a irrumpir la vida de los capitalinos, por qué el mandatario mexiquense el señor del Mazo, no ha dicho absolutamente nada al respecto.
Pensaron que trasladar un año después de las elecciones federales el cumplimiento de las reglas de la Secretaría de Movilidad mexiquense, no traería problema alguno. Pero doce meses son pocos para que los choferes de unidades de transporte público logren, en su caso, renovar sus unidades aun cuando sea vía crédito.
El transporte mexiquense sí es de pena y de temeridad, pero fueron precisamente las autoridades de gobiernos priistas, los que dejaron crecer el problema que raya en el desorden y la delincuencia y ahora creen que con un gran negocio de las autoridades se resolverá el problema.
Cuántos choferes de autotransporte del Estado de México ya se sienten traicionados por haber apoyado en su momento a del Mazo por orden de sus dirigentes rumbo a la gubernatura, y ahora recibir el mandato de que hay que entrarle al negocio sí o sí.
Los transportistas del Estado de México no han bajado la guardia aunque ya se les han ofrecido mesas de diálogo, pero el activismo y su manifestación en las calles, no ha terminado.
Por cierto, cuándo le exigirá el Gobierno federal a del Mazo, resuelva un asunto de origen local.
Acta Divina… Dirigentes de transporte público mexiquense solicitan hablar con el mandatario local Alfredo del Mazo sobre la Gaceta del 20 de marzo y la Federación toma el caso.
Para advertir… Ya hablando en serio. ¿En dónde está Arturito? Ni se ve, ni se oye.
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