DIARIO DE ANTHONY
Son las 10: 02 de la mañana, y te escribo sobre una hoja virtual. Anoche he tenido que “dormirme” con el puto estómago vacío. Sentía y tenía mucha hambre. El estómago me hacía “aarrr”. Rugía como un perro, o algo similar. Lo peor de todo es que sabía que ya no había nada putos para tragar. ¡Ni una sola maldita galleta, para disminuirlo! ¡El hambre! De todas maneras me levanté y empecé a buscar. Y mi búsqueda fue en vano, ¡porque NO HABÍA NADA!
Entonces me senté sobre un banquillo… maldije un poco de todo. Luego… al no encontrar manteca para poder freír dos putos huevos, no me quedó más remedio sino que regresar a la hamaca. No era la primera vez que yo pasaba hambre, así que por qué chingados iba a preocuparme.
Después, al ya estar acostado otra vez en la hamaca, traté de concentrarme, traté de bloquear mi mente ante el hambre. “¡¿Qué más da?!”, pensaba. “En este puto maldito país… Todos son unos IMBÉCILES…” Y yo, ¡por qué estaba así? No, esto sí que no iba a poder explicarlo. Después de todo, ¡qué más daba! Y no es que se tratara de mí, sino que… Ah, ¡¿cómo iba a explicárselo a los mexicanos, cuando ellos habían nacido como peces en el agua?! Nadaban en estas aguas TURBULENTAS, en este pantano, de la manera más placentera y dichosa, sin nunca ir a inmutarse, o asustarse…
Era difícil verlo, cuando de nueva cuenta volvía hacia atrás, hacia todos esos días en los que, maldita sea, aun no sabía entender qué chingados era lo que me sucedía… Y ahora ya no venía al caso tratar de explicar lo que nuevamente me había sucedido hace un rato…
Pero, de manera inevitable, recordé la tarde en que con mucho dolor HABÍA tenido que pedirle DINERO a mi madre para poder ir hasta la puta sucia Mérida a hacerme los rayos-x. Yo sabía que ese dinero era para la puta comida… ¡500 pesotes! Estoy hablando que sucedió en el 2011… ¡Y ese puto médico que casi me había insultado! Deseé ver muerta a su esposa y a sus dos hijos. Había sido tan doloroso lo que me había dicho… No hace falta que trate de justificarme diciendo o explicando a detalle todo eso.
Al terminar de hacerme las placas… pregunté que cuánto era. Bueno, aboné más de la mitad. Dije que pagaría el resto cuando regresase a recoger los resultados… Esos días fueron muy dolorosos. No hace mencionar que toda mi chingada vida quise saber lo que sentía ser o estar RESPALDADO… No tener que preocuparme por sí faltaba o no el puto dinero…
Cuando por fin tuve los resultados, esa misma tarde regresé al consultorio de ese médico tarado… Mi ira tanta que… No sé cómo es que le hice para… Ah. Me sentía peor que UN ENORME PEDAZO DE MIERDA DE PERRO! Lo que el dolor me había creado… No, no había manera para explicar cómo es que me sentía. ¡Peor que mierda de perro, peor que todo lo más feo que hay en este mundo!
Y no tenía NINGUN sentido de “pertenencia”, y era algo muy difícil. No saber quién era yo… Lo peor de todo es que no quería verme reflejado en ese maldito tarado. El dolor en mí cabeza era tanto, que me sentía como en una dimensión desconocida.
Lo demás que sucedió después de esa tarde, ¡¿para qué decirlo?! Creí que al ya tener un resultado, lo demás sería muy fácil. Creí que después de que me quitasen el quiste, yo… Ahora sé que no iba a ser así. Mierda, y más mierda. Creí que, ¡ah!, que… No puedo decirlo. ¡No lo entendía! ¡¿Por qué estás pesadez en toda mi cara?! ¡POR QUEEEÉ! Yo no sabía entonces que estaba “inflamada”, entumida y demás, gracias a que estaba llena de mocos, mocos que se habían compactado… Me ha sucedido LO IMPOSIBLE… Supongo que es por esto que “me burlo” y me rio cuando veo a un niño o persona adulta con daño cerebral, a los mongoles, o cualquier otra personas INÚTIL (perdón. Ahora se les llama “discapacitados”). No, es mentira, ¡no me burlo ni nada! Es solo que a veces pienso que si uno tiene un hijo así, ¡por qué entonces no agarrarlo y matarlo, si nunca se ha de levantar! En mi caso, mi pobre madre que no sabe por lo que yo he pasado… Okay! Hoy he canjeado una puta coca-cola de 2 litros y medio por tres revistas de Selecciones, a ya sabes quién.
¡¿Cómo es que le hecho para sobrevivir todo este tiempo?! Esto es algo que ya no sé. Hice lo que surgió, pero siempre estaba sintiendo MUCHO MIEDO. Entonces no lo entendía. Era toda una tortura. En las noches no podía dormir, y todo el tiempo me sentía preocupado… No, ¡no quiero regresar en donde he estado! Pero… es parte de mi pasado.
Ya no quiero “hablar” más ahora… Ya tengo otro cuento terminado: “EL LAVAPLATOS”.
Pd. ¡Siempre ODIO cuando la nariz se me suelta! Si estoy en un lugar donde no estoy solo, me da cosa tener que sonármela.
A. SMART
Mayo/25/2018