El desaliento de los priistas se hace cada día más patente, están perdidos, sólo un milagro haría que José Antonio Meade sustituyera a Enrique Peña Nieto en la silla presidencial, hasta quienes pensaban que por la vía del fraude electoral podrían derrotar a “ya saben quién”, están convencidos de que tampoco por esa vía lo lograrán.
Otros dicen que tienen buenas relaciones en el entorno de Andrés Manuel López Obrador, son los oportunistas de siempre que buscarán acomodo en el equipo del tabasqueño tal como lo hicieron muchos después del 2000 cuando los panistas arribaron a la Presidencia del PRI, los que saltan del barco antes de que se hunda está listos para abandonarlo.
Pero como dice la canción, “todo se derrumbó” dentro del PRI, las imágenes –una imagen dice más que mil palabras-son más que evidentes, ni Juana Cuevas se la cree que su esposo pueda lograr su objetivo, el “yo mero”, observen su rostro en los actos de campaña a los que asiste.
Otros están conscientes de que no está el horno para bollos que un fraude o la trampa para conservar la presidencia podría salir muy caro al país, las condiciones del 2018 no son las mismas que las del 2006 cuando Vicente Fox y Calderón le arrebataron, a la mala el triunfo a López Obrador, hoy la gente está irritada, harta de tanta ineficiencia y corrupción y no aceptaría que se burlara su voluntad en las urnas.
La publicación de unas encuestas en donde colocan a Meade en segundo lugar, dieron aliento a algún sector del priismo, pero luego se derrumbaron cuando vieron que la distancia que le saca el candidato de “juntos haremos historia” es casi imposible de rebasar a un mes de que los mexicanos vayamos a las urnas a depositar nuestro voto.
Por el lado de Ricardo Anaya hay también cierto desaliento, la imagen del queretano se ha eclipsado en los últimos días, los rumores de una ruptura en el Frente por México están a la orden del día, incluso se dice que Diego Fernández de Cevallos ya le retiró su apoyo.
¿Será que este arroz ya se coció? Por ahí todavía andan algunos empresarios haciendo su luchita para tratar de bajar al puntero y aunque también en algún sector del PRI piensan que todavía tienen lodo que aventarle, difícil será que logren su objetivo.
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El caso Nestora del que se agarró en los últimos días el candidato de la coalición Todos Por México le dio algunos puntos pero no los definitivos para alcanzar a quien desde el inicio de la jornada electoral tiene el liderato de la contienda. El tercer debate a realizarse en Mérida sería la última oportunidad, aunque de acuerdo a como lleguen en las encuestas para ese día, es posible que el tabasqueño no se presente al fin y al cabo no pasaría nada.
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