Todos los pensadores modernos han evidenciado, fuera de toda duda, que “los estados o naciones son una mera máscara, una ficción legal, detrás de la cual operan los grandes conglomerados privados” que utilizan a los políticos nativos como simples mandatarios de sus deseos, subordinados y colocados a su servicio mediante la corrupción generalizada.
Dicen que es mentira, también, que existan “las democracias”. Lo que existe es la forma más cruda de plutocracias u oligarquías nacionales, absolutamente sometidas a mandatos de los centros internacionales de poder. Son expresiones de la teoría política moderna, aquí y en China. Nadie se salva. Llegamos a los linderos de la realidad. En México, desde hace tiempo.
El régimen así descrito se rodea de las instituciones formales de la democracia, pero posee el monopolio de las decisiones de todas las áreas de la esfera estatal. La designación de fruncionarios es la clave para transformar a los Estados en el gobierno privado de quienes dominan, desapareciendo los límites entre lo público y lo privado.
Las organizaciones sociales son cooptadas como patrimonio propio. El desdibujado límite entre lo público y lo privado legitima la apropiación de los bienes materiales y los símbolos nacionales, distribuyendo y usufructuando feroz e indiscriminadamente los beneficios entre minorías rapaces, excluyentes, sin fondo posible.
Los regímenes políticos generan una ciudadanía de baja intensidad, funcional a sus intereses. Refuerzan la imagen del líder paternal atento a las demandas de su pueblo y siempre debilitan la noción de titularidad de derechos sociales y patrimonio popular, enmascarado la noción de la dimensión ciudadana.
2 mil 500 multimillonarios poseen la mitad de la riqueza total del país.
Para vencer al régimen plutocrático hacen falta más que instituciones formales democráticas. Es necesario el aval y el empuje social para conquistar definitivamente la escena pública, el teatro de la política. México está a punto de hacerlo. Y creemos que llegará para quedarse. Ha sido un país demasiado explotado. No lo decimos sólo nosotros, sino las cifras de la vergüenza nacional.
La reconocida firma de investigación WealthInsight, dedicada al monitoreo de las personas acaudaladas en el mundo, se encontró con esa joya: en México existen, en medio de ciento treinta millones de personas, sólo 2 mil 500 multimillonarios –que “excede con mucho el promedio mundial por país”– quienes poseen la mitad de la riqueza total de la Nación.
De ellos, 16 sujetos cuentan con fortunas encima de los mil millones de dólares, todos ellos generados en base a concesiones –333 para Germán Larrea– gratuitas, tráficos de influencia, cesiones de facultades estatales, prebendas injustificadas, contratos de obras innecesarias o faraónicas, privilegios por encima de la media internacional. Son los ricos de Forbes. Un grupo más influyente que cualquier mandarín, dictador, jeque, monarca borbón europeo o líder de dinastía clásica.
No es algo que hayan sacado de la manga los investigadores de WealthInsight. Se han dedicado muchos años a realizar investigaciones de campo que han reseñado con lujo de detalles en revistas especializadas que aquí en el rancho grande no circulan. La vesania, el asesinato, el entierro de cuerpos vivos de trabajadores en las minas de plata y de oro , la inmunidad y el control del aparato productivo y de gobierno son escandalosos.
Dieciséis tipos reinan sobre una masa de 130 millones de mexicanos
Es un grupo dominante mucho menor a los Científicos porfiristas, mucho más ignorante y represor que esos octogenarios del pasado, que eran más de cien mil, en un país de quince millones de habitantes de principios de siglo. Hoy somos una marea humana más miserable y abandonada que los mexicanos de principios del siglo XX. Hoy somos 130 millones.
Y sí, 16 sujetos, dueños de todas las expresiones del dinero y del poder. Por lo general, prestanombres de firmas neoyorquinas, dueños de la industria incipiente, la manufactura, el comercio y los servicios del país. Dueños de la Bolsa Mexicana de Valores, del Banco de México, del Ejército, de la Iglesia, del deporte, la recreación, la cultura y cualquier cosa que usted desee agregar.
Dieciséis sujetos que reinan sobre una enorme masa de ciento treinta millones de connacionales, pobres, miserables, explotados e indefensos, sin mecanismos de control sobre nada de lo que existe en el mundo. Que tiranizan, pontifican y se sienten amos de lo que existe o pueda existir. Sátrapas de todo lo demás, de lo humano y lo divino.
La población indígena es el hilo más débil del guiñol de los 16 más ricos
Faltaría agregar que los más pobres, marginados y desatendidos son indígenas, no hablan español y es gente que vive en las zonas rurales y en las franjas de miseria de las grandes ciudades, aglomeradas gracias a sus designios y prácticas inconsultas y serviles para el gran capital extranjero. Los menos pobres no alcanzamos a completar el mes.
Reprimidos y salvajemente torturados en las represiones de los 60’s, en las guerras sucias de los 70’s, en los fraudes electorales de 1988 y del 2006, en los desaseos de Coahuila y del Estado de México en 2017, en las desapariciones forzadas de Ayotzinapa, Atenco, y todas las que se vengan a la memoria, sólo porque se les ocurrió defender los derechos colectivos.
Mexicanos que ejemplifican una realidad donde se justifica el escepticismo y la decepción de grupos de población de decenas de millones respecto a los discursos triunfalistas y de los avances democráticos, republicanos y liberales de una casta de políticos dominados a modo del aparato de explotación.
Los 16 reproducen la supremacía de los fuertes sobre los más débiles
La mayoría, sino todos, los discursos de los paniaguados electorales son absolutamente distantes del bienestar y la prosperidad colectiva. Sólo reproducen la supremacía de los fuertes sobre los débiles, de los millonarios sobre los pobres extremos, de los mestizos sobre los indígenas…
… del hombre sobre la mujer, de la preservación de las élites, del etnocentrismo, el egocentrismo, el machismo, la homofobia, la distinción en clases. Nunca se han dirigido a superar desigualdades o a ofrecer oportunidades para la inmensa mayoría. Los derechos sociales brillan por su ausencia.
Los 16 sujetos, miembros de un grupo de dominación insensata y brutal, asesina y despiadada emiten mensajes que reproducen los candidatos oficiales, dirigidos a perpetuar la complicidad de las autoridades formales con la delincuencia organizada y el narcotráfico, y a defender los precios y condiciones de los entronizados.
Dieciséis individuos, si se les puede llamar así en lugar de chacales humanos, que sólo sirven para avergonzarnos delante del mundo civilizado. Que quieren seguir gobernando por encima de cualquier voluntad popular. Que masacran a los defensores de los derechos humanos, cívicos, sociales y personales de los gobernados.
Los 16 tienen en EPN, Videgaray, Meade y Anaya a sus defensores
Son los mismos a quienes quieren defender Peña Nieto, Videgaray, Meade, Anaya y los paleros como El Bronco de Monterrey, que se han ganado a pulso la animadversión de los mexicanos. Pero todavía contamos con la boleta electoral para mandarlos definitivamente por un tubo. Si no lo hacemos, la Nación nos lo demandará.
Los que deseamos el cambio somos el 60% de los electores nacionales. Es hora de la justicia a secas. No admite rodeos, ni vacilaciones.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Entre los 16 destaca Germán Larrea Mota Velasco. De acuerdo a un artículo publicado en el portal sinembargo.mx, “el Gobierno federal, sobre todo la Secretaría de Economía, le ha otorgado un total de 333 concesiones del sexenio de Carlos Salinas de Gortari al de Enrique Peña Nieto para sus actividades mineras, de ferrocarriles de carga y pasajeros, y de infraestructura, revela el Portal de Transparencia del INAI. Entre esas concesiones están las de las minas responsables del derrame de químicos en Sonora y el estallido en Pasta de Conchos, en Nueva Rosita, Coahuila, que hasta la fecha siguen afectando a las víctimas.” Larrea ha enviado cartas a sus empleados, colaboradores y accionistas instándolos a no votar por un modelo que él llama populista, pero que en realidad se refiere al que impulsa Andrés Manuel López Obrador: sin corrupción y devolver al gobierno su autonomía del poder financiero y empresarial. Porque le arrancó mediante juicios 55 millones de dólares para los mineros de Cananea y porque se negó a rescatar los cadáveres de los mineros fallecidos en Pasta de Conchos por falta de seguridad en el socavón es que Larrea también ha enderezado una ya larga campaña de desprestigio –y una feroz persecución política, iniciada por su empleado Vicente Fox– en contra de Napoleón Gómez Urrutia. + + + Pregunta don Rubén Mújica Vélez: “¿Tiene o no la doble nacionalidad Ricky Riquín Canallín? Porque, siendo un ferviente admirador de Yanquilandia, resulta obvio que ¡aspira a sentirse descendiente de alguno de los padres fundadores! ¿Quién puede despejar la incógnita? Porque si es yanqui de segunda generación, como sospecho, pues ¡que se vaya aunque sea de ilegal!”.
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