Jorge Miguel Ramírez Pérez
Si no fuera porque el poder da como triunfador a Anaya, no cometerían tantos riesgos para detenerlo con estratagemas sucias, que ponen en evidencia que la democracia es propia de otras latitudes, y no de México donde se cocinan fechoría propias de un país tercermundista.
El video que profusamente difundieron la semana pasada metiéndose en las redes para causar confusión, es uno donde una agente disfrazada de empresaria argentina o uruguaya, al calor de la copa, sonsaca a un empresario que dice es el hacedor de Anaya. Es de los más burdo.
Para presumirle a la mujer que no se ve y es anónima, el negociante uno de los ya mencionados Barreiro de Querétaro, que por lo visto se prestan a todo, afirma que le regaló 80 millones al político y que de este modo tiene las “puertas abiertas para lo que sea” porque según él, el candidato presidencial come de su mano.
De veras que lo que se dice en ese insustancial video, para apantallar a los que no les agrada usar el cerebro, es una jalada; sencillamente “la prueba” que los tontos creen que fabricaron, -para según ellos- acabar políticamente con Anaya, es la grabación de un ligue de un fanfarrón editado a conveniencia.
Un tipo como hay cientos creyendo embaucar una mujer con el lenguaje típico del echador, que quiere llevar a la cama o ganar una adepta, a una fémina, que por los términos utilizados, a menos que sea la técnica habitual del galán queretano, le sale por los poros lo ambicioso; de modo que el borrachín se avienta y a falta de personalidad propia, para impresionar a la lagarta, quiere decir que él, está por encima de todos los que habitamos este país y que incluso el que va a ser el presidente lo tiene bajo su control.
Así de mareados son los miopes, que se atreven a poner que continuará la especie.
Sería de risa, si no es que esas pifias de malos consejeros chafas, lastiman el proceso democrático por la intervención descarada del gobierno, porque hacen regresar al país a épocas de la irresponsabilidad socarrona, que usan las tiranías para reafirmarse en la barbarie.
No cabe duda que haber permitido que se colaran los mexiquenses a la presidencia, al gabinete y al acceso al dinero de los contribuyentes fue un error sin precedentes.
Y fue Calderón que continúa de palero de Peña el que les abrió la puerta, con el engaño de que le iban a devolver la presidencia a través de Margarita. Craso e iluso error. Debía haber evitado que los políticos de esa entidad de corte caciquil se apoderaran del país, porque le iban a dar en toda la chapa. Y así fue.
Los atlacomulcas mandaron la democracia a la basura porque nunca han creído en ella. México nunca había sido tan saqueado como ahora y nunca ha habido tanta insistencia en hacer de la corrupción la cultura distintiva del mexicano, parafraseando a Enrique Peña, para quien la corrupción es su estado natural en consecuencia.
Una deuda enorme y muchos desaseos son los que les impidieron al grupo en el poder remontar nuevamente. A lo hecho pecho. Nadie los quiere. Bueno sí, uno, el de Morena que dijo que no va a proceder contra nadie, es decir va a apalancar la impunidad, y particularmente ya anunció que a Peña no lo toca ni con el pétalo de una rosa.
Entonces ya quedó solo como opositor Ricardo Anaya, es el único que no se arregló con Peña, y éste lo odia. En vez de aceptar sus culpas, culpa a otro, no a los que lo embarcaron. Por eso toda la runfla dice: nosotros no ganaremos pero Anaya no llega.
Y se lanzan los malosos a hacer hasta lo inverosímil, seguros de que si no paran a Ricardo Anaya aunque sea con cochinadas, se les va el panista a las diagonales y anota. Así se ven de asustados, y de inmediato surge la sospecha con fuerza: ¿entonces todas las encuestadoras, todas, las que dicen que el 50% votará por el candidato de Morena son balines?, ¿son falsas? Porque si son buenas esas encuestas, ¿porqué no esperase al veredicto del pueblo?
Y allí esta el enredo. En principio no queda duda -por las huellas dejadas en los videos rústicos- que es el mismo gobierno, el que está haciendo lo contrario a preservar la estabilidad del país en un tiempo electoral que debería transcurrir sin sobresaltos.
En segundo lugar que hay dos intereses arriba: uno, por la forma y los contenidos de las infamias, que deja en descubierto planes preconcebidos -que confirman nuevamente-, por si se había olvidado; que el pacto de impunidad se afianzó cuando la candidata Delfina Gómez de Morena por el Estado de México, doblo las manos hace unos meses y dejó que las reclamaciones del fraude se ahogaran, por instrucciones de Obrador, que con esta maniobra sucia le dio su prueba de amor a Peña, en su versión de plenipotenciario del grupo Atlacomulco.
El otro interés, es mantener el efecto distractor con un Meade engañado, al que se le dice que habrá una maniobra fraudulenta una vez eliminen a Anaya. Meade en su ceguera cree que el gobierno tiene pruebas de todo y de todos, es chamacón.
Y para que no vean los fieles creyentes de la religión priísta, lo que todos vemos: el pacto de impunidad con Obrador, dejan que las encuestas truqueadas los convenzan de su fracaso para que no se den por traicionados.
El hecho es singular porque es un reflejo lógico de las maniobras nauseabundas: Anaya trae un fuerte avance en las verdaderas encuestas, las que no se publican y que Los Pinos tienen; esas no las que publican obviamente, porque de paso acabarían de aplastar el animo de los priistas.
Lo que provocaron aunque no lo querían así, es que los votantes entiendan que Anaya es el único candidato que no es de Peña.