Claudia Rodríguez
Marco Tulio Cicerón, relevante en la Roma republicana, dejó muchos legados al mundo, como filósofo, orador, jurista y hasta político.
Cabe resaltar también, los consejos que hace 20 siglos, Quinto Tulio Cicerón hermano menor de Marco Tulio Cicerón, dio a este último para una campaña política exitosa que lo llevara al fin, en el año 63 a.C., al consulado romano, máximo cargo de la República de Roma, que se ejercía sólo por un año.
La travesía política romana, exigía cumplir el cursus honorum (carrera de los honores romana, que establecía cada una de las magistraturas que se debían escalar peldaño a peldaño, desde la cuestura hasta el consulado; estructura rígida que debía seguirse escrupulosamente); aunque en los último años de la República fue intoxicada por la corrupción de las costumbres, las excepciones y las ambiciones personales que a la vez iban pudriendo y dinamitando al Estado. Justo como en los últimos tiempos se percude todo lo relacionado al poder en México.
Pero en retorno a Cicerón, su campaña y las que hoy se practican en México; habremos de saber, que muy poco han cambiado, tal vez incluso, son copia fiel de aquella iniciada en Roma en el año 64 a.C.
Marco Tulio Cicerón, siguió así los siguientes pasos o consejos en su campaña para aspirar al consulado romano que diseñó su hermano Quinto, plasmados en una carta enviada a Roma desde Asia.
1. Las apariencias, por encima de lo real. “Por mucha fuerza que tengan por sí mismas las cualidades naturales del hombre, en un asunto de tan pocos meses, las apariencias pueden incluso superar esas cualidades. Tendrás que presentarte siempre tan bien preparado para hablar como si en cada una de las causas se fuera a someter a juicio todo tu talento”.
2. Cuida del núcleo interno y de tus amigos. “Procura que aquellos que te deben algo se den cuenta de que no van a tener más oportunidad que ésta para demostrarte su agradecimiento. Cuentas con muchas personas, haz que sepan la importancia que les das. Cuando eres candidato, la palabra “amigo” tiene un significado mucho más amplio que en tu vida corriente”.
3. Cuidado con los apoyos inesperados. “El agradecimiento puede venir de aquellos que te deben algo y también de aquellos a los que les pueda interesar debértelo”.
4. No hay ningún hombre imposible de convencer. “No existe nadie de quien no puedas lograr apoyo. Si te ganas la amistad de los hombres más importantes, podrás contar fácilmente con la del resto”.
5. La especial importancia de los indecisos. “Si consigues que deseen apoyarte los que están indecisos, éstos te apoyarán mucho”.
6. Los jóvenes, una importancia extraordinaria. “Alimenta la esperanza de los más jóvenes. Su edad los empuja fácilmente a la amistad. Es extraordinariamente grande y digno de admiración el celo que ponen estos muchachos a la hora de buscar votos, de salir al encuentro de las personas, de propagar las noticias y de acompañar al candidato”.
7. La necesidad de la multitud y el séquito. “De la afluencia del séquito se podrán deducir los medios y apoyos con los que vas a contar. Considero muy necesario y conveniente que vayas siempre rodeado de una gran multitud”.
8. Un breve retrato de los enemigos. “Los que se han visto perjudicados por ti, los que sin motivo alguno no te aprecian y los amigos de tus competidores”.
9. ¿Cómo convencer a un enemigo? “Justifícate ante los que has perjudicado y hazles ver que, si te brindan su amistad, podrás ayudarles en el futuro. Ante los que, sin motivo alguno, no te aprecian, dedícate a alejar de ellos ese sentimiento hostil haciéndoles algún favor. Da afecto a los amigos de tus competidores. Incluso si fuera necesario, para ganártelos, da afecto a los propios competidores”.
10. Cómo lograr el fervor del pueblo. “El pueblo desea que el candidato lo conozca por su nombre, lo halague, mantenga un trato asiduo con él, sea generoso, suscite la opinión popular y ofrezca una buena imagen en su actividad pública. Haz que salten a la vista tus esfuerzos por conocer a los ciudadanos. Es necesario simular aquellas cualidades que no posees. Procura ser accesible día y noche. Abre las puertas de tu casa y también las de tu alma”, pidió Quinto a su hermano mayor.
11. El arte de la adulación. “Aunque en la vida corriente constituya un defecto vergonzoso, se hace imprescindible en una candidatura. La adulación es reprobable cuando los halagos corrompen a un hombre, pero cuando lo hacen más amistoso, entonces no tiene por qué ser tan censurada”.
12. Promete incluso aunque no puedas cumplir. “Los hombres no solo quieren recibir promesas. Quieren que se las hagan con liberalidad y deferencia. Aquello de lo que no seas capaz, niégate a hacerlo amablemente o no te niegues; lo primero es propio de un hombre bueno, pero lo segundo es propio de un buen candidato”
Por último, se debe procurar que las estas elecciones resulten un gran espectáculo popular, con la mayor brillantez, esplendor y despliegue que esté a tu alcance y que, de ser posible, se hable de todo lo infamante, ilegal, deshonesto o corrupto que pueda haber en la personalidad y en las costumbres de tus oponentes. Todo el esfuerzo durante la campaña debe dirigirse a mostrar que eres la esperanza del Estado”; es decir, tener escrúpulos en engañar o mentir a los electores sería propio de un buen hombre, pero no de un buen político.
Meses después de recibir las recomendaciones de su hermano en forma de carta y una campaña exitosa, Marco Tulio Cicerón arrasó en las urnas.
Las campañas electorales en todo el mundo, desde Cicerón a la fecha, cumplen los consejos de Quinto y están por ello salpicadas de mentiras, intereses, golpes bajos, esperanzas y mucho pero mucho circo mediático.
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