De Querétaro llegan más noticias sobre la relación “especial” que Ricardo Anaya mantuvo con su empleador Francisco Garrido Patrón, de quien fuera secretario particular y “otras cositas”, en tanto éste ocupaba la gubernatura en el periodo constitucional 2003 – 2009.
Esto, a partir de que usted leyó aquí al inicio de semana que el reloj Rolex –de más de 890 mil pesos– que le regalara Garrido a Anaya causó el divorcio del primero.
Revelan ahora varias fuentes queretanas que uno de los fraudes cometidos por Anaya Cortés, aprovechando su influencia sentimental y la debilidad por él del gobernador Garrido Patrón, se dio al amparo del fideicomiso promotor de proyectos económicos y de bienestar social Qronos.
Este fideicomiso se constituyó el 18 de noviembre de 1993 mediante escritura pública 14822 durante la gubernatura de Enrique Burgos García. Tenía como objetivo fundamental la adquisición de terrenos para desarrollar industrias, complejos industriales y unidades habitacionales para dar impulso al desarrollo y modernización de la entidad queretana.
Durante la gubernatura de Garrido Patrón, quien sucedió a Burgos, se enajenaron de manera poco transparente y sin rendir cuentas gran parte de los terrenos propiedad del fideicomiso. Un caso específico se dio durante julio de 2007 cuando, por orden de Anaya, se enajenaron ocho predios en favor del fideicomiso así como un inmueble denominado La Machorra, donde se construiría un parque de innovación tecnológica.
Comentan que, una vez desincorporados del gobierno del Estado estos inmuebles, pasaron a formar parte del fideicomiso Qronos. Después, obvio, fueron vendidos a prestanombres de Ricardo Anaya. Una triangulación perversa para que el ahora candidato presidencial panista se quedará con estos inmuebles utilizando para ello a sus suegros Ángel Martínez y Maribel Natalia Franco, así como a su esposa Carolina Martínez Franco y a su cuñada Natalia Martínez Franco que eran accionistas de las empresas Tyson y Park Development.
Agregan esas mismas fuentes que se sabe hoy en día que Ricardo Anaya tiene diez propiedades inmobiliarias en el estado, mismas que tendrían un valor aproximado actual de 3 millones 500 mil dólares. Asimismo, que se sabe que en paraísos fiscales ubicados en el Caribe y en Europa tiene inversiones a nombre de su esposa e hijas por “varios millones de palitos”, como él llama a cuando se tiene un millón de dólares. Y, claro, en referencia, también, a los que le echaba al “pinche gordo”, como se refiere a Garrido Patrón.
Todo un caso de chantaje o extorsión.
El “agandalle” de La Gaviota a los Alemán
Originalmente, el negocio era manejado por Carla Alemán Magnani y su hubbie el exactor Toño Mauri. Pero en un de repente pasó a manos de Adriana Rivera Hurtado.
Se trata de la organización de todo tipo de eventos que se organizan para la Presidencia de la República y que, de acuerdo con diversas publicaciones de octubre de 2016, se contratan sin licitación alguna. Las cantidades que se manejan, por supuesto, son multimillonarias. Y, vale repetir, sin licitación.
El “agandalle”, por supuesto, no causó mella en la economía de la familia Mauri Alemán. Ella, Carla, es hija de Miguel Alemán Velasco, ex de muchas cosas y oficial de nada, y nieta del ex Presidente Miguel Alemán Valdés, quien inauguró en México la rapiña institucional, lo que volvió inmensamente ricos a sus descendientes… de aquí al año 2346.
Adriana Rivera, la otra protagonista del súbito cambalache es hermana de la (mal) llamada Primera Dama, Angélica Rivera de Peña Nieto.
A partir de ello muchos se preguntan ¿cómo quedaron las relaciones entre EPN y la familia Alemán? ¿O fue una graciosa concesión para quienes de seguro ellos consideran meras arribistas?