* El pivote sólido para renovar el contrato de esperanza y dar una nueva oportunidad a México y los mexicanos debe ser el Poder Judicial de la Federación, a efecto de que los corruptos cuya manera de vida es injustificable e incomprobable, sean sancionados y sus bienes regresados a la Tesorería
Gregorio Ortega Molina
“¡Ora sí que estamos jodidos!”, escucho en el vagón del metro quejarse a un obrero, que concluye: “Terminaron por darlas”.
Argumentaba sobre cómo los gobernantes permitieron que se desestructuraran los partidos, se diluyeran sus sectores y se facilitara el corrimiento del poder, que de las manos de los políticos se transfirió a las de los empresarios.
Nunca como en estas elecciones se muestra el poder de los diversos grupos empresariales, que protestan por puro formalismo, para hacer sentir su presencia, de idéntica manera a lo que hizo durante años Fidel Velázquez, para que lo escucharan, para que le cedieran la parte de poder correspondiente al sector obrero, y así asegurar el mantenimiento de la paz social.
Lo anterior ya no opera. Es la voz del CMN la que se hace presente para que se entienda que quien llegue al poder es con ellos con los que debe negociar; exactamente a la inversa de lo que fue uso y costumbre del sistema político, porque fueron los sectores los que debían adecuarse a los compromisos adquiridos por los nuevos gobernantes con las cúpulas empresariales. Hoy, son los políticos los que han de plegarse a las necesidades de los hombres de negocios, capaces de mover sus fortunas con la oportuna velocidad cibernética requerida, para responder a la inseguridad jurídica que encuentre su riqueza.
No debemos olvidar que desde que los hijos de México decidieron abrevar su manera de ser en las universidades estadounidenses, acá se copia en forma y sentimiento el quehacer político y empresarial, para administrar al país como una empresa.
En Réquiem por el sueño americano Noam Chomsky lo deja absolutamente claro: “En la década de 1970 los tribunales decidieron que el dinero era una forma de expresión en su sentencia Buckley contra Valeo. Luego pasaron los años hasta llegar al caso de Citizens United, que afirma que la libertad de expresión de las empresas no puede limitarse”.
No le demos muchas vueltas. De confirmarse electoralmente el triunfo de AMLO, éste accederá al poder con la enorme carga anímica de responder a sus votantes -que para eso lo eligieron-, y la imperiosa necesidad de contemporizar con los que mandan, de allí que la única palanca, el pivote sólido para renovar el contrato de esperanza y dar una nueva oportunidad a México y los mexicanos, sea el Poder Judicial de la Federación, a efecto de que los corruptos cuya manera de vida es injustificable e incomprobable, sean sancionados y sus bienes regresados a la Tesorería; exhibidos y denostados por la sociedad, para que la violencia se limite a lo verbal y lo legal, pues no podemos darnos el lujo de ir más allá; tres mil kilómetros de frontera lo explican con claridad.
Obvio que los integrantes del CMN también tienen sus limitantes, porque no creo que sean absolutamente irresponsables.
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