Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
Como una fecha emblemática, se le denominó El Día del Elba. Convergieron por primera vez en el teatro de la Segunda Guerra Mundial, tropas rusas y estadunidenses. Finales de abril de 1945. Para mayo del mismo año, Alemania capitulaba.
En mayo pasado y todavía los primeros días de junio, particularmente cadenas de televisión europeas vistas en México -un canal no convencional español nos ofrece un compendio documental permanente-, nos perturbaron la conciencia con la exposición de los horrores perpetrados por las hordas hitlerianas.
En el mismo tenor, algunas casas editoriales en México nos ofrecieron literatura desgarradora sobre aquellos episodios que, al fundarse la ONU meses después, se pensó que no se repetirían como un obsequio a la dolida Humanidad.
¡Que ingenuidad! Ahora mismo, apenas existe un enclave territorial en el mundo donde no se reproduzcan los crímenes de guerra con cargo a las potencias occidentales, incluyendo a Francia, que en los años cuarenta formó parte de las naciones víctimas de la barbarie.
Ahora mismo, también, la Unión Europea entra en crisis por las diferencias de criterio gubernamental en materia de política migratoria.
En África no alcanzan “Las ollas de Egipto”
No se requieren efemérides especiales: Las naciones africanas viven en incesante inestabilidad. Con independencia de las interminables pugnas por el poder, ataca un espectro subyacente, que desde la época colonial lo representa la hambruna.
Ese crimen se ha visto acelerado exponencialmente por la globalización económica. Como en los tiempos de los faraones, no alcanzan Las ollas de Egipto para alimentar tanto estómago hambriento.
Las estrujantes imágenes cotidianas procedentes especialmente de África, nos exponen a famélicas madres ofreciendo como pingajos secos sus senos a sus ávidos lactantes. Vemos caravanas astrosas cruzando los desiertos hacia el norte.
El Mediterráneo, monumental tumba líquida
Hacia el norte, está Europa: El Mediterráneo se convierte en líquida tumba de muchos. Los que sobreviven no se sienten precisamente afortunados: Su aceptación por los gobiernos europeos es un eterno viacrucis. Es el punto que ahora ocupa y divide a los gobiernos europeos.
Una acotación: Uno de los primeros derechos que legisló la Unión Europea fue el libre tránsito de mano de obra.
México todavía espera “la enchilada completa”
Cuando en México se dieron por instaladas las negociaciones del Tratado de Libre Comercio a principios de los noventa, lúcidas cabezas de este lado insistieron en que, a la par de la libre circulación de comercio e inversiones, se diera el libre intercambio laboral.
Desde Carlos Salinas de Gortari (salvo Vicente Fox que abogó por la enchilada completa) hasta Enrique Peña Nieto, el gobierno mexicano ha dejado la suerte de los mexicanos transterrados como si se tratara de daños colaterales de la abundancia exportadora e importadora.
Desde las primarias presidenciales de 2016, los detractores de Donald Trump lo tipificaron como El Adolfo Hitler del siglo XXI.
Ya en la Casa Blanca, el republicano comprobó el diagnóstico. La operación que le quita el sueño a los del gobierno peñista, sin embargo, es que el colérico ocupante del Salón Oval, mandó al diablo el TLCAN. En esto está concentrado todo su combate “diplomático”.
Los que cumplen labores “que ni los negros quieren hacer”
Paralelamente, a cada nuevo boletín sobre la revisión del TLCAN, otro boletín del Banco de México reporta un nuevo “máximo histórico” en la recepción de remesas desde los Estados Unidos, que sirven más para pagar importaciones que para dar seguridad a las familias mexicanas que no logran satisfacer sus necesidades básicas.
Siguen los ríos humanos del subcontinente en busca del sueño americano. Los servicios que como gendarme del Coloso presta México para bloquearles el tránsito, de poco sirven. La respuesta de Washington es el muro. La resistencia a pagarlo es la fascinación de nuestros gobernantes.
Como en los tiempos de los campos de concentración y exterminio europeos, Trump ha asestado una nueva bofetada al rostro de los tecnócratas neoliberales mexicanos: Los medios le llaman ya La perrera.
Ahí son aprisionados los niños separados de sus padres, sólo porque sus familias pretenden ser acogidos por los Estados Unidos para desempeñar tareas que ni los negros quieren hacer (Fox dixit).
Los nuevos cruzados contra la crueldad gringa
El canciller “mexicano” Luis Videgaray está consternado. Expectora: Esa política es cruel e inhumana. Y se queda tan campante.
El ex canciller que no hizo en su hora lo que debió de hacer, José Antonio Kuribreña, se erige como el gran cruzado en defensa de la Patria: ¡Seré la voz fuerte contra acciones que violan los derechos humanos!
Estamos a punto del cierre de las campañas presidenciales ¡Todo se vale!
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.