Por Aurelio Contreras Moreno
Tiene razón el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares: Karime Macías Tubilla, esposa de su antecesor Javier Duarte de Ochoa, no tiene una pizca de vergüenza. Nunca la tuvo. Ni la conoce.
Tampoco tuvo ninguna empatía con los veracruzanos durante el tiempo que su marido desgobernó la entidad.
Su cargo como presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia siempre le importó un comino. Ella era feliz practicando yoga, jugando al community manager, montando a caballo. Y sobre todo, haciendo negocios al amparo del inmenso poder que llegó a acumular.
Que desde hace poco más de un año viva en Londres a todo lujo, a costa del dinero robado a los veracruzanos, es de una vileza despreciable. Y que ahora se haga la perseguida política, es una bofetada más para los habitantes de un estado que saquearon y depauperaron ella y sus cómplices, sin piedad.
No es de extrañar entonces que haya presentado ante el gobierno del Reino Unido una solicitud de asilo político para evitar ser llamada a cuentas en México y en especial en Veracruz. Ni modo que alguien pensara que Karime Macías, por voluntad propia y en un acto de contrición, se fuera a entregar a las autoridades que la reclaman.
Con lo que nadie parecía contar es con que el gobierno británico estimase que Macías Tubilla sí reúne las características necesarias para ser considerada perseguida política en su país y, por ende, admitiese su solicitud de asilo a trámite, según lo dado a conocer este jueves por su abogado Ricardo Sánchez Reyes Retana.
¿Por qué la Gran Bretaña le daría la categoría de asilada política a una mujer acusada de actos de corrupción, cuyo cónyuge está en la cárcel bajo proceso por ese mismo motivo? Sin duda, gracias al Gobierno de Veracruz.
El delirante afán de la administración de Miguel Ángel Yunes Linares por sacar raja electoral de la persecución judicial en contra de –algunos- duartistas, buscando con ello beneficiar la candidatura de su hijo, a quien intenta heredarle el poder en la entidad a como dé lugar, los ha llevado a cometer toda clase de violaciones al debido proceso y a la presunción de inocencia a la que, aunque no guste, tiene derecho no solo Karime Macías, sino cualquier ciudadano.
Desde la manera como fue anunciada la orden de aprehensión librada en contra de la ex “primera dama”, el gobierno yunista y su Fiscalía cometieron toda clase de torpezas –y tropelías- jurídicas, como darle trato de criminal sin molestarse en colocar el término “presunta”, pues no está sentenciada por ningún juez.
Lo más grotesco, y por lo cual el gobierno inglés consideraría otorgarle el asilo a Karime Macías, fue la persecución extralegal ordenada por el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares –como él mismo reconoció con orgullo- para exhibir en video su “vida loca” en Londres, lo cual constituye, en los hechos, acoso, otra de las agravantes presentadas por el abogado de la esposa de Duarte ante las autoridades británicas.
Ello también explicaría por qué no existe evidencia de que realmente se haya emitido la famosa “ficha roja” de la Interpol para localizar a Macías Tubilla. Entre los lineamientos de este organismo policial internacional para participar en la búsqueda y captura de criminales está que no existan motivaciones políticas de por medio.
Karime Macías –como mencionó Yunes Linares este jueves desde Texas- no es perseguida por sus ideas, definitivamente. Decidieron ir por ella para intentar beneficiar la candidatura del hijo del gobernador y en el camino lo único que han logrado es victimizar a alguien que, en efecto, debería estar frente a un juez.
Miguel Ángel Yunes ha resultado ser el mejor defensor de Karime. En una de ésas, se lo recomienda a Javier.
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