En Atlacomulco, cuna de La Pandilla Atracomulca, perdió lastimosamente Enrique Peña Nieto… ¡pero resultó triunfante Arturo Montiel Rojas!
Sobrino y tío han mantenido un nada soterrado enfrentamiento –que los alejó uno de otro– desde el inicio de la pésima y corrupta Administración de Peña Nieto en el Estado de México, debido a que éste eliminó muchos de los programas de gobierno de su antecesor que le redituaron, incluso, para aspirar a la candidatura presidencial que, con malas mañas, le arrebató Roberto Madrazo.
— Te alejaste de la gente –recriminó Montiel alguna vez a Peña, tildando a éste y a su grupo, los Golden Boys, de soberbios.
Y tras casi dos sexenios de frialdad entre ellos, en la cuna de ambos llega a la alcaldía de Atlacomulco el cuñado más cercano de Montiel y, por ende, más lejano a Peña: José Roberto Téllez Monroy, quien está casado con Tere Montiel. Fue candidato de la coalición encabezada por AMLO, Juntos Haremos Historia.
Peña perdió por partida doble. Su partido fue derrotado míseramente en su lugar de nacimiento. Y como muchos mexicanos hicieron, Montiel también se la cobró.
Cosas de familia.
O de famiglia.
Mondragón y Kalb, fantoche y corrupto
Cerró la carretera México-Cuernavaca para correr en su motocicleta, sin tener que sortear el pesado tráfico de esa autovía. Paseaba en helicóptero –con sirena abierta– sobre la Ciudad de México, para que todos voltearan a verlo surcar los cielos. En el exterior de su casa en el Pedregal de San Ángel hay invariablemente decenas de vehículos de escoltas y de guaruras que velan por su seguridad. Es amante de las primeras planas y de las columnas de gossip político donde le publican noticias bufas. ¿Es un ave? ¿Es un avión? No. Es lo que queda del pentatleta Manuel Mondragón y Kalb.
Su reciente designación como integrante del equipo de Andrés Manuel López Obrador ha causado estupor… e inconformidad.
Y es que, además de la fantochez que caracteriza al fortachón personaje, sobre él pesan no pocas acusaciones de corrupción que lo han hecho multimillonario. Un ejemplo: la investigación periodística en la que se da cuenta de que en diciembre de 2011, la empresa TMM Logistics, a cuyo frente se encuentra el ingeniero José Serrano, le otorgó una “comisión” de 5 millones de pesos –a través de un alto funcionario del Estado de México–, para que se le renovara la concesión de las máquinas con las que los agentes de tránsito levantan multas –cuando no “muerden”– a los conductores y a sus vehículos. Por ese entonces, el titular de la SSP capitalina era el muy publicitado Manuel Mondragón y Kalb. Y ¡claro!, la concesión se renovó.
Mal empezamos…
Vendettas mafiosas en Ecatepec contra morenistas
Si alguien conoce el paradero actual del presidente municipal de Ecatepec, Indalecio Ríos Velázquez, por favor hágaselo saber al millar de trabajadores, empleados y colaboradores del ayuntamiento que encabeza porque fueron despedidos arbitrariamente sólo porque votaron por Morena y por Andrés Manuel López Obrador.
A otros más, también arbitrariamente, les redujeron el salario por la misma causa: su sufragio por el cambio.
Al mismo tiempo, sindicalizó a los trabajadores de confianza. Mandos medios. De director para arriba. Para dejar problemas a su sucesor, el morenista Fernando Vilchis.
Indalecio Ríos está escondido, no da la cara. Muy probablemente, dicen, bajo las enaguas de su mamá, porque los últimos tres años ha sido su progenitora quien maneja por debajo del agua los recursos públicos, mientras que muchos trabajadores tienen que pagar, con dinero de su bolsillo, papelería y copias fotostáticas.
¿Está escondido Indalecio? ¿O se ahogó con el tsunami de Morena?