Claudia Rodríguez
Los panistas tienen un cúmulo de tareas pendientes por enfrentar y aterrizar, luego de los fallidos resultados para su causa en la reciente elección federal; aunque para algunos de ellos, los temas aplazados no dejan de ser hasta de índole penal.
Es cierto que tras los resultados de los comicios para el PAN a nivel nacional, quedó muy defraudada la expectativa de Gobierno, sobre todo de los seguidores de Ricardo Anaya, el ex candidato panista a la Presidencia de México, e incluso de Margarita Zavala, quien aunque renunció a la militancia panista por no haber sido elegida la abanderada de Acción Nacional hacia los comicios presidenciales, intentó jugar como independiente pero con seguidores azules para después dejarlos ilusionados al renunciar igual a su candidatura; no obstante muchos de los que se identifican con las causas y propuestas de Acción Nacional, desean que los activos políticos que aún quedan, sean un referente de oposición real y ya para estos mismos momentos ante el activismo de Andrés Manuel López Obrador, quien será el jefe del Ejecutivo federal a partir del primero de diciembre.
No obstante, la tarea urgente que tienen enfrente los panistas como instituto político, es la de su recomposición interna y nombramiento de un nuevo liderazgo.
En estos días, incluso desde la misma tarde del primero de julio, los panistas más que hablar del Gobierno en sus manos, intercambiaban nombres para la nueva dirigencia nacional de su partido, lo que de facto llevó a Damián Zepeda aún en esa posición, a abrir el diálogo en ese terreno, aunque parece que hay por el contrario quienes no quieren enunciar nada hasta que lo tengan previamente pactado.
Quien sí dice adiós a las tareas de líder de partido es Ricardo Anaya, quien a decir de Zepeda, nada le impide su retorno a la dirigencia nacional. En efecto, los estatutos no lo alejan, pero sí el repudio de propios y extraños e incluso hasta una posible defensa férrea con la justicia.
El Gobierno de Peña Nieto, que parece es el gran perdedor y entre sus filas se encuentran los más resentidos con el resultado aplanador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en contra de sus fórmulas a votar, parece que estarán buscando ya no tanto quién se las hizo, sino quién se las pague.
Al respecto, la Procuraduría General de la República (PGR), tiene un pendiente muy mediático que quiere volver de potencia jurídica en contra de Ricardo Anaya por el delito de lavado de dinero; asunto que durante la campaña presidencial salió a relucir y en donde los arreglos por debajo y el “espérate tantito” a los resultados de los comicios, hizo que no prosperara.
Así que el “chico maravilla” –impulsado así por los mismos priistas y el propio Peña Nieto–, ex líder nacional panista “haiga sido como haiga sido” y ex candidato a la presidencia, Ricardo Anaya; hoy tiene un futuro más ennegrecido que floreciente.
La política te encumbra, igual puede conducir del cielo al infierno, o hasta la mismísima cárcel.
Acta Divina…José Antonio Meade Kuribreña, ex candidato priista a la Presidencia, aseguró que Ricardo Anaya Cortés “lavó dinero”, a lo que Anaya, también ex candidato a la misma posición contestó: “Todo es mediático”
Para advertir… ¿Cuándo lo mediático es real y lo real se convierte en mediático?
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