Hace apenas unas décadas, platicando con José Iturriaga en su biblioteca del barrio de Santa Catarina, en Coyoacán, el viejo sabio pensaba en voz alta sobre la enorme complejidad de la estructura del mexicano. Eran los mejores años de Iturriaga, y dedicaba a ellos lo mejor de sus reflexiones siempre acertadas.
Regresaba de un periplo diplomático que lo había llevado a la embajada de México en la URSS, después de haber sido uno de los mejores consejeros de casi todos los grandes hombres del escenario. A su muerte, en 2011, había dejado una impronta, un lugar muy difícil de llenar. Exudaba inteligencia y experiencia.
Rociando la tertulia con sus famosos “petróleos”, que lo habían hecho famoso en el extranjero –simples caballitos de tequila aderezados con salsa inglesa–, uno de los grandes forjadores de instituciones y posiblemente la mejor pluma que produjo la sociología nacional, hacía su personal apuesta al futuro, entre carcajadas y bromas de refinado gusto.
Recuerdo que, entre otras cosas, el gran ausente dijo que las metas de nuestra revolución inconclusa son bien sencillas: hacer que nuestra comunidad no haga más desiguales a quienes nacieron desiguales. Este aserto estaba fundado en otras medidas que proponía con conocimiento de causa. Después de una vida intensa, él ya no quería figurar, sino analizar lo que faltaba.
Abrir de par en par las puertas de la equidad para dar acceso a las mayorías
Aprovechar al máximo y en nuestro propio beneficio los recursos naturales del país mediante el uso de la ciencia y la tecnología modernas, tendiente a superar con ambas la injusticia que la geografía nos impuso; crear un aparato productivo de abundancia dentro de un régimen de economía mixta.
Abrir de par en par las puertas de la equidad para dar acceso a las mayorías al pleno empleo, a la salud, a la educación y al vestido y albergue decoroso. Todo ello dentro de una patria autónoma y pacífica donde cada ser humano disfrute de libertades concretas a efecto de que realice su latente potencialidad creadora, decía Iturriaga.
El hombre mexicano es una combinación de costumbres y hábitos que derivan del marco geográfico y de circunstancias políticas que lo rodean. No postulo el determinismo, afirmaba, porque si bien el hombre es un producto social, produce asimismo a la sociedad.
Pende y depende de ella, pero la sociedad no permanece estacionaria ni enferma de quietismo, precisamente por la acción modificadora que sobre ella ejercen sus miembros.
La revolución de EU influyó en los novohispanos, aún sin comunicaciones
El mexicano no sería como es, si su accidentado marco geográfico, tan accidentado como la historia de la cual es oriundo, no ostentara el semblante que he intentado dibujar… así y todo, nuestra comunidad perfectible, como lo es, no ascenderá un peldaño más ni avanzará una pulgada más para alcanzar su destino nacional, si los mexicanos no nos aprestamos a transformarla.
Agregaba don José que el tomismo escolástico que prevaleció en los claustros universitarios desde el siglo XVI fue desplazado por el racionalismo cartesiano hacia el último tercio del XVIII. Y cuando no había carreteras ni ferrocarriles, ni telégrafo entre México y Estados Unidos, la revolución de Independencia de éstos influyó en los novohispanos.
Lo mismo ocurrió con la Revolución Francesa y con el liberalismo inglés, con el positivismo de Comte y con el anarcosindicalismo de Max Stirner y Errico Malatesta. Recientemente, añadía, el socialismo de Marx y la filosofía de Marcuse habían impregnado la conciencia de los universitarios en las nuevas generaciones.
Cada pueblo adopta y adapta las ideas universales a su medida
Ahora que hay transmisión masiva y simultánea de cuanto ocurre en el mundo, la permeabilidad del pensamiento filosófico y político es todavía mayor… no podemos, ni debemos evitarlo. Las ideas son universales. Pero cada país es un cedazo que las deja pasar según sea la trama de su retícula: unos la tienen muy ancha, otros la tienen muy fina.
Cada pueblo adopta y adapta las ideas universales en la medida que esté más o menos perfilado su modo de ser colectivo y de acuerdo con su idiosincrasia. México es un cedazo de muy fina retícula que, sin ser hostil y ajeno a las ideas de otras latitudes, sabe incorporarlas hasta donde no desdibujen su propio predio o hasta donde no descarrile su ruta para alcanzarlas.
Nuestro nacionalismo, apuntaba el viejo sabio, es el producto histórico del instinto de conservación nacional. Se acabó de fortalecer dentro del segundo período de luchas fratricidas en que nos vimos envueltos para establecer un nuevo orden jurídico interno, o sea la Reforma juarista.
Somos nacionalistas ante Estados Unidos, por instinto de conservación
De 1910 a 1929 los Estados Unidos solían arrogarse el derecho de calificar a nuestras instituciones mediante la presión de reconocer o no a los sucesivos gobiernos de ese período cruento de nuestra historia contemporánea. Por eso somos nacionalistas: por instinto de conservación, expresaba Iturriaga.
Y por eso defendemos con persistencia en los foros internacionales el derecho que cada pueblo tiene de darse las instituciones que sean, preceptiva jurídica, o que mejor le parezcan, lo que es anterior y superior a toda ideología, por avanzada o mesiánica que pretenda ser.
Nuestro pueblo siempre ha tenido vocación libertaria, pues supo luchar con eficacia en los campos de batalla en contra de las autocracias. Pero le costó mucho trabajo ejercer sus derechos y obligaciones ciudadanos y participar en las tareas concretas de la gobernación y del aparato administrativo. Urge que lo aprenda.
Quien cree menos en la supuesta omnipotencia atribuida al gobernante en turno, es éste mismo, pues con el mandato que posee, más que ejercitar el poder, ejercita el no poder al ser víctima de las grandes limitaciones que lo rodean y medir la tremenda distancia existente entre las necesidades diferidas del pueblo y los dineros concretos de que dispone, señalaba el sabio.
Revocación del mandato, referéndum, plebiscitos sobre el buen gobierno
El halo mágico proyectado hacia el Presidente por la conciencia popular no es otra cosa que mera reminiscencia de la teocracia precolombina transculturada con la teocracia acarreada por el conquistador: al tlatoani, al virrey, a las altezas serenísimas y a los hombres providenciales tendrá el pueblo que entablarles un juicio de desahucio para despojarlos del poder si no cumplen.
Todos los mexicanos debemos ser corresponsables en la superación de nuestros problemas nacionales, mediante la participación cotidiana en los asuntos públicos. Llegó la hora de desacralizar al Jefe de Estado y dejar de atribuirle una falsa omnipotencia para resolverlo todo.
Está aquí la revocación del mandato, el referéndum, los plebiscitos sobre el buen gobierno. No debemos dejar que se nos escapen. Igual que no podemos permitirle a la Suprema Corta ¿de Justicia? que pretenda inmovilizarse en sus nombramientos, y retirar de una vez por todas la confianza ciega a los impartidores de justicia, que bastante daño han causado con extorsiones, entrambuliques y moche4.
Emprendamos el camino de un país serio.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Seis de las principales cabezas de la secta NXIVM, a la que Carlos Emiliano Salinas Occelli representa en México, cayeron en Nueva York, luego de que su líder carismático Keith Raniere fuera encarcelado. Las acusaciones que la fiscalía de Brooklyn endereza a Clare Bronfman –heredera de la destilería Seagram– no son menores: delincuencia organizada, fraude y tráfico sexual, pues se considera que la organización criminal en realidad disfrazaba sus supuestos fines de autoayuda para prostituir jovencitas. Brofman pagó una fianza de 100 millones de dólares, que se calcula es la mitad de su fortuna personal, para poder alcanzar el arresto domiciliario, no obstante deberá llevar puesto todo el tiempo un brazalete electrónico de geolocalización. Otra de las detenidas fue la actriz Allison Mack. Lo que muchos se preguntan ahora es si la investigación alcanza ya al hijo de El Innombrable Carlos Salinas de Gortari y a su socio Alejandro Betancourt Ledesma. Hay quienes apuestan a que sí. + + + Al buzón del escribidor llega un nuevo mensaje de Bibi Villavicencio: “Por doquier huele a podrido. Miedosos andan los herederos de las famiglias de los capitalistas de amigos o crony capitalists. Y todavia se asustan de la cantidad de poder otorgado a AMLO. En lo personal, yo sólo seguí las recomendaciones hechas por partidos contendientes. Insistieron mucho en que razonáramos el voto y yo lo razone. Muchas razones tuve para no votar por el PRIAN, aderezado de champurrado perredista. No gracias.” Villavicencio también pregunta, a propósito del último numerito del INE: “¿Y los fideicomisos privados de Gil Díaz y Santiago Creel, donde quedo la bolita? Fideicomisos privados con fondos públicos. Y Fox se atreve a chillar por su bien ganada pensión. ¡Que lo pensione su pensionista Martita, esa se aprovisionó bien!” + + + Rodrigo Barreda comenta la anterior colaboración titulada Allá, dinastías y linajes; aquí, vil nepotismo: “La Casa Rothschild y los Rockefeller son los que siempre han dictado el tipo de políticas económicas que se han de seguir; por cierto, ambos orígenes son semitas, pero para ser más precisos en el concepto: de origen judío, porque si no aclaramos lo de semita puede confundirse con otros pueblos con este origen racial que proviene desde los tiempos bíblicos; desde Noé y sus hijos: Sem, Cam y Jafet. El caso es que como buenos judíos amasaron tal cantidad de dinero que formaron un poder económico tan gigantesco que son el verdadero poder detrás del aparente poder, tanto en Estados Unidos como en otras latitudes del mundo; Kissinger también es judío y siempre ha sido una pieza clave para la toma de decisiones gubernamentales buenas o malas en los Estados Unidos; más malas (para los demás países) que buenas. El banco que menciona, no se ha caracterizado precisamente por tener cualidades éticas sobresalientes, ya se le ha involucrado en cuantiosas cantidades de lavado de dinero en el pasado, ¿ por qué no puede ser el vehículo para sacar del país y depositar en paraísos fiscales grandes sumas de dinero de Alí Babá y los cuarenta mil ladrones…? A propósito de protagonistas que imitan a personajes de las ‘Mil y una noche'”, ¿ alguien sabe por qué y a santo de qué se pidieron ya para concluir este ingrato sexenio, diez mil millones de dólares ?¿Será que quiere comprar también un castillo en Europa como su pariente el ‘honesto’ Arturo Montiel Rojas?”
ww.indicepolitico.com / indicepolitico@gmail.com / @IndicePolitico @pacorodriguez