Luis Alberto García / Moscú
*“Gran capitán sin trofeos mundialistas”: Birgit Pinzler.
*Perdió la final contra Brasil en la Copa del Mundo de Corea/Japón.
*Solamente logró un tercer sitio en la Copa FIFA de Alemania 2006.
*Fue el guía de la generación de Lamm, Klose, Podolski y Schweinsteiger.
Hay futbolistas que, brillando con intensidad a lo largo de sus triunfales y dilatadas carreras, consentidos de la afición, de los medios de información y codiciados por publicistas y mercadólogos, nunca cumplieron sus sueños más deseados, como ha sido el caso de Michael Ballack, el gran capitán de Alemania, eliminado de una final y una semifinal mundialistas, en Corea/Japón 2002 y en Alemania 2006.
“Hubo cobardía, soberbia y mediocridad…cuánta falta hizo ‘Balla’, un líder verdadero”, escribió Birgit Pinzler, cronista del diario “Kolnischer Zeitung”, al referirse a la derrota de la Mannschaft, la selección alemana dirigida desde 2008 por Joachim Lowe que, el 17 de junio de 2018, tropezó ante México en su partido de debut en Rusia, que evidenció las debilidades campeoniles.
Esto los señaló antes de la eliminación de Alemania al ser derrotada (2-0) por Corea del Sur, y no le falta razón a la periodista de Colonia junto al Rhin, al opinar que, la mejor prueba de ese liderazgo, son la 98 apariciones de Ballack vistiendo la camiseta blanco y negro.
También menciona sus 42 goles en juegos internacionales y la complicidad que tuvo con Bastian Schwensteiger, Philip Lamm y Miroslav Klose -el máximo anotador en Copas del Mundo en toda su historia-, desde su debut en 1999.
Birgit Pinzler se pregunta qué tienen en común Franz Beckenbauer y Lothar Matthaeus con Ballack, y responde ella misma: “Que Franz y Lothar perdieron finales de Copa del Mundo y se coronaron al tercer intento, no así Ballack, que fue un gran capitán sin trofeos mundialistas”.
“Uno fue subcampeón en Inglaterra 66 –prosigue-, y tercero en México 70 al perder (4-3) el ‘partido del siglo’ frente a Italia; Lothar se tuvo que conformarse con el segundo sitio en España 82 y México 86; y el ‘Kaiser’ fue monarca en 1974 y Lothar en Italia 90”.
Ballack perdió (2-0) la final de Corea/Japón en 2002 frente a Brasil, terminó tercero en Alemania 2006 y, si se mantenía esa tendencia, le hubiera correspondido ser una genuina leyenda germánica en Sudáfrica 2010; pero España y Holanda se adelantaron, protagonizando una decisión que era de esperarse.
Sin afán de burla, los ácidos periodistas alemanes le apodaron el “Señor Segundo”, porque además de perder la final asiática, cayó con la selección en la Eurocopa de 2008, con dos clubes no pudo coronarse en la Liga de Campeones: en 2002 con el Bayer y otra vez en 2008, con el Chelsea, cuyo propietario ruso, Roman Abramovich, pagó una millonada de euros por su firma.
Con apenas dos años en la Bundesliga como jugador del Kaiserlautern, Ballack debutó en la selección nacional en un partido contra Escocia el 28 de abril de 1999 a los 23 años –nació en Gorlitz, República Democrática Alemana, el 26 de septiembre de 1976-, siguiendo una exitosa carrera en el Bayer Leverkusen, el Bayer Munich y el Chelsea.
Llegó a una selección nacional en proceso de renovación; pero al que le faltaba un verdadero líder, ante el inminente retiro de Lothar Matthaeus, quien compartió el vestuario en el debut internacional de Michael en el cotejo contra los escoceses, perdido (1-0) por los alemanes.
Durante más de diez años, Michael Ballack fue un medio-escudo de enorme ingenio sobre la cancha, compañero generoso, buen pasador de pelota, además de aportar una buena cuota de goles como definidor; pero cuando se pensaba que 2002 sería su gran año, únicamente alcanzó los subcampeonatos de la Liga de Campeones europeos y de la Copa del Mundo de Corea/Japón.
El mejor elogio lo recibió de Franz Beckenbauer, quien, como director técnico, llevó a Alemania al cetro mundial en Italia 90 al vencer (1-0) a Argentina con un gol de Andreas Brehme: “Zinedine Zidane será muy elegante –dijo el ‘Kaiser’-, pero Michael Ballack es peligrosísimo de cara al gol, agresivo por naturaleza”.
Y aunque no hubiera sido un héroe tan completo como los fanáticos hubieran querido, fue eje de una selección alemana que, enérgicamente, lideró a una generación entera.
Baste escuchar los nombres que, como argumento irrefutable, menciona a continuación la colega Pinzler para darle la razón: “Bajo su guía aparecieron Arne Friedrich, Philip Lamm, Peter Mertesacker, Thomas Hitzlsperger, Miroslav Klose, Bastian Sschweinsteiger y Lukas Podolski, todos ellos de una sólida base con expectativas que se cumplieron”.
Añade que, ante la salida natural de Oliver Kahn, Christoper Metzelder y Thorsten Frings, debe considerarse a los talentos que se fueron sumando entre 2006 y 2014, hasta llegar a Mezut Ozil, Sami Khedira, Manuel Neuer, Matts Hummels, Mario Gotze y Thomas Muller, todos ellos monarcas de la Copa del Mundo de Brasil.
Si se ve desde otro ángulo –opina Birgit-, las finales que Alemania perdió en 2002 y 2008 fueron la lección más completa que un equipo necesitaba para madurar, y eso siempre lo supo Ballack, portador de un número 13 en la espalda que, para nada, significó mala suerte a pesar de lo que se diga en cuanto a maleficios y cábalas.
No faltó quien sugiriera que se alterara la numeración de la Mannschaft; pero eso lo tuvo sin cuidado, no obstante las derrotas que hubo recientemente, entre ellas la que protagonizó al perder contra Brasil
Ese juego contra Brasil rompió una racha invicta de cuatro años y 22 partidos seguidos sin perder, que pareció ser el presagio del fracaso en Rusia, con México y Corea del Sur como victimarios de la gran Alemania.
Birgit Pinzler no deja de mencionar lo ocurrido el sábado 17 de junio de 2018, cuatro años después de la gran victoria en Brasil 2014: “En el juego contra México, vimos que Alemania necesita un líder como Michael Ballack, de pensamiento inteligente, renovado, con fortaleza e ideas más frescas de parte de Joachim Low”.
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