Luis Alberto García / Moscú
*Confrontó y transformó las rutinas de un deporte cambiante.
*Las penas máximas abundaron en la fase de grupos mundialista.
*Solamente en tres Copas del Mundo se registraron marcas similares.
*Las decisiones arbitrales se solucionan en pocos segundos.
En los primeros 23 partidos de la Copa FIFA / Rusia 2018 se señalaron once penas máximas, cinco de ellas con ayuda de la tecnología, una más que las diez en los 48 encuentros de la fase de grupos del Campeonato Mundial de Brasil, cuatro años atrás.
Vistas así las cosas, la llegada del llamado Video Assistant Referee (VAR) al históricamente reacio, rebasado y autoritario sistema del futbol actual, ha transformado las rutinas de un deporte en permanente cambio y ebullición, algo que confronta a conservadores con renovadores.
La estadística, tan presente a lo largo de la historia épica y el desarrollo del balompié, amplía ahora sus registros con lo que ha ocurrido nada menos que durante el vigésimo primer campeonato mundial, debido a la inesperada —por habitual— intervención del video-arbitraje desde el arranque del torneo, desconcertando incluso a sus creadores e impulsores.
Éstos calculaban una periodicidad de actuación mucho más baja, y pronosticaban, al ver la información registrada en las ligas en las que ya se aplica como la Premier de Inglaterra, que el VAR aparecería en escena cada tres partidos; sin embargo, su interferencia resultó no solo mayor, sino también infalible para beneficio del equipo arbitral.
Así se mostró que el VAR multiplicó el número de penales que, con los goles agónicos, fueron protagonistas de la fase de grupo o cuartos de final de los juegos internacionales escenificados en Rusia, y es que bajo la tutela de ese omnipresente ojo avisador se ha gestado una marca: nunca antes se habían señalado tantas penas mayores en tan pocos partidos.
Hay que repetirlo: once en los juegos iniciales disputados, volumen de infracciones que ya supera a los totales que se produjeron en la fase de grupos en 16 de los 21 campeonatos del mundo que, desde 1930, se han celebrado hasta 2018.
Solamente en Francia 98 (trece), en Alemania 2006 (doce) y Corea/Japón 2002 (quince) se registró un volumen mayor de penas máximas al término de los 48 encuentros celebrados en esa fase.
“Es un dato que evidencia la participación enorme que está teniendo el VAR -asegura un árbitro profesional con catorce años de trayectoria entre Primera, Segunda y Tercera División-. una herramienta que ha dado un acierto del 100% en las jugadas que se producen dentro del área”.
De los once penaltis señalados, cinco han sido a partir de la advertencia del VAR, y así ocurrió durante el Francia vs. Australia —en el que Antoine Griezmann se convirtió en el primer jugador en la historia mundialista en sufrir y marcar un penal indicado por el video-arbitraje—, Perú vs. Dinamarca, Suecia vs. Corea del Sur, Rusia vs. Egipto y el Dinamarca vs. Australia del 21 de junio.
De esta relación se extraen dos resultados claros: Australia y Dinamarca, son, con dos penas máximas cada una, las dos selecciones más beneficiadas y perjudicadas, respectivamente, por la intervención de la tecnología.
“Aun así, el árbitro tiene que tratar de acertar lo máximo y si es necesario apoyarse en el VAR”, apunta el árbitro entrevistado, quien no considera que la presencia de la herramienta vaya a uniformizar el comportamiento de los árbitros.
“Cada uno tiene su manera de entender el fútbol. A ellos no les han dado ninguna recomendación específica para que cambien su forma de arbitrar. Sí las han recibido los asistentes, especialmente para que dejen seguir las jugadas y después, en caso de duda, las revisen. Es mejor anular un gol que señalar un fuera de juego que no existe”, apunta.
Además para señalar o no el punto penal, el VAR también ha participado en Rusia en la identificación de jugadores a la hora de corregir amonestaciones erróneas, otro de los supuestos para los que fue diseñado.
Así sucedió en el partido Francia vs. Perú, cuando Abdulla Mohammed retiró la amarilla a Flores y se la asignó a Aquino, tras revisar en el monitor una falta señalada sobre Pogba, pues esto es otro mundo, otra forma de entender el arbitraje y hay que adaptarse.
Poder corregir una identificación es otra maravilla más: antes, cuando un jugador era amonestado erróneamente tenía que esperar a que se pronunciase la Comisión de Arbitraje, y ahora se lo pueden solucionar en unos segundos, valoran por su parte varios jueces de línea.
Sin embargo, las nuevas rutinas están encontrando todavía cierta resistencia en los propios jugadores, y algo que no ha gustado de los árbitros mundialistas es que no aplican la regla número 5 del reglamento, en la que se indica que si un jugador hace el gesto del VAR [el dibujo un rectángulo en el aire] pidiendo su aplicación, debe ser amonestado con tarjeta amarilla por conducta antideportiva.
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