Claudia Rodríguez
Hay ocasiones en las que es difícil explicar escenarios contrastantes que ponen en peligro al gobernado, y que además muestras el alto grado de desinformación entre los mexicanos; no tanto como el que nada sabe nada teme, sino la falta de campañas de los Gobiernos de todos los niveles para con los mexicanos que tienen derecho a conocer de acciones y situaciones diversas derivadas incluso de omisiones de sus autoridades.
En el actual periodo vacacional se conoce de los escenarios violentos y de inseguridad al tope en el estado de Guerrero, incluyendo el paradisiaco Puerto de Acapulco en donde igual en alta ocupación se encuentran los hoteles; dibujando un mundo incomprensible y hasta de locos. ¿Acaso turismo extremo?
Pero parece que la fórmula para mantener un alto número de turistas en una región, ciudad o estado asolado por el crimen, es simplemente hacer como que no pasa nada y si en tanto los visitantes no reclaman; el resultado es redondo no sólo para los dividendos que deja la actividad turística y de servicios, sino también para el mismo crimen organizado.
Claro que los gobiernos de todos los niveles desde el federal hasta el local, invierten en rubros de comunicación y promoción pero poco en información de los escenarios reales.
Los mexicanos tenemos entre varios derechos el del acceso a la información veraz, en la que incumple el Estado mexicano.
Cuando se conocen de alertas de índole internacional desde distintas naciones del mundo hacia ciertos puntos de nuestra geografía nacional, el cuestionamiento primero es qué comunican al respecto a los mexicanos nuestras autoridades. No basta con desmentir tales avisos, sino de explicar cuál el contexto.
El fin primero del Estado es proporcionar seguridad a sus gobernados a través de distintos instrumentos, entre estos se cuentan las acciones y tareas de las instituciones gubernamentales que también tienen que dar alertas y no sólo promocionar paraísos naturales, sin incluir el grado de riesgo para miles de familias mexicanas por la desatada violencia nacional que cobra entre 60 y 70 vidas por homicidios dolosos a lo largo y ancho del país.
Los mexicanos no sólo tenemos derecho a la libertad de expresión, también de información que debe antes que nada estar encaminada a preservar nuestra vida.
Ya no hablar del silencio gubernamental ante las muertes que cobra la contaminación ambiental anualmente.
¿Seguimos en la indefensión o exigimos información?
Acta Divina… El derecho de acceso a la información es una prerrogativa de todas los mexicanos, sin importar edad, sexo, religión, condición social, orientación sexual, etnia, discapacidad, o alguna otra característica física, intelectual, profesional o patrimonial existente, y deberán ser informadas de la actuación del Estado y se confirma como un mecanismo que garantiza la rendición de cuentas de los gobiernos.
Para advertir… Nuestra salud y nuestras vidas en manos de decisiones y omisiones de nuestras autoridades.
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