Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
En 2006, la opinión pública de Colombia fue cimbrada con la noticia de que, en Alemania, agentes antinarcóticos encubiertos capturaron a Juan David Naranjo Trujillo por vínculos con el narcotráfico.
La justicia alemana condenó al colombiano a siete años de cárcel, reducida en segunda instancia a cinco.
Tiempo después, su hermano Oscar Naranjo confesó que el episodio le causó un gran dolor al saber que Juan David fue relacionado con mafiosos alemanes.
Ya para entonces, Oscar Naranjo ostentaba el grado de general. Había pasado por la jefatura de la Policía Nacional de Colombia y distinguido con el título de mejor policía del mundo.
El propio general colombiano cargaba sus propios esqueletos: Había sido acusado por organizaciones civiles de promover grupos paramilitares y de recurrentes violaciones a los Derechos Humanos.
Cambio de marbete del Plan Colombia: Iniciativa Mérida
Algunos registros periodísticos de Bogotá y mexicanos dieron cuenta en ciertos periodos de que agentes de México Unido contra la Delincuencia consultaban con Naranjo sobre sus experiencias en el combate al crimen organizado y sus “hazañas” en Cali, uno de los dos enclaves -el otro era Medellín- de los más poderosos cárteles de la droga activos en Colombia.
El distinguido policía fue señalado como eficaz operador del Plan Colombia, versión impuesta a México por George W. Bush como Iniciativa Mérida.
Al general Oscar Naranjo se le vio aquí a principios de 2012 en eventos privados relacionados con Seguridad Pública. El 14 de junio de ese año, un mes antes de la elección presidencial, el candidato del PRI Enrique Peña Nieto lo presentó como su asesor en tan delicada materia.
La presentación del general colombiano provocó alergia entre respetables mandos militares, responsables de operaciones contra el narcotráfico; activos en esta disciplina de la Procuraduría General de la República y cuadros de la secretaría federal de Seguridad Pública.
Todavía seguimos dándole vueltas a la noria
Naranjo permaneció en México después del desenlace de la elección presidencial en favor de Peña Nieto. En el periodo de transición, a dicho personaje se le atribuyeron diversas estrategias para la pacificación de México.
El 1 de diciembre de 2012, el presidente ya constitucional prometió a los compatriotas un México en paz.
Hace unos pocos días, en acto conmemorativo de un corporativo policiaco federal, Peña Nieto reconoció que los resultados en materia de Seguridad Pública no le eran satisfactorios. Con eso está dicho todo.
En tono de cumbia o de gallinazo, una popular estrofa dice: Los caminos de la vida/ no son como yo esperaba…
Por estos días, en materia de Seguridad Pública, le seguimos dando vueltas a la noria. Parece un cuento de nunca acabar.