Sí lo que propone el nuevo gobierno es una Reforma Educativa con la participación de los todos los actores que están involucrados en la educación nacional, bienvenida. Al menos eso es lo que han expresado tanto el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su propuesto Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán. Siempre será mejor sacar un gran propósito nacional sin imposiciones.
Lo que nos dio la presente administración no fue otra cosa que una imposición, si bien el gobierno de Enrique Peña Nieto encarceló a la entonces dirigente nacional del SNTE y la hizo a un lado, no incluyó a los maestros en el diseño de la reforma, ni tampoco a los demás actores relacionados con el sector educativo, lo que hicieron el mexiquense y sus subordinados en la SEP no fue otra cosa que una vil imposición.
Después de escuchar tanto al presidente electo como a quien será su Secretario de Educación, lo que pretende el nuevo gobierno no es una cancelación total de la reforma peñista, aunque para quienes conocen del tema fue un bodrio, sino aprovechar lo poco que se pueda de la misma, y mejorarla en todo lo que sea posible.
Que no se espanten quienes veían en la reforma peñista un modelo de educación, si los actores opinan y eso les espanta, pues allá ellos. Peña Nieto y sus “especialistas” en el tema cometieron el grave error de ignorar a los involucrados en el tema, ¿o usted recuerda que en la iniciativa que Peña presentó al Congreso hubo alguna opinión de los maestros y otras sectores?
El gobierno del mexiquense metió a la cárcel a la profesora Gordillo, porque había manifestado que no estaba de acuerdo con una reforma que afectaba a los maestros del país, sin embargo, con todo y eso, pudo haber realizado una consulta nacional que legitimara la reforma, pero no lo hizo porque había el interés de hacer una imposición, al más puro de los regímenes autoritarios que hemos padecido en el país.
Si el nuevo gobierno toma en cuenta los errores que cometió el gobierno, peñista entonces podremos tener una reforma a la altura de las necesidades de la educación nacional. Qué no teman quienes hicieron el bodrio y que ayer al iniciar el nuevo ciclo escolar festejaron el inicio de la primera fase del Nuevo Modelo Educativo.
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Uno de los pendientes que tendrá que enfrentar de inmediato la nueva jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaun es el tema del transporte público, no es posible que en una ciudad como la capital del país sigan transitando los destartalados microbuses y, sobre todo, en donde debe poner una especial atención es en el Metro que la administración saliente dejó hecho un cochinero. Pese a que Miguel Mancerita Espinosa aumentó el precio del boleto o pasaje, el mantenimiento es mínimo y su anterior director, Jorge Gaviño Ambriz, un auténtico pájaro de cuenta huyó el 2 de marzo del presente año para buscar protección por medio de una diputación que finalmente no logró. Dejó el Metro hecho un desastre, en muchas estaciones no sirven las escaleras eléctricas, los vagones están del asco, la inseguridad tiene hartos a los viajeros y los vagoneros hacen lo que quieren. Eso de las escaleras eléctricas es un verdadero martirio para las personas de la tercera edad. Gaviño quien entre sus gracias, están los negocios en el ISSSSTE cuando llegó la subdirección apoyado por la profesora Elba Esther Gordillo, a la que traicionó y se apoyó en Mancerita para seguir ostentando cargos, debe ser auditado como lo solicitó la diputada Aleida Alavéz Ruíz, lo que seguramente lo llevará como destino final a la cárcel.
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