Claudia Rodríguez
En las entrevistas televisadas que en esta semana que concluye se realizaron al presidente de México, Enrique Peña Nieto, se intenta hacer un balance de lo que fue este sexenio.
Eran de esperarse tales ejercicios de comunicación, mismos que se realizaron a inicios de la actual Administración Federal, y que igual se harán al próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador apenas tome posesión de su encargo constitucional.
Situaciones, análisis, negaciones, disculpas y más le escuchamos responder y hasta proponer a Peña Nieto; pero si algo revela mucho de su soledad y de sus frustraciones, es el que conteste taciturno y hasta apesadumbrado, no tener claro su futuro apenas deje la Presidencia.
“¿Qué voy a hacer? No lo tengo claramente definido, me tomaré un tiempo después del primero de diciembre para pensar, repensar y volver a pensar el nuevo orden de lo que será mi vida personal y ser muy respetuoso del nuevo Gobierno”.
“Lo único que sí sé es a qué no me voy a dedicar, para mí concluye mi participación en la vida política de mi país. Ésta es la única definición que tengo muy clara. Algo que tendría que ocurrir como para que me invitara a regresar, pero no lo tengo previsto”.
Ser respetuoso del Poder Supremo que lo sucederá, es lo políticamente correcto, pero no saber a qué se dedicará o no revelarlo con una vida por delante y siendo aún el jefe de un partido político que lucha por no desaparecer, es hasta impensable.
Peña Nieto es un hombre joven con los 52 años que apenas cursa de vida y nada le impide ser miembro activo del instituto político que lo cobijó y encumbró a la posición de candidato presidencial en el 2012.
Con toda su experiencia política en el terreno y su profesión de abogado, al menos podría escribir un libro del que sí recuerde su título y contenido para cualquier momento que se lo preguntaran, y claro, el nombre del autor sería más que fácil de enunciar.
El hecho es que todo indica que Peña Nieto está y se siente sólo, perdido, haciendo un balance en realidad negativo de su gestión al frente de la Presidencia de la República, que se revela cuando señala que el creyó que ese encargo ciudadano, sería casi igual al de gobernar una entidad, y dice, no lo fue.
Cualquiera pensaría además, que al eliminarse el Acuerdo de suministrar pensión a expresidentes, Peña requerirá trabajar. Otro con verdadera necesidad de sostener una familia que ya se acostumbró a muchos bienes suntuarios, al menos diría que ya está revisando opciones.
¿O acaso su holgura económica lo tiene muy tranquilo?
Acta Divina… Enrique Peña Nieto, Presiente de la Nación, dice no tiener certeza en lo que será a futuro su vida personal.
Para advertir… Y en realidad, ningún presidente de México se retira totalmente de la política, algunos hasta extensiones familiares tienen muy activas.
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