Joel Hernández Santiago
“¡Morena! ¡Morena! ¡Morena!…” Fue el grito exultante que daba cuenta de que nuevos tiempos políticos en México habían llegado a la Cámara de Diputados –como al Senado de la República.
Ahí estaban los Diputados que iniciaron la LXIV Legislatura en San Lázaro. La mayoría de ellos provienen del partido que hizo suyo el slogan de “Juntos haremos historia” en tono de gesta y en tono de unidad nacional; aunque vale aquí la gran pregunta que ya hace tiempo contrastó un grupo de los historiadores más relevantes de México: “Historia ¿Para qué?…
[Sin entrar por ahora a la vieja discusión de las razones de la historia pero sin olvidar el apotegma de Heródoto con aquello de que “quienes no recuerdan su pasado, están condenados a repetirla…” o acaso lo que escrituró Cicerón con aquello de que “la historia es maestra de la vida” o “si los hombres conocen la historia, la historia no se repetirá” que dijera Brunschvigg…]
Pues eso: Morena dice que “Juntos haremos historia”… está bien. Pero ¿qué historia habrá de hacerse y escribirse? ¿Cuáles vericuetos de los recorridos humanos habremos de caminar para saber el contenido de esa historia nueva?
Ojalá que esa historia que habrá de escribirse más tarde, luego de seis años, sea la feliz historia de un país que quería cambiar y que, por lo mismo, hizo su cuarta transformación para conseguir el todo cumplido para todos.
Pero mientras son peras o son manzanas, el tema es que este miércoles 29 de agosto se instalaron las dos Cámaras federales: Diputados y Senadores y en ambas predomina el júbilo marrón porque tienen en sus manos gran parte del destino de lo que será esta Nación en los seis años siguientes…
Para empezar, muy seguramente recibirán la encomienda de la creación de la Secretaría de Seguridad, a la que se ha comprometido el presidente Enrique Peña Nieto a petición del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
¿En qué consistirá y cómo habrá de operar? sus protocolos, conocimiento y responsabilidades federales serán el tema de discusión que, al final, será aprobado porque es el compromiso adquirido… ¿Será ésta la solución a la tragedia mexicana de la violencia criminal y los daños colaterales en un país ensangrentado? Ya se verá…
Luego está lo de reformar las reformas o de plano derogarlas para empezar de cero, como es el caso de la Reforma Educativa que con bombos y platillos presentó el presidente mexicano apenas comenzar su gobierno en diciembre de 2012 y que fueron su bandera y su orgullo sexenal: Las Reformas Estructurales… Y ¿qué tal la Reforma Energética? …
El paquete de reformas o derogaciones o iniciativas que propondrá el nuevo presidente López Obrador a partir del primero de diciembre de 2018 se irá desgranando a su llegada y serán las Cámaras las responsables del “si” o el “no”, aunque este último será difícil de ocurrir dada esa mayoría legislativa, que harán valer como ayer mismo se vio cuando los diputados de Nuevo León reclamaron que el Tribunal Electoral les devolviera dos diputaciones que les quitaron hace apenas unos días: “¡Morena-Morena-Morena!” fue el grito en respuesta a cualquier atisbo que entorpezca su triunfo, su mayoría, su todo para nosotros…
Pero esto habrá de ser el signo de nuestros tiempos políticos. Está bien. Lo decidió la mayoría electoral el 1 de julio pasado. Lo que sigue es ver que en efecto se cumpla la promesa de AMLO en el sentido de dar a cada uno de los poderes su propio peso, su responsabilidad histórica y su independencia del presidencialismo también histórico en este país…
Por lo pronto ya está tejiéndose el sexenio de 2018-2024. Y hay símbolos ahí, como es el que representa que Porfirio Muñoz Ledo, con toda su historia de vaivenes políticos, de confrontaciones, de ser el ‘enfant terrible’ de la política mexicana: tan controversial como querido, como odiado; tan controversial él como los videos que circulan en redes sociales exponiéndolo al desprecio, acaso para muchos merecido por su arrogancia, prepotencia y descrédito a todo lo que no sea él mismo…
En fin… Será él como presidente de la Cámara de Diputados para el primer periodo legislativo, quien coloque la banda presidencial en el pecho de un hombre que quiso ser el Presidente de México y que después de muchos años lo consiguió porque quiere ser -dijo la noche del primero de julio-: ‘El mejor presidente de la historia de México’.
Así que ya está todo dispuesto para comenzar la nueva etapa política de México. Que sea para bien de todos, pero sobre todo de quien más lo ha necesitado y lo necesita hoy mismo.
jhsantiago@prodigy.net.mx