Luis Alberto García / Moscú
*Renovación con Harry Kane al frente de otra generación.
*El recuerdo de Jimmy Greaves, Bobby Charlton y Paul Gascoigne.
*A Wayne Rooney le apareció un sustituto en la selección nacional.
* Welbeck, Sturridge y Vardy tomaron el lugar de los ídolos jubilados.
*Lo mejor y más importante, es que ya hay un estilo de juego.
Inglaterra es el equipo de las diez rosas rojas, de los tres leones azules dibujados como símbolo heráldico de la monarquía más añeja de Europa; la cuna del futbol moderno con la selección más antigua del mundo -primera en jugar un partido internacional contra Escocia en 1869-; la ganadora de la Copa Jules Rimet en 1966, y una participante sin expectativas en la Copa FIFA / Rusia 2018.
Aún así, sin pretensiones, con lo que le alcanzara, su director técnico, Gareth Southgate, se permitió jubilar a buena parte de los antiguos ídolos, a los futbolistas presentes en el evento mundialista de 2014, diseñando un combinado que dejó más o menos satisfechos a millones de súbditos de Elizabeth Alexandra Mary de Windsor, la reina Isabel II de Inglaterra.
La renovada formación fue integrada desde un principio por los delanteros Jamie Vardy, Raheem Sterling, Marcus Rashford y, especialmente, por Harry Kane, titular sin discusiones en la línea de fuego inglesa, después de la jubilación casi forzada de Wayne Rooney, quien, previo al campeonato mundial de Rusia, aunque anunció voluntariamente su retiro de la selección.
Con bastantes lauros recolectados desde principios del siglo XXI con los futbolistas a quienes Alex Ferguson elevó a glorias insospechadas como el gran guía del Manchester United, Rooney, el indómito jabalí cuya carrera se originó en 2002 en el Everton, continuándola posteriormente como estrella insustituible en Old Trafford, encontró un excelente sustituto en el “Huracán” Kane.
Desde la aparición de Rooney, ningún otro delantero causó tanto entusiasmo como Harry, y su convocatoria a la selección mayor llegó en marzo de 2015 como premio a su rendimiento ante los más duros defensas y adversarios que inútilmente trataban de contenerlo, obligando a su debut ante Lituania, el 27 de marzo de ese año.
Entró al campo en sustitución de Rooney a los 71 minutos de juego, y en el 73 anotó el primero y más celebrado de sus goles -empezó con el pie derecho, dirían algunos-, cumpliendo así el más ferviente deseo que pueda tener un futbolista en su debut internacional.
“Ese primer llamado fue como un sueño convertido en realidad, y estamos seguros de que llegará a ser uno de los mejores delanteros del mundo”, expresó el entonces entrenador nacional, Roy Hodgson, quien dejó su lugar a Southgate al año siguiente.
En menos de tres años, Harry Kane arrebató la titularidad y el simbólico número 9 a Daniel Sturridge, Danny Welbeck y Jamie Vardy, este último, la revelación del Leicester, que sorprendió a Inglaterra al ganar por primera vez en su historia la Premier League, dejando en la lona a los multimillonarios y más poderosos equipos ingleses.
Sin vedetismos ni egolatría –como habitualmente pasa con figuras como Cristiano Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic para no ir lejos- Kane juega para el equipo y no para sí mismo: baja por balones y resiste a los marcadores más rudos y violentos.
Por si fuese poco, se asocia con los mediocampistas, cede la pelota a sus compañeros de línea, se desmarca fácilmente y lo mejor del negocio: culmina su labor haciendo goles, y es por eso que las ofensivas de Inglaterra y del Tottenham en mucho dependen de Harry Kane.
“Es intuitivo, escucha los consejos y es decisivo en el último instante de un avance, y por eso es bienvenida su frescura y excelente forma física”, dice Gary Lineker en elogios que se ajustan totalmente a la realidad.
Y si las alabanzas vienen del centro delantero que en México 86 marcó media docena de goles para ser el mejor anotador del torneo –triplete a Polonia, doblete Paraguay y uno más a Argentina en el célebre partido ganado (2-1) por los sudamericanos (uno de ellos con la ayuda divina- todavía mejor.
Mario Kempes (Argentina 78), Salvatore Schillachi (Italia 90), Gary Lineker (México 86), Oleg Salenko y Jhristo Stoichkov (Estados Unidos 94), Davor Suker (Croacia) y James Rodríguez (Colombia), han sido los artilleros anotadores de seis goles, cada uno, en diferentes campeonatos del mundo; pero todos manteniéndose lejos de Just Fontaine, el francés que marcó trece en Suecia 58.
Para la temporada 2015-16 existía la incertidumbre sobre si lo hecho en los últimos meses sería el mayor logro de Kane o era el comienzo de la trayectoria de un delantero que hiciera época, incluido él, esa duda permanecía: “También he estado en las tribunas –dice- como un aficionado más, y si un desconocido marca más de treinta goles, habría que preguntarse si podría repetirlo”.
Con 25 fue líder de goleo en la Premier, algo que un jugador inglés no conseguía desde que Kevin Phillips no lo hacía desde 2000 con el Sunderland; pero Harry lo hizo en el siguiente torneo: fueron 29, para hacer presentir a la prensa que se aproximaba alguien que hiciera recordar a los jefes del área de ayer y sus descendientes.
Medidos tiempos y distancias –de 1966 a la fecha- Harry Kane hace pensar en muchos cañoneros, pero sin llegar todavía a ser comparado con Geoffrey Hurst, Bobby Charlton, Martin Peters, Alan Ball, Terry Butcher, Kenny Dalglish, Paul Gascoigne, Jimmy Greaves, Glenn Hoddle, Kevin Keegan o Wayne Rooney.
Sin embargo, el primero de sus admiradores está dentro de su mismo equipo, el Tottenham Hotspurs: es Hugo Lloris, el portero de Francia, número 1 de los campeones del mundo en Rusia, quien dijo: “Kane es impresionante, nació para anotar”.
En marzo de 2018, Harry sufrió una lesión en el tobillo derecho que hizo pensar a Mauricio Pochetino que quedaría fuera de la temporada de Liga, y a Gareth Southgate sin tenerlo listo para el Campeonato Mundial de Rusia; pero en tres semanas se reincorporó al Tottenham y al cuadro nacional.
Inmediatamente después de la conclusión de la Copa FIFA / Rusia 2018, se especuló que iría el Real Madrid para ocupar la vacante que dejó Cristiano Ronaldo, traspasado al Juventus; pero Kane prefirió seguir siendo fiel a los gallos del técnico argentino, no obstante que sus bonos subieron a su vuelta a Londres.
“Si el Paris Saint Germain pagó por Neymar al Barcelona 222 millones de euros, Harry le costaría al Real Madrid 223”, afirmó el presidente del club inglés, Daniel Levy, al coincidir con el ex futbolista Darren Anderton, quien aseguró que, con ese olfato de gol y tal potencia goleadora, Kane podría ser un óptimo sustituto del magnífico y antipático delantero portugués.
Recuperado en parte el pasado perdido, el equipo nacional inglés se reinventó sin caer en estereotipos, ha definido un estilo de juego, defiende bien y ataca de cerca y de lejos, con los mejores delanteros, como se vio en Rusia, dijo reflexivamente Peter Schmeichel, ex portero de Dinamarca hecho en Inglaterra para gozo de la afición y orgullo del Manchester United.
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