Claudia Rodríguez
Este día se cumplen ya cuatro años de la marcada desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en Guerrero, y el Estado mexicano nos queda a deber a todos por este desprecio a la seguridad, a la vida y a la falta de justicia.
La noche del 26 de septiembre de 2014, los sucesos en la ciudad de Iguala, marcaron el parteaguas de lo que vendría para la Presidencia de México. Del cielo a la escolaridad. La primera lograda a base de billetazos y la segunda, forjada en el ultraje de distintas formas a los mexicanos.
Todavía muchos nos preguntamos cómo es posible que hechos como los de aquella noche en la ciudad de Iguala sigan sucediendo; y ni el desprestigio agobie a nuestras autoridades.
En el lugar de los hechos, se tiene documentado que policías uniformados emboscaron cinco autobuses de estudiantes de la Normal y a otro que llevaba a un equipo de fútbol profesional. Ahí mismo se soltaron los disparos desde fuera de los vehículos con el saldo de seis personas muertas, más de veinte heridos y los hasta ahora “desaparecidos” 43 normalistas. Es difícil olvidar que el cuerpo de una de las personas asesinadas fue encontrado a la mañana siguiente y escabroso reconocer que le habían quitado el rostro.
El presidente Enrique Peña Nieto, pese al ardor nacional dejó el caso en sus funcionarios y en una Procuraduría General de la República (PRG), que muy pronto se vio rebasada por el cúmulo de corruptelas para ocultar lo que realmente sucedió en Iguala.
Peña Nieto encontró otras de sus grandes crisis sexenales en la que todos nos vemos envueltos y ya no logramos salir. Pero Peña intentó resolverlo muy rápido en diciembre de 2014 cuando llamó a la sociedad mexicana a superar lo sucedido aquél imborrable 26 de septiembre, y seguir adelante.
Lo que puso sobre la mesa el primer mandatario, fue seguir sin que mediara la justicia como sucede repetidamente en este país.
Ese comentario de olvidar, convulsionó a las redes sociales, colocando el hashtag #YaSupérenlo como tendencia nacional en Twitter.
En este 2018, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, acusa a la PGR de incurrir una práctica profesional acéfala en algunos tramos de la investigación del caso de la desaparición de los normalistas y señala que los pobres resultados alcanzados por esta instancia, sólo demuestran que la indagatoria se ha conducido con altibajos, “y con episodios de falta de profesionalismo”.
Los miles de muertes y desapariciones en México son un lastre nacional que no pueden archivarse en ningún cajón del olvido. Los responsables no deberían tener más responsabilidad que no se subsané con un: “me equivoqué”.
Acta Divina… Apenas el primer jueves de diciembre de 2014, el presidente Peña Nieto visitó Guerrero para solicitar a la sociedad mexicana a seguir adelante pese al gran dolor por la desaparición de los normalistas.
Para advertir… Ya Peña está en plenas vacaciones de un Gobierno que no fue.
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