CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre (AlMomentoMX).— Para evitar riesgos de enfermedades, las autoridades de Indonesia comenzaron a enterrar en fosas comunes a cientos de cadáveres en descomposición de las víctimas del terremoto y el tsunami del viernes pasado en la isla de Célebs.
Han pasado cuatro días del terremoto de magnitud 7.5 y el tsunami que azotó las ciudades de Donggala y Palu, con olas de hasta seis metros de altura. Los desastres naturales han dejado al menos 844 muertos, según los últimos datos oficiales; aunque el registro del puesto de comandancia militar alcanzó más de 900 muertos.
Los rescatistas siguen buscando posibles sobrevivientes entre las ruinas de decenas de edificios destruidos, mientras voluntarios cavaron una fosa de unos 100 metros en Poboya, en las colinas sobre la devastada ciudad costera de Palu, para enterrar los cuerpos.
Aunque en un primer momento las autoridades agruparon los cuerpos en morgues improvisadas para poder identificarlos, pero para prevenir enfermedades y epidemias se decidió realizar entierros masivos. Ante esta situación, se decidió realizar una fosa común con capacidad de hasta mil 300 víctimas, en donde los voluntarios comenzaron a introducir los cuerpos.
“La mayoría de los cadáveres han empezado a pudrirse, por lo que los vamos a enterrar en fosas comunes lo más rápido posible para evitar que presenten un riesgo de enfermedades epidémicas”, dijo el portavoz de la Policía Nacional, el general de brigada Dedi Prasetyo.
De acuerdo con un periodista de la agencia AFP, tres camiones cargados de cadáveres envueltos en bolsas naranjas, amarillas y negras, llegaron al lugar. Uno por uno, fueron colocados en la fosa y recubiertos de tierra.
Los rescatistas han estado trabajando arduamente para evacuar a los sobrevivientes y sacar un gran número de cuerpos de los escombros de edificios dañados y destruidos en las zonas más afectadas. Al mismo tiempo, la Policía y el personal militar fueron enviados para salvaguardar varias estaciones de servicio de combustible y supermercados alrededor de Palu con el fin de evitar saqueos.
Por su parte, el presidente de la Cruz Roja Indonesia, Jusuf Kalla, denunció que el daño causado a la infraestructura ha obstaculizado la distribución de alimentos y medicamentos a unas 16 mil 732 personas que fueron enviadas a campamentos en Palu y Donggala, y los distritos de Sigi y Parigi Moutong.
Pese a la declaratoria de emergencia, el gobierno de Indonesia reiteró que no solicitará ayuda internacional para hacer frente al impacto devastador del terremoto y tsunami, pero aceptará la oferta de asistencia logística y apoyo humanitario.
La ayuda internacional se limitará al servicio de transporte aéreo con aviones que podrían aterrizar en una pista de dos mil metros, tiendas de campaña para refugiados, equipos de procesamiento de agua y paramédicos. Hasta el momento, varios países, como Australia, Tailandia y China, ya han ofrecido ayuda y suministros, mientras que la Unión Europea (UE) anunció 1.5 millones de euros (1.74 millones de dólares) en ayuda financiera inmediata para los afectados.
Indonesia, hogar de 260 millones de personas, es una de las naciones más propensas a los desastres del mundo, ya que se ubica en el llamado “Anillo de Fuego” del Pacífico, donde chocan las placas tectónicas, provocando actividad sísmica y volcánica frecuente.
AM.MX/dsc
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