Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Nuevo USMCA, la carcajada de las hienas
Hay mucha algarabía en México por los hechos difundidos desde Washington la semana pasada -al cuarto para las doce-, pero de bien a bien no se sabe qué se celebra: ¿La extinción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o su venenoso placebo, el nuevo Acuerdo Comercial Estados Unidos-México-Canadá, presentado con las impronunciables siglas USMCA?
Si fuera lo primero, vendría un alivio para los productores rurales y los medianos y pequeños industriales mexicanos, que con el TLCAN han sufrido penurias en grado de quiebra y desaparición.
Si fuera lo segundo, basta con escuchar o leer las expectoraciones de Donald Trump resumidas en medios mexicanos bajo el encabezado: ¡Yo gané!
La región se hace más proteccionista
Con eso estaría dicho todo, sino fuera porque aquí mismo se escriben notas al margen. Por ejemplo, el representante del gobierno de la República entrante en las negociaciones, Jesús Sade acota que dicho acuerdo puso reglas de origen más duras, y eso hace que la región sea más proteccionista.
Es de subrayarse ese dato, porque el gobierno de Enrique Peña Nieto blasona que México está a la vanguardia en tratados de libre comercio, con 44. Obviamente, el USMCA se sobrepone a los otros 43, de ahí su naturaleza proteccionista, según lo reconoce Sade.
Además, desde la trinchera de defensa del TLCAN y en el compromiso asumido con el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, Peña Nieto se había erigido en acusador del proteccionismo recalentado por el inquilino de la Casa Blanca.
Para los ganones, subsidios gubernamentales
Entrando en algunos detalles recuperamos otra situación. Los estados del Pacífico norte mexicano (Sinaloa, Sonora y Baja California, principalmente,) son base de la producción de agropecuaria nacional. Su fuerte es la agricultura de exportación y de productos alimenticios para el mercado interno.
Pues bien: El secretario general de la Alianza Campesina del Noroeste, Raúl Pérez Bedolla denunció que nuevamente el sector queda en desventaja. Mientras que los granjeros de los Estados Unidos y Canadá siguen recibiendo subsidios gubernamentales, la administración neoliberal se los sigue regateando a los productores domésticos. No hay forma de entrar a la competencia trilateral, menos la global.
Ninguna obligación de elevar salarios en la industria automotriz
La otra cuestión que le sigue en gravedad la plantea un representante de los hombres de negocios locales. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón revela que el USMCA no obliga a la industria automotriz aquí instalada a elevar los salarios de la mano de obra nacional.
(Casualmente, ayer se dio a conocer que un corporativo trasnacional que opera en los Estados Unidos, dominante en el mercado de comercio electrónico anunció un nuevo salario mínimo de 15 dólares la hora. Para una jornada laboral en México de ocho horas, estaríamos hablando de un equivalente a 2 mil 400 pesos mexicanos diarios aproximadamente.)
No hay capacidad de imprimir valor agregado a nuestros productos
Expertos mexicanos en materia de comercio global, nos asestaron otra consideración de no poca monta. En dos y media décadas del TLCAN, México no avanzó en la formación de talentos propios, duchos en tecnologías de punta para competir con las potencias industrializadas.
Lo que entendemos por esa observación, es que México carece los instrumentos idóneos para imprimirle valor agregado a sus productos, de lo que sigue que seguirá dependiendo de la industria foránea maquiladora o ensambladora que, sobre todo en las zonas fronterizas pioneras, paga salarios de hambre a su personal.
Ni los propios negociadores de Peña Nieto pueden darse por bien servidos con el USMCA: No hubo compromiso explícito de cancelar los aranceles al acero y aluminio mexicanos. Eso va a otros paneles.
Se prescinde de la Organización Mundial de Comercio
De Europa llegan otras noticias: El nuevo arreglo trilateral coloca in articulo mortis a la Organización Mundial de Comercio, pacto multinacional donde deben dirimirse las controversias en la materia.
Si algo de consuelo le queda a los mexicanos, quizá quedó abierta una ventana de oportunidad en el texto del acuerdo. Según una lectura, México preservó su derecho soberano a reformar su Constitución y legislación internas en materia de hidrocarburos.
¿Revisamos o nos quedamos con la Reforma Energética?
En dicho caso, el próximo gobierno le puede encontrar atenuantes al desastre dejado por la Reforma Energética.
Por lo expuesto a vuelo de pájaro, se puede decir a los negociadores del USMCA: Sí, como las hienas, que fornican una vez al año y se alimentan de carroña, entonces, ¿de qué se carcajean?
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.