Claudia Rodríguez
De manera más que errónea, en México los funcionarios públicos de cualquier nivel y ámbito, han constreñido la violencia desbordada en el país y los mismos focos rojos, respecto a los homicidios, desaparecidos o lesionados que se adicionan como producto de la fuerza del crimen organizado; que por cierto, no ha dejado de crecer, gracias a la colusión de los distintos Gobiernos.
Habría que puntualizar, que de hecho en México las tasas de homicidios de manera anterior a la declarada guerra contra el narcotráfico, desafortunadamente ya eran considerables, al grado que la acción homicida era desde entonces, la causa de mayor mortalidad en el país.
Ya en los primeros años de la Administración de Vicente Fox, los homicidios se constituyeron como la décima causa de muerte entre los mexicanos; pero sobre todo de hombres de todas las edades.
No obstante como se apuntó líneas arriba, la violencia en México y las consecuencias negativas en decesos y lesiones, no sólo son producto del crimen que proviene de la comercialización en la ilegalidad; sus causas son multifactoriales y lastimosas.
Es así que valdría la pena atrevernos a tipificar las violencias y hasta sus orígenes; porque ahí están las que se perpetran del hombre a la mujer hasta llegar a los feminicidios –y en algunos casos que también crecen, a la inversa—, las que se dan por riñas personales o de bandas, la violencia creciente hacia nuestros adultos mayores, la torturas de todo tipo, la violencia que perpetran con los que se creen diferentes, la violencia que ejercen quienes creen es la vía para resolver su propio conflicto, las violencias a las que en los últimos tiempos nos hemos asomado los mexicanos de índole político-judiciales; y así, podríamos sumar más ý más violencias, como las del poder del Estado al gobernado, de las empresas al consumidor…
Esas diferentes violencias que día a día se presentan en todo nuestro país, llevan a la sumatoria de los resultados del crimen, y no se originan únicamente, por motivos del narcotráfico.
Qué lejos están nuestras autoridades de entender que la violencia se perpetra en la pobreza, en la falta de oportunidades como educación, trabajo, servicios de salud, créditos, recreo.
La violencia en sí, es para algunos la base de su sustento por lo que es difícil pensar que es un mero trámite socavarla.
Tampoco podemos olvidar la violencia que se ejerce por pensar distinto, por disentir, por investigar y que muchas veces termina en tragedia.
México más que ser violento, está violentado.
Acta Divina… El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, señaló la opción de legalizar el uso de la amapola con fines medicinales para disminuir los niveles de violencia en México; ‘es un tema que tendrá que debatirse’, externó
Para advertir… Hasta el diagnóstico nos quedan a deber.
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