Desde Nueva York
Ruben Cazalet
La discreción es madre del secreto. Cazalet
Después de 25 loables años de la COFECE, y su antecesor la CFC. Cuestiono, hasta donde aplica la tal Ley.
A manera de antecedente, que estoy seguro apreciable lector ni idea tiene, sin distraerlo de sus actividades cotidianas. “La prohibición de los monopolios en México se estableció en la constitución de 1917, en su artículo 28”. ¿Quién, quienes lo cobijaron? ¿Las instituciones? ¿Quiénes lo omitieron? ¿Los empresarios? O, una feliz familia que padeció del síndrome no veo, no escucho, solo aplico mi interés a costa los demás.
Monopolio es un concepto fuerte, mayor. Serio, institucionalmente riguroso. A sancionar a quienes rehúsan competir en la misma arena. De reparar, el resultado sería, mejor calidad, precios adecuados, servicio, el desarrollo de aplicaciones tecnológicas para mejorar sus productos, eficiencia en los procesos productivos, en fin, la competencia es sana, cuando en la arena los competidores luchan en el ring bajo las mismas condiciones.
Soy el único produzco cerveza, pan de caja, medicamentos, bebidas de cola, gas natural para tu hogar, luz, agua, gasolina para tu auto, café, huevos, tortillas, productos agropecuarios para tu sana dieta, boletos de avión, transportación terrestre, todos esos conceptos, no, NO refieren su precio real, en el México presente.
La infame cadena de distribución manosea los productos básicos de la canasta básica y, arrodilla a los productores. Los precios, la oferta y demanda, no necesariamente la determina la estacionalidad sino la distribución. (Para acabar de joder la exportación de los productos más gratos)
Quien lo padece es el consumidor final, sin miramientos de código postal de situación geográfica, diez o cero.
Las instituciones, los empresarios caminan en común sin suerte a revisar tal artículo. (Como tantos otros, no mirar, no aplicar, soslayar, al fin el consumidor paga, de boca chiquita, sin suerte a dónde acudir, a la PROFECO. Ja jajá. La lentitud magna, además el costo acudir a dirimir. ¡Por favor!… El consumidor cierra el pico. Acepta las atrocidades de los vaivenes del balancín de los precios, la calidad, las autoridades, ojo cerrado)
La primera ley que reguló sobre ello se tituló “Ley Reglamentaria del Artículo 28 Constitucional” viniendo después otras sobre ese tema.
La creación de un organismo regulador de la competencia se generó en 1992 cuando se expidió una nueva legislación, que fue la Ley Federal de Competencia Económica el 24 diciembre de 1992.
En esta ley se creó un organismo rector de la competencia denominado “Comisión Federal de Competencia Económica” (CFC). Aunque el sentido fue loable, las limitaciones profundas.
Entonces el doctor Levy, en el timón, hizo lo que la Ley permitió. Proeza mayor, jalarle las orejas a corporaciones mexicanas poderosas. Sin final exitoso, los aires y venirles a las réplicas no constituyeron un desenlace poderoso. Además, cargaba con el mercado de telecomunicaciones, una asignación que amerita especialistas de gran calaje.
La COFECE hoy, heredó hartos entuertos de Don Santiago Levy Algazi
Por acuerdo presidencial desde julio del 2014, con amplias, y mayores facultades inicio la cacería de aquellos actores en el mundo de la competencia económica abuzan para eliminar las barreras a la competencia y la libre concurrencia, a regular el acceso a insumos esenciales a insistir en prácticas monopólicas, pero aun, a ordenar la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos, en las proporciones necesarias para eliminar efectos anticompetitivos.
Reconozco el enorme papel que ha realizado la COFECE, además de encubar mensajes en los medios de las virtudes de la competencia económica, se ha hecho de “muy buenos amigos” para sancionar a mayores y menores en la cancha sin temor, sin corrupción, con funcionarios de primer nivel a quienes no les tiembla la mano a sancionar.
Sin gana a joder, qué pasó con el caso NADRO-MARZAM. Continúa la investigación por presunta colusión entre los agentes económicos. Además, podrían ser sancionados por no presentar en tiempo y forma su solicitud de concentración. Igual sabemos del amparo el cual venció, me preocupa tal silencio. Se trata de distribución de medicamentos para cualquiera clase social. Tema mayor, resultado público, lo deseamos conocer.
Enhorabuena a la COFECE, en su 25 aniversario.