CIUDAD DE MÉXICO, 23 de octubre (AlmomentoMX).-Es un error de las políticas económicas neoliberales promover el libre intercambio de capitales, bienes y servicios entre las naciones, y pensar que detrás de ellos no irán las personas, los trabajadores y sus familias, señaló el senador por Morena, Ricardo Monreal.
Indicó que cuando entró en vigor el TLCAN 1.0, en 1994, se dijo que la migración mexicana a Estados Unidos de América se detendría, porque ahora vendrían a México las empresas y los empleos que los compatriotas iban a buscar allá. Sucedió exactamente lo contrario.
“Llegaron las empresas y los empleos del libre comercio, pero los trabajadores mexicanos nunca obtuvieron los sueldos y salarios por realizar aquí el mismo trabajo que los norteamericanos y los canadienses hacen allende las fronteras. La política de contención salarial se convirtió, inhumana y antieconómicamente, en la principal “ventaja competitiva” de México. Por ello la migración se disparó”.
Además, dijo, sufrió una mutación: junto con el clásico migrante pobre del campo empezaron a emigrar jóvenes de la ciudad con niveles de escolaridad medio y alto, profesionistas, amas de casa y hasta niñas y niños no acompañados que iban en busca de la madre o padre migrante.
Manifestó que hoy tenemos una crisis humanitaria en la frontera sur, provocada básicamente por la violencia y la pobreza que azota a los países del llamado “triángulo del norte” en Centroamérica, especialmente Honduras, atizada por una coyuntura política: las elecciones intermedias en Estados Unidos de América y la lucha opositora en Honduras, entre el Partido Libre y el Partido Nacional.
“México se encuentra entre la espada y la pared en esta coyuntura, con una implicación o desafío político para el gobierno entrante. ¿Qué hacer?”
Señaló que antes que nada, no caer en la tentación de reprimir o encarcelar a la caravana migrante. Es decir, no criminalizarlos. México dispone de mecanismos institucionales para ofrecer refugio y asilo a las y los migrantes centroamericanos que así lo soliciten.
“Ampliar el programa de visas de trabajo ya existente, para que los centroamericanos laboren en tareas del campo o en el sector servicios de manera segura, legal y regular. Y aunque la mayoría de ellos van por los dólares americanos, no tras los pesos mexicanos, este programa ayudaría a contener y ordenar la presión migratoria en la frontera sur. Es algo que ha venido ofreciendo el presidente electo AMLO”.
También, indicó, se debe dejar bien claro a Washington que, en lugar de pedir a México que se convierta en un “tercer país seguro”, que le maquile la seguridad fronteriza en el Suchiate, la solución de fondo es impulsar a Guatemala, El Salvador y Honduras como “primeras naciones seguras”, con un programa regional de cooperación económica para el desarrollo y fortalecimiento de sus instituciones de seguridad, a fin de que las personas hagan su vida en sus lugares de origen, sin las amenazas de la violencia y la pobreza.
“Ahora bien, si en la caravana vienen grupos con antecedentes criminales o que representen una amenaza para la seguridad nacional y continental (terroristas, tratantes de personas, traficantes de armas, drogas, dinero, etc.), México debe detenerlos inmediatamente y entregarlos a la justicia. Pero sólo a ellos, no a toda la caravana”.
Finalmente indicó que en síntesis, nuestro país debe actuar soberanamente: ni ser el policía fronterizo de terceras naciones, ni la válvula de escape de países que han hecho de la migración su modus vivendi económico.
AM.MX/fm
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