CIUDAD DE MÉXICO, 23 de octubre (AlmomentoMX).-La desnutrición es un problema que afecta hasta en un 80% a los pacientes con tumores cancerosos localmente avanzados o metastásicos; cifra que puede variar de acuerdo al tipo de tumor, localización, etapa clínica y tratamiento que presenten los pacientes, señaló Miriam Sánchez, Maestra en Ciencias y Nutrióloga, coordinadora de Nutrición del Programa MICAELA .
Hace unos años, dijo, el tratamiento para atender el cáncer estaba enfocado exclusivamente al manejo terapéutico con quimioterapia, radioterapia y/o cirugía, entre otros; sin tomar en cuenta el estado nutricional de la paciente, sin embargo recientemente, se ha demostrado que el cáncer y el tratamiento son agresivos con el organismo de las pacientes y su estado nutricional puede comprometerse seriamente; derivado de la pérdida del apetito y de peso, sienten cansancio todo el tiempo, y en ocasiones desarrollan depresión, esto aunado con los cambios metabólicos que el cáncer les produce pueden llegar a sufrir una desnutrición calórica-proteica severa, la cual desencadena en una menor supervivencia, baja tolerancia a la quimioterapia y radioterapia, y aumento de la mortalidad postoperatoria.
Señaló que las pacientes con CaCu localmente avanzado reciben quimio-radioterapia a la región abdomino pélvica que trae como consecuencia toxicidad gastrointestinal principalmente náusea, vómito, diarrea, distensión y dolor intestinal y en ocasiones sangrado rectal. En estudios previos, se ha identificado que esta sintomatología provoca que las pacientes pierdan en entre 4 kg y 8 kg de peso durante los tratamientos. Por tal motivo, la intervención nutricional debe ser antes, durante y después de los tratamientos para minimizar al máximo su efecto.
“Actualmente, se reconoce la importancia de un abordaje multidisciplinario en pacientes con cáncer en donde el trabajo y experiencia de cada profesional de salud, potencializa el manejo integral en beneficio del paciente con cáncer, mejorando su pronóstico a corto y largo plazo. Un ejemplo de ello es el Modelo Integral para la Atención del Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado “MICAELA”, del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), que brinda una atención protocolizada y de vanguardia que incluye un seguimiento nutricional diseñado para cada una de las pacientes que atiende, así como apoyo psicológico y algológico”.
Indicó que este Programa está pensado para atender a 480 pacientes sin seguridad social y se busca replicar en otros estados del país. Hoy solo presente en la Ciudad de México, sin embargo, ya recibe a pacientes de diferentes zonas rurales de Chiapas, Hidalgo, Guerrero, Veracruz y Puebla, entre otros.
El equipo multidisciplinario de MICAELA reconoce que la nutrición de las pacientes con CaCu debe ser considerada parte esencial desde el inicio del diagnóstico, por ello, las nutriólogas adscritas al programa diseñan una dieta que les permiten hacer frente a los trastornos alimenticios que producen los medicamentos y la misma enfermedad.
“Son muchos los factores que afectan la nutrición de las pacientes que llegan a MICAELA, desde el sobrepeso u obesidad, diabetes, hipertensión, estrés, falta de recursos económicos etc., es por ello, que se realizan entrevistas personalizadas desde el inicio del diagnóstico con un acompañamiento semanal al inicio y durante el tratamiento y posteriormente mensual, hasta quedar en vigilancia”.
Refirió que la dieta que se propone para las pacientes con cáncer cervicouterino es con base en sus gustos, posibilidades, sus necesidades nutricionales, edad, peso corporal saludable, comorbilidad (diabetes, hipertensión, etc.); así como el tipo de terapias a las que son sometidas. Siempre buscando mejorar su calidad de vida y reforzar su organismo para acelerar su recuperación.
Manifestó que es importante mencionar que la alimentación no es restrictiva, hay muchos alimentos deliciosos que pueden incluir en su dieta, la clave es la cantidad y el tipo de preparación, por ejemplo, la combinación de cereales, frutas y verduras de temporada sin cáscaras ni semillas ricas en fibra soluble (avena, manzana, plátano, zanahorias). La correcta combinación y dosis de determinados nutrientes pueden producir respuestas específicas y beneficios para el organismo de la paciente. Y cuando es necesario se incluye una fórmula nutricional especializada que cubra deficiencias de algún nutriente.
“Es conveniente dar indicaciones alimenticias en cuanto al uso y preparaciones específicas de los alimentos para potenciar un nutriente o, al contrario, eliminar determinados componentes agresivos, como alimentos fritos, ricos en grasas de origen animal (embutidos, tocinos) e irritantes, esto es primordial. Para incrementar su sabor hay varias recetas que gustan mucho a las pacientes y evitar que dejen de comer, como malteadas a base de frutas congeladas y yogurth con amaranto. Es importante no suprimir ningún grupo de alimento a menos que el especialista en nutrición lo recomiende”.
Finalmente señaló que una buena alimentación se debe iniciar en casa con la familia, no importa la zona donde se resida, siempre existirán opciones ricas para comer saludablemente. En ocasiones, las pacientes pueden cultivar y cosechar sus propios alimentos, principalmente frutas y verduras, otras opciones son elaborar quesos y yogurth natural.
AM.MX/fm
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