Claudia Rodríguez
No hay que buscar mucho para tender ejemplos sobre empresarios, políticos y comunicadores que intentan descalificar las acciones y las declaraciones que a cada paso da, el aún presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador; pero que en unas semanas muchos de ellos la cambiarán por lisonja.
En el año 2000 al arribo de Vicente Fox a la Presidencia de México, se detallaba una y otra vez, el final de siete décadas del priismo y hasta se alababa la transición. De pronto el panismo era el rey para distintos comunicadores y a la oposición se le sentó en el banquillo de los acusados. No obstante antes de la victoria de Fox en las urnas, muchos criticaban su “estilo” en muchas áreas y hasta dudaban de sus capacidades ya no para gobernar, sino para el cómo enfrentar el día a día.
Hoy en día, la práctica de la consulta por la decisión de las terminales aeroportuarias en la zona conurbada de la capital, puso en evidencia los grandes intereses de algunas empresas de comunicación en la terminal de Texcoco, o simplemente con las facturas por cobrar al gobierno en turno.
Ya hay espacios que empiezan a balancear sus tendencias, lo cual es lo óptimo, pero a leguas se nota que es más por conveniencia que por objetividad.
Cuando López Obrador llegue a ser el Supremo Poder de la Federación, será entonces el señor presidente de México –guste o no–, y como en otros tiempos, la cobertura a la investidura presidencial que se hará por muchos medios, será total y sumisa. Otra cosa será hacer el contrapeso limpio con otros eventos y personajes.
En México, la línea de los medios de comunicación de las grandes empresas, tienen mayor credibilidad que las propias fuentes origen desde dónde se produce la información, por lo que los mexicanos somos cautivos de una sentencia que se repite sin cesar.
López Obrador será presidente y entonces sí, habrá que rendir cuentas y sobre todo gobernar como lo prometió, siempre con la participación de los gobernados no sólo en los eventos electorales, sino para ir tomando decisiones que a muchos más interesen e impacten.
Es una nueva oportunidad y estilo de gobierno el que vendrá y en donde se pone hasta ahora al centro el bien común, lo que claro a muchos no les hace sentido porque será restarles prebendas.
Que sigan las consultas, que nos hagan partícipes de las deciciones de hacia dónde va el dinero público y las inversiones.
Suena bien, muy bien.
Acta Divina… “La consulta sobre el aeropuerto es una tomada de pelo, porque será un mínimo porcentaje de la población la que va a opinar por la mayoría y porque se puede votar varias veces, afirmó el candidato a la dirigencia nacional del PAN, Marko Cortés.
Para advertir… Cuánto enojo y cerrazón por la expresión y decisión ciudadana.
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