* El futuro no ilusiona a nadie, México pagará su intento de abrir las puertas comerciales a China
Gregorio Ortega Molina
¿Qué tan cruenta es una guerra económica y en cuántos frentes simultáneos se desarrolla? Lo que hace Arabia Saudita en Yemen es uno de los escenarios con horribles manifestaciones del carácter humano, sólo hay que revisar las fotos de las víctimas de la hambruna; la lista es larga: Turquía, Grecia, África, Brasil, Centro América y, no lo duden, México.
Lo que aquí sucede desde los actos terroristas que destruyeron las Torres Gemelas y lesionaron el orgullo estadounidense, es parte y resultado de la disputa económica que devino guerra. Las migraciones constantes son consecuencia directa de la disputa entre Estados Unidos y China-Rusia. Huyen del hambre, de la violencia, de la indignidad. Los que fallecen en el trayecto, o las víctimas de abusos sexuales o de trata, ¿deben considerarse casualties of war?
Es con este entorno bélico que se inicia el gobierno de la regeneración nacional, al que se le desalinearon los planetas para contradecir de lo que presumió el peñanietismo, cuyo comodín para impulsar el desarrollo económico fue su relación con China, misma que debió desanudar diplomática y económicamente. El tren de alta velocidad a Querétaro quedó en ensueño; el que se construye entre Ciudad de México y Toluca pueden ser víctimas de un capricho político, o de una infravalorada situación económica.
No es que haya descubierto la aguja en el pajar. Allí están los especialistas que lo advierten, aunque en esas opiniones anide el sesgo ideológico, como ocurre con lo dicho por José Ángel Gurría Treviño -identificado como el Ángel de la Dependencia en su momento estelar de la política nacional-; dijo el factótum de la OCDE: los riesgos para la economía mexicana en el entorno económico, comercial e internacional son reales, porque la economía mundial se desacelera, y si esperaban un crecimiento de 4 por ciento, se bajó a 3.7 por ciento. Es decir, un recorte de un cuarto de punto: la razón está en las presiones comerciales.
En la nota informativa se dice: “Gurría Treviño indicó que es necesario mantener la prudencia fiscal porque hay una deuda muy manejable y el gobierno saliente hereda una situación con finanzas públicas sanas… Somos un país que depende crucialmente del comercio internacional; hoy tenemos más de 370 mil millones de pesos en importaciones y otro tanto en exportaciones. Cuando hay incertidumbre sobre el comercio y la economía a nivel mundial, eso también afecta a los inversionistas”.
Se desalinearon los planetas, y a México lo alinearon en su integración a América del Norte. Jueguen las contras y ya veremos cómo nos va.
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@OrtegaGregorio