Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) es un centro de investigación “sin fines de lucro”, que actúa para resolver los desafíos más importantes para México. Buena rima.
Hacen falta muchas instituciones que sirvan a México sin fines de lucro en una situación nacional en la que, en materia de corrupción, el más tullido es alambrista.
El director del IMCO es Juan Pardinas, un mexicano imprescindible en los medios electrónicos; tiene su propio espacio en medios impresos y con frecuencia aparece en eventos mediáticos presentando resultados de las investigaciones de aquel organismo que, según es del dominio público, tiene una batería de reporteros de muy buenas calificaciones.
A principios de semana, don Juan Pardinas tuvo una de sus habituales incursiones en los medios para denunciar que, a causa de la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional, los inversionistas han perdido la confianza en México. ¡Qué pena!
Enrique Peña Nieto “no entiende que no entiende”
Casi a mitad del actual sexenio, agudos colaboradores de publicaciones londinenses jugaron con un retruécano hiriente: Peña Nieto no entiende que no entiende.
Por aquellos días, en el entorno empresarial internacional, se generaba un clima de desencanto con las reformas transformadoras procesadas por el fáctico Pacto por México. Se decía que se desaprovechaba el mexican moment.
El sustantivo era desconfianza. Si mal no recordamos, el propio Peña Nieto y su entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray reconocían que era un imperativo vital para la economía restaurar la confianza de los inversionistas extranjeros en México.
Abdicación a la obligación de gobernar
Hace unos días, en una publicación local especializada en economía y finanzas, se presentó un material de una investigadora de la Universidad Panamericana en el que se acusa al Presidente de abdicar a la obligación de gobernar. Abdicar, según nuestra Madre Academia, es renunciar.
Dicho en versión libre, se afirmaba que la Reforma Energética había sido traicionada por sus propios gestores. Se da el dato de que algunos inversionistas en el sector petrolero levan anclas para buscar mejores destinos; entre ellos Argentina.
Desde 2016 merodea en fantasma de la incertidumbre
Desde las campañas presidenciales de 2016 en los Estados Unidos y durante la gestión en la Casa Blanca de Donald Trump, las calificadoras neoyorkinas de deuda pública mexicana hablaron recurrentemente de la situación de incertidumbre que señoreaba sobre la economía nacional.
Esa pesimista percepción foránea se sostuvo durante el largo periodo de revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, iniciada a mediados de 2017.
De incertidumbre fue la visión durante las precampañas y campañas para la elección presidencial en México 2017-2018.
Los datos indicativos -derivados también de las variantes en las cotizaciones internacionales del petróleo, determinadas por la OPEP-, tenían como referentes el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores y los movimientos del tipo de cambio peso-dólar.
Los capitales golondrinos, tras los señuelos de la FED
Mucho antes de julio de este año, diversos análisis periodísticos, con base en reportes de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, daban cuenta de la fuga de capitales, principalmente de los que juegan en portafolios, en cuyo caso los aplicados en el mercado especulativo.
¿Qué factor influyó e influye en la huida de México de esos capitales golondrinos? No hay secreto: El afán de lucro. Los inversionistas extranjeros y los domésticos buscaron y encontraron un nicho con mayores rendimientos: El mercado especulativo de los Estados Unidos.
El insaciable apetito de ganancias lo exacerba la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) con frecuentes movimientos en la tasa de interés de referencia al alza. En esta carrera a campo traviesa, el Banco de México no logra alcanzar a la liebre.
Ahora mismo la Fed, a contrapelo del berrinche de Donald Trump, seguirá incrementando las tasas de interés. Lo acaba de anunciar hace unas horas el presidente de dicha agencia, que suplanta el papel de banca central, Jerome Powell.
De ello se colige que los jugadores en el mercado bursátil mexicano seguirán siendo atraídos por los señuelos de la Fed. Ahora resulta que, por la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional, anunciada hace unos cuantos días, los inversionistas han perdido la confianza en México. Más seriedad, señores.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.