Joel Hernández Santiago
El cierre de gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto (PRI) no pudo ser más agraviante. Un poco en tono de venganza por lo que considera la incomprensión nacional a su obra y a sus ‘Reformas Estructurales’, y por señalarlo como ser jefe de un gobierno corrupto en donde reinó la impunidad y, por eso mismo, decidió clavar la última espina a los mexicanos.
Una espina que sabe que habría de indignar y doler a millones al otorgar la presea más honorable y honrosa que otorga el gobierno mexicano, como es la de El Águila Azteca, a quienes sin haber nacido en México se distinguen por su obra y sensibilidad, solidaridad y apego a nuestro país.
Se había entregado antes, entre otros, a Gabriel García Márquez, a Arnaldo Orfila Reynal –el gran editor argentino, quien fuera director del Fondo de Cultura Económica y fundador de la editorial Siglo XXI-, Plácido Domingo, Augusto Monterroso, Álvaro Mutis y más.
Pero esta vez se la asignó el Gran Maestre de la insignia, Enrique Peña Nieto, ni más ni menos que a Jared Kushner, quien desde los pasillos de la Casa Blanca en Washington, fue el artífice, junto con el entonces Secretario de Hacienda mexicano, Luis Videgaray, para traer a su suegro, Donald J. Trump en agosto de 2016, por entonces candidato republicano a la presidencia de su país y enemigo acérrimo de México, a quien por entonces descalificaba –y descalifica aún– como país soberano, y a los mexicanos nos ha etiquetado entonces y ahora como ‘violadores’, ‘malvados’, ‘criminales’, ‘grasientos’ y más… Lo trajo, y así le fue a Peña Nieto.
Kushner trabaja para su suegro, no para Estados Unidos; él ve por los intereses políticos de quien aún insiste en la construcción de un muro que divida a EUA de México; y es el mismo que atiza golpes bajos porque sabe en dónde pegarle a los mexicanos, como ocurrió cuando se pusieron trabas económicas y aduanales al acero y aluminio. Fue Kushner quien dio la cara cuando se acusó a Trump de antisemitismo, diciendo que no lo es, ‘tanto así que permitió que su hija Ivanka se casara con un judío’: él. Los intereses de Kushner no son los de México y eso es más que evidente…
Y ahora, por las pistolas de Peña Nieto y por las pistolas de Luis Videgaray –ex canciller mexicano-, le entregan la Presea con el pretexto de que a Kushner se debe haber facilitado las negociaciones para el T-MEC –Tratado México-Estados Unidos-Canadá-. ¿Y entonces qué hicieron Videgaray y el ex secretario de Economía, Ildefonso Guajardo? ¿Y es que acaso no hay gente brillante que ha entregado su trabajo y su obra a México y lo mexicano?…
Pero, bueno, era cosa de desquite y de clavar esa espina que es una muestra más de la manera caprichosa, voluble y humillante como manejó Peña Nieto al país: los resultados estuvieron a la vista el 1 de julio de 2018…
Mientras que ocurría este hecho indignante, otro caso de arrogancia, soberbia y descomposición política ocurría en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). El escritor Paco Ignacio Taibo II que podría ser el Director General del Fondo de Cultura Económica, la más importante editorial iberoamericana, fundada en 1934 por don Daniel Cosío Villegas con el fin de aportar obras traducidas del pensamiento económico mundial a los estudiantes de economía en México y cuya tarea en libros se ha extendido hasta ser una obra máxima para la lectura y el conocimiento, con oficinas en distintos países hispanohablantes y cuya particularidad es precisamente, la de la divulgación de la cultura, el conocimiento, el pensamiento y la creación…
Y a la que han dirigido precisamente su fundador, Daniel Cosío Villegas, Arnaldo Orfila, Salvador Azuela, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Enrique González Pedrero, Joaquín Diez-Canedo y más… Y ahora, precisamente en ese menosprecio por la cultura, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador propuso a Paco Ignacio Taibo II…
Un escritor mediano, con obra mediana –casi siempre novela negra- con la que hace un festival en Gijón, España, su lugar de nacimiento, aunque naturalizado mexicano.
El personaje se incrustó al equipo de López Obrador desde la campaña electoral y fue el mismo que metió en un problema serio al candidato cuando en abril de 2018 dijo: “¡Si te quieren chantajear Andrés Manuel, exprópialos. Chinguen su madre. Exprópialos!” al referirse al conflicto entre AMLO e integrantes del Consejo Coordinador Empresarial.
Por entonces la sola idea de la “expropiación” generó una seria crisis y confrontación entre las partes. Pasó.
Esta vez en la mismísima FIL, Taibo II rebasó los límites al burlarse del Senado al que dijo que si para el lunes no se aprobaba la Reforma que le permitiera ser Director General del FCE, el presidente de México podría nombrarlo ‘encargado del despacho’: “así que se las metimos doblada, camarada” exultó.
Indignante este insulto no sólo porque proviene de un personaje que se supone que habrá de conducir una de las partes fundamentales de la divulgación de la cultura en lengua española, sino porque es una muestra del tono arrogante y triunfalista de quien se sabe vencedor en una contienda a la que él mismo dinamitó con sus dichos y poses de intelectual, aunque evidentemente no lo es.
Pero nada. Con todo y que Taibo II no merece estar en la dirección del FCE esto permitirá calibrar el grado de atención a la opinión pública que hace el nuevo presidente. La democracia participativa no sólo se muestra en consultas, también se ve y se percibe en la calle, en espacios públicos, en medios de comunicación y en esas “benditas redes sociales” que dijera AMLO.
Ya sean peras o sean manzanas, el agravio está hecho. Y lo que sigue, como dijera Elena Poniatowska, es responsabilidad del presidente López Obrador.
En fin. Dos agravios dos, en menos de una semana.
jhsantiago@prodigy.net.mx