Por Gilberto Celis
Supongo que aun aceptando que nada hay mal dicho si no fuera malentendido, uno del común, precisamente por serlo, se confunde cuando Alí Murat, el Notario Público y ex Diputado Federal por el estado de México y ahora gobernador de Oaxaca, anuncia hay que estar de fiesta porque nuestra entidad con mayor población indígena, fraccionada en 8 regiones, segundo lugar en pobreza, 570 Municipios de los cuales 418 son de usos y costumbres y 170 por elección de partidos políticos, en los próximos años López Obrador va a hacer lo que nunca se ha hecho.
— ¿O sea borrón y cuenta nueva en cuanto a los años anteriores a AMLO; como la deuda pública de Oaxaca que de los 12 mil 300 millones y tantos pesos con Gabino Cue, en solo dos años Alí Murat la triplicó y pasó a más de 37 mil 500 millones de pesos?
— ¿Y dónde está la corresponsabilidad cuando AMLO dice reiniciará la construcción de la supercarretera Oaxaca-Istmo que desde el gobierno del papá Nelson Murat Casab, pasando por Ulises Ruiz Ortiz, Gabino Cue y Alí Murat no se termina.
ASUNTO DE INTERPRETACIÓN
Con estas verdades a medias que dan lugar a cuestionamientos sobre la verdad real, podrá decirse que a la mano que toca el pandero pareciera interesarle más el tintineo por el yacimiento más grande de hierro en la región istmeña y ni se diga del petróleo, uranio, gas.
— Caray, tanta riqueza natural contradice las cuentas alegres por la activación nacional del desarrollo extranjero, con el histórico segundo lugar en pobreza.
— ¿Por algo de los 570 Municipios, 418 son de usos y costumbres y 170 por elección de partidos políticos?
Cada uno con su expresión, pero no deja de sentirse el hedor de la recomposición de la descomposición de los conversos que equilibran a MoReNa y que antes eran lo contrario a lo virtuosos que hoy insisten mostrarse.
— En ese proceso tan distractor como peligroso para los del común, dejarle al mexiquense Ali Murat y a los mercaderes ahora legisladores de MoReNa la última palabra, es agregar pesadumbre a la insatisfacción.
— Oiga, a lo mejor está pasando como en la novela de Chesterton; que el bueno se mete a la Cofradía de los malos y al final resulta que todos eran buenos como él y que se habían metido para espiar; pero ninguno era malo, todos eran buenos.
— Por eso le digo.
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