CIUDAD
DE MÉXICO, 26 de diciembre (AlmomentoMX).-
Si bien ha habido cambios notables de 1968 a la fecha en materia de
medios de comunicación y telecomunicaciones, en esencia las mismas
familias concentran el poder, pues sigue siendo un país de
corporaciones, aunque uno de los avances que se destaca y tal vez el
más importante, es el referente al marco jurídico.
En
la década de 1960 había una ley federal de radio y televisión que
para 1970 ya se consideraba desactualizada, la cual privilegiaba
sobre todo los grandes intereses comerciales y económicos en los
medios de comunicación, explicó el maestro Gabriel Sosa Plata,
académico del Departamento de Educación y Comunicación de la
Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al
participar en la mesa La comunicación social, los medios y la
censura en el 68, moderada por la maestra María Dolly Espínola
Frausto, académica del Departamento de Educación y Comunicación de
la Unidad Xochimilco, reconoció que el nuevo marco jurídico no es
el mejor, pero sí logró un gran avance a través de la reforma
estructural de las telecomunicaciones que implicó un cambio en la
relación entre el poder político, los medios de comunicación y la
participación de la ciudadanía.
Uno
de los grandes logros de la reforma constitucional, comparado con lo
que prevalecía en 1968, fue la creación de un órgano regulador
autónomo de las telecomunicaciones, el Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT), que ahora tiene la facultad, que antes sólo
tenía el poder ejecutivo, de otorgar o quitar las concesiones de
radio, televisión y telecomunicaciones.
Es
un brazo que le arrancaron al sistema presidencialista de partido
único predominante en los años 60 del siglo pasado, que premiaba o
castigaba con las concesiones y los empresarios actuaban en
consecuencia editorialmente para ser funcionales al poder político,
un sistema de componendas que llevó a una fuerte concentración
mediática.
Respecto
de los medios comunitarios dijo que hay un reconocimiento legal,
aunque aún hay muy pocas radios del tipo en México y no es todavía
un modelo desarrollado ni con el potencial de la radio comercial,
hace 50 años éstos eran ilegales, clandestinos y no tenían ninguna
posibilidad de desarrollo o de expansión.
Durante
años existió el monopolio de la radio y la televisión sin
participación del Estado, pero justo a finales de la década de 1960
y después, en el gobierno de Luis Echeverría, hubo una mayor
intervención estatal en los medios de comunicación para crear su
propio sistema de medios y se quedó con el Canal 13, concesión que
detentaba Francisco Aguirre Jiménez.
En
el sexenio de Miguel de la Madrid se creó un sistema de medios a
través de distintos institutos y aumentó la cobertura de la
televisión con la creación de la red nacional 7, pero seguía
siendo una sola voz, a través de la radio y la televisión comercial
y las emisoras del Estado, aseguró el presidente de la Organización
Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias.
En
términos tecnológicos “el cambio ha sido brutal”, ya que la
llegada de Internet y el uso de redes sociales ha transformado el
ecosistema mediático de las relaciones entre ciudadanía, audiencias
y poder político que “podemos considerar como un gran avance, y
aunque parece que esto da mayor libertad de expresión, también
existen posibilidades de censura, ya que quienes detentan la
infraestructura de las telecomunicaciones siguen teniendo un cierto
control.
Sosa
Plata aseguró que prácticamente no hay acervos sonoros de lo que
pasó en 1968 y quizás si hay algunos los tienen muy resguardados o
desaparecieron, en cambio existen mucha documentación sobre la radio
en los años 30 o 40 del siglo pasado.
El
doctor Fernando Juan García Masip refirió que 1968 empezó como un
movimiento que quería cambiar valores en muchos niveles y cuando
quiso dar el paso a una propuesta de cambios institucionales y se
avizoraban elementos de insurgencia, vino la masacre.
En
esa época el poder del corporativismo no pudo incorporar al
movimiento estudiantil y entonces tuvo que ser cercenado, cuando el
sistema político mexicano se había consolidado gracias a la
capacidad de institucionalización de las formas colectivas en
figuras corporativistas, explicó el profesor del Departamento de
Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco.
Esta
consolidación se dio en el gobierno de Lázaro Cárdenas, en el que
imperaba un autoritarismo presidencial con vocación incluyente, que
permitía la organización de sectores en la medida en que se
agruparan en algún tipo de asociación como la Confederación
Nacional Campesina, la Confederación Nacional de Organizaciones
Populares, la Confederación de Trabajadores de México y la
universidad, entre otras.
AM.MX/fm
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