Francisco Gómez Maza
• La guardia nacional serrá la misma gata, pero revolcada
• Mejor atacar de lleno su columna vertebral: sus finanzas
Arrancando el año, arrancando la violencia asesina, que no parará, lo augura la realidad de muchos soles y lunas, ni con la guardia nacional decidida por el presidente Andrés Manuel López Obrador. No es el Chapo Guzmán. No es el Mayo Zambada. Es toda una maquinaria con apoyo de la mafia de Estados Unidos y del submundo criminal para cuyo poder los estados no están ni remotamente preparados. La delincuencia organizada es parte del poder de los grandes financieros del mundo, desde Frankfurt, Londres, hasta Wall Street.
Para domeñarla se requiere una acción conjunta para desactivar la demanda de estupefacientes. No es, no será suficiente, una guardia nacional como la propuesta por el nuevo presidente de México. Ni el Ejército, ni la Marina, ni la Policía Federal, y menos las corporaciones policiacas estatales y municipales pudieron abatir la criminalidad derivada del narco en los últimos 12 años, en donde muchas autoridades se coludieron con los capos del narcotráfico.
El primer día del año fue asesinado el presidente municipal de Tlaxiaco, Oaxaca, Alejandro Aparicio, a unas pocas horas después de tomar posesión de su cargo. Y aunque como lo afirma el gobernador Alejandro Murat, ya fue detenido el “probable” asesino, nada garantiza que la violencia asesina sea desterrada del actuar cotidiano de México. Hay intereses muy fuertes que lo impiden. La respuesta del gobierno debe ser más fuerte que tales intereses. Y en Oaxaca, todo el mundo lo sabe, hay fuertes intereses que se oponen a la paz. Es una entidad, como todo el país, injusta y la violencia es fruto de la injusticia (económica, social etc)
Pero no hay novedosas ideas para darle seguridad a la gente, a los políticos, a los periodistas, a los defensores de derechos humanos, a la gente de a pie (a cada rato violan y asesinan a jovencitas en la flor de la edad). No parece que funcione la imaginación en los estrategas del nuevo gobierno. La guardia nacional no garantiza nada. Como se dice en lenguaje popular, es la misma gata revolcada, aunque sea nutrida de jóvenes civiles, cuya convocatoria dio a conocer este miércoles el presidente López Obrador. Y mientras, el cambio es urgente. Ya no pueden seguir los malos haciendo de las suyas, como si fueran dueños de vidas y haciendas. El gobierno debe asumir el mando de la construcción de las obras sociales que ahora realizan los padrinos de la droga, que se ganan la simpatía popular porque satisfacen las necesidades de los pueblos en sus zonas de influencia.
La lucha, la batalla, para eliminar la delincuencia organizada y sus ejércitos, va más allá de la violencia institucional. Nunca, en la historia de la humanidad, la violencia criminal ha sido vencida con la violencia institucional. Lo que hacen los gobiernos es alborotar el avispero, como ha ocurrido en México en los últimos 12 años, cuando la delincuencia actuó arropada por el poder político. Pero tampoco puede ejercerse la actitud del avestruz.
Van a reclutar a jóvenes para completar los 50 mil miembros de la Guardia Nacional, porque, argumenta AMLO, México, en relación con otros países, tiene pocos policías para atender el problema de la inseguridad. “porque no se le dio la atención necesaria”. No se vale culpar, sobre todo cuando se aplica una política de punto final que permite que los ladrones del sexenio pasado sigan viviendo en la completa impunidad, cuando la impunidad es aún la filosofía del mexicano junto con la corrupción y la simulación y el cinismo.
Según López Obrador, el gobierno necesita reclutar para integrar la Guardia Nacional, en un periodo de 3, 4 años, alrededor de 50 mil nuevos elementos “para cuidar a los ciudadanos, cuidarnos a todos, darnos seguridad”.
El secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, dijo que, desde el inicio del nuevo Gobierno Federal, comenzaron a desplegar elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal con miras a coordinarse en la Guardia Nacional. Se instalarán centros de reclutamiento militares y navales, a lo largo del país, para que “los jóvenes que habitan en la República (puedan sumarse a) este esfuerzo nacional. Dicen que nos cuidarán a todos… Ummmmm… muchos marinos y muchos soldados no se han caracterizado por cuidarnos. Más bien, todo lo contrario. Me parece más eficiente lo que está haciendo Santiago Niieto: ir a la columna vertebral de la delincuencia. Sus finanzas, el lavado de dinero…
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