Claudia Rodríguez
Cuántos de nosotros pensaríamos que el robo de gasolinas, podría ser un problema serio para las compañías extranjeras que llegaron a establecerse en México, ofreciendo dicen, litros de a litro y mayor cortesía en el trato –no como el robotizado de los despachadores de las gasolineras de Petróleos Mexicanos.
Sin duda, los empresarios de otros confines calcularon el riesgo que representa para ellos el robo de combustible a ductos, pipas, barcos y plataformas e incluso la violencia originada por otras causas en todo el país, y ese costo-riesgo, se lo endosan al final, al consumidor.
Andrés Cavallari, director de México de Shell Downstream –que opera habrá de señalarse, en más de 70 países, incluyendo México, como expendedores de gasolina–, señala que pese a que existe una preocupación por el robo de combustible, no es un factor que vaya a detenerlos de seguir haciendo negocio en nuestro país, que es totalmente rentable para ellos.
De acuerdo a Cavallari, los gasolineros no son los realmente afectados por los robos, ya que gran parte del costo por vigilar y reparar un ducto, se distribuye entre los participantes de la cadena, y con el gasolinazo puesto en marcha, más la posterior liberación de los precios: el costo final se traslada al consumidor.
Esto explica en primera instancia, porqué parte de la población, también participa en la compra de gasolinas robadas, que por supuesto, se expenden hasta en la mitad de lo que se ofrecen en gasolineras establecidas.
El problema del huachicol, no sólo se presenta como daño a la nación entre quienes o no organizados, violentan ductos y pipas, sino entre quienes hacen facturas apócrifas para robarnos miles de litros de gasolina de un plumazo.
Es necesario que la población entendamos el reto de terminar con quienes nos han hurtado por años de manera doble –desmantelando Pemex y ofertando el litro de gasolina a precios impagables–, porque el mercado ilícito de las gasolinas provoca otros más que aniquilan a la sociedad.
Como ya se enunció en este espacio, se requieren entre 50 y 60 litros de gasolina para refinar y obtener un kilo de cocaína.
Hay muchos actores con nombre y apellido, que dejaron creciera la delincuencia desbordada en el país, que cobra decenas de vidas cada día y la verdad es que necesitamos un “ya basta” enérgico.
Acta Divina… “Parte del costo se lo puedes pasar al cliente en cierto punto, y él decide si lo quiere. Hay muchos costos que tú puedes pasar a la operación, y también existen costos privados y federales”: Iván Sandrea, director general de Sierra Oil & Gas.
Para advertir… Hay quienes ganan miles de pesos diarios por la venta ilegal de gasolina; seguro no se conformarán con la ayuda que ofrece ya Andrés Manuel López Obrador.
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