Francisco Gómez Maza
• Las afores son un sistema para esquilmar al trabajador
• En tanto, las clases dominantes se enriquecen a lo bestia
Esta situación no puede seguir como está. Los que siempre salen perdiendo son los pobres, los trabajadores, esté quien esté encabezando el gobierno; diga lo que diga el presidente en turno. El sistema está concebido para joder al más débil y privilegiar al poderoso, a las clases dominantes. Las afores sirven para financiar a los poderosos. Para eso sirven. No para beneficiar a los pobres ahorradores. Eso ocurre en este sistema capitalista de casino, de palenque, de garito, y en los sistemas de economía planificada como, en aquel tiempo, la Unión Soviética y actualmente China o Vietnam o Cuba.
Es demagogia pura esa frase lopezobradorista de “primero los pobres”. Sí, diría yo, enojado, “primero los pobres de mis amigos”. Por ejemplo, habría que ver cuántos trabajadores han sido despedidos de su trabajo del primero de diciembre a la fecha, por la maldita política de austeridad republicana, que ni es austeridad ni es republicana. Y peores injusticias ocurrían durante los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN. Los trabajadores siempre pagan los platos rotos. Las clases políticas dominantes se enriquecían a lo bestia.
El periódico El Universal, y lo menciono porque es algo de verdad irritante, demuestra la verdad que estoy asentando en el primer párrafo de esta nota. Dice la reportera que “El ánimo positivo y los propósitos de un mejor año financiero en 2019 se vinieron abajo para Angélica, María y Rubén. Los tres recibieron una mala noticia, al ver el estado de cuenta de su Afore: sus ahorros para el retiro volaron entre septiembre y diciembre del año pasado. La misma historia ocurrió para millones de trabajadores. Los tres empleados vieron que el rendimiento de sus ahorros registró una minusvalía de entre 6 mil y hasta 15 mil pesos en los últimos cuatro meses del año.
Y es que a algún idiota de esos que han gobernado este país con ideas precapitalistas, manchesterianas, fondomonetaristas, neoliberales, se le ocurrió que los ahorros de los trabajadores deberían ser manejadas por empresas del sector privado que, por supuesto, no van, no velan, por el bienestar de los dueños de tales ahorros, sino en cómo lograr agandallarse tales ahorros con mil vericuetos y trampas, y transas. El chiste es que ellas se queden con el dinero de los trabajadores, con la venia de las autoridades gubernamentales. Se supone que las afores son para que los trabajadores, cuando se pensionen, reciban de ese ahorro su pensión mensual, pero en la práctica reciben pensione ridículas porque los empresarios se quedan con la tajada más grandota.
De acuerdo con la nota firmada por María Saldaña, las administradoras de fondos para el retiro les detallaban a los dueños de las cuentas de ahorro, en el estado de cuenta, que la disminución de sus ahorros durante ese periodo se debió a mayores tasas de interés en Estados Unidos, al Brexit entre otras causas.
Sea lo que fuere, los asalariados pierden hasta $15 mil pesos en sus Afore. Por ejemplo, al enterarse de las minusvalías que reportaban las Afore, Angélica abrió su estado de cuenta y se dio cuenta de que 12 mil 548 pesos de sus ahorros volaron. A Rubén, su Afore le notificó que reportó una disminución de 12 mil 625, entre septiembre y diciembre pasados. Las pérdidas pudieron ser más altas, pero no lo fueron debido a que las empresas en las que trabajan hicieron aportaciones en ese periodo; de lo contrario, el saldo negativo hubiera sido mayor. María, quien recibió el viernes pasado su estado de cuenta, se enteró de una minusvalía neta de 14 mil 948 pesos en el periodo; sin embargo, sabe que recibirá una pensión del gobierno porque la contrataron con la ley de 1997; es decir, no dependerá de lo que acumule en las Afore. A Edith, que es cliente de Principal, y que perdió casi 6 mil pesos, fue notificada por su Afore de que estos “eventos que se presentan periódicamente y son parte natural de cualquier inversión. En donde hay que asumir niveles de riesgo para lograr rendimientos por arriba de la inflación”. En cambio, Estela, quien tiene su Afore en Sura, comentó que su minusvalía neta fue de 5 mil 591 pesos, pero no recibió explicación alguna.
De acuerdo con la Consar, el total de cuentas administradas por las Afore ascendió a 62.9 millones al cierre de 2018. El mayor número de clientes se concentran en Azteca, CitiBanamex, Coppel, Sura, Banorte XXI y Profuturo.
Pero bueno. Estas fluctuaciones, curiosamente siempre a la baja – quien sale perdiendo es el trabajador – son consecuencia del capitalismo de casino en el que se mueve esta economía mexicana en la que quien tiene más saliva traga más pinole. Así la heredaron los ladrones que han gobernado a los mexicanos desde la revolución mexicana, salvo honrosas excepciones, una o dos. El reto de Andrés Manuel López Obrador es mayúsculo porque no sólo tiene que enfrentarse a los huachicoleros y a los corruptos del sistema político, sino a un sistema financiero integrado por desalmados usureros.
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