Claudia Rodríguez
Primero se apropiaron de las calles, de los parques, de las plazas y hoy, ya se encuentran al asecho de nuestros niños a unos pasos de sus casas o de sus escuelas; esos criminales que encuentran un grado de placer malsano en violentar y hasta asesinar a nuestros niños y adolescentes.
Ya no sólo los adultos sentimos temor de que nuestros hijos caminen solos por las calles ante la realidad aplastante, también los niños y jóvenes sienten temor de ser sustraídos.
En agosto del año anterior, los niños mexicanos revelaron que su mayor miedo era el ser robados y no ver más a sus padres, a sus familiares. A las angustias de estos chicos se sumaban los problemas de salud, la falta de dinero en su casa y la violencia de todo tipo, de acuerdo a un estudio revelado por la organización Save the Children, la que señaló que también la niñez mexicana estaba consciente de lo que sucedía en su entorno con respecto a otros como ellos, que a diario eran buscados por sus familiares y que incluso, algunos eran encontrados sin vida.
Para obtener tales conclusiones, Save the Children consultó a 3 mil 33 menores de edad, en 60 escuelas públicas de 13 estados de la República Mexicana: Baja California, Colima, Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa y Yucatán.
Los datos fríos, las cifras atemorizan hasta el que no conoce la realidad mexicana: tres menores asesinados al día y hasta ahora casi siete mil desaparecidos; además de todos aquellos que se suman a las filas de los grupos delincuenciales..
Es un hecho que la seguridad de la casa y la escuela tiene que ser traspasada por la misma vida y el desarrollo en ella. No podemos sólo escondernos. Las calles son nuestras y la fórmula quizá sea protegernos unos a otros.
Es necesario de igual forma, escuchar y conectarnos con los relatos de los niños sobre discriminación, violencia o hasta sobre atención de alguna otra persona.
Ante la ola violenta que hay en el país y humanos sin escrúpulos, ni moral, hay que protegernos. El corazón de muchos se va lacerando cada vez que sabemos que un niño o adolescente, no regresará más a su casa.
No importa cuántos policías haya en nuestra comunidad: proteger a nuestros niños es tarea de toda la sociedad.
¡Ya basta!
Acta Divina…“Ante el complejo contexto, encontramos que las voces de niñas, niños y adolescentes no son escuchadas. Si en esta etapa no les escuchamos, estaremos violando sus derechos básicos y perdiendo la oportunidad de tener adultos participativos”, señaló María Josefina Menéndez, directora general de Save the Children México.
Para advertir… La falta de educación y valores, carcome a cualquier sociedad.
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