Claudia Rodríguez
De la crisis migratoria que se vive en México con las presiones de los Estados Unidos para construirnos un muro y las deportaciones frecuentes, hasta la insistencia de mexicanos y centroamericanos que cruzan nuestra frontera norte en condición de ilegales; no puede ser el padre, el Gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador, pero claro que ya empieza a tener repercusiones la eterna imposición de reglas migratorias estadounidenses, en razón de lo que marca su propia ley, sin tener la posibilidad de hacer valer la nacional mexicana.
El Gobierno de Donald Turmp, nos ha impuesto como nación, la devolución de centroamericanos para que esperen hasta dos años en nuestro país la resolución de sus trámites particulares de petición de asilo, haciendo valer su soberanía y legislación, sin contemplar aspectos torales de la nuestra, lo que además violenta el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular aprobado el 10 de diciembre pasado en Marrakech por el Gobierno mexicano; debido a que esas devoluciones y no migraciones, para nada representan ni seguridad para el deportado, ni para muchos de quienes tienen que albergarlos, en primera instancia, por una cuestión de espacios y tareas no definidas.
Las medidas unilaterales en el área de migración en lo que respecta a nuestra relación con los vecinos del norte, casi siempre nos ponen en situación de desigual y hasta peligrosa.
Es cierto que el actual Gobierno mexicano, ha señalado que nuestro país respetará nuestras propias leyes, Constitución y tratados internacionales para dar acogida y recibir algunos de estos migrantes no mexicanos que enfrentan el proceso migratorio, con el fin último de dar protección y respetar sus derechos humanos; pero en realidad hace falta un andamiaje jurídico no contradictoria ante una situación que puede llegar a poner en controversia todos los preceptos jurídicos que nos atañen en ese renglón.
Entre tanto, en la fronteriza de Tijuana, se conoce de una larga lista de espera de migrantes que desean solicitar asilo en Estados Unidos y que se encuentran en albergues bajo condiciones de precariedad que para nada, en principio, respeta sus derechos humanos.
Esta bomba cada vez tiene más y más presión, y se debe a que la política estadounidense de puertas cerradas, con todo y que no hay un muro físico, aun.
Acta Divina… El Pentágono ha dicho que no se construirá el muro fronterizo con México y el presidente Donald Trump, señala que ya lo pagamos los mexicanos a través del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Para advertir… Trump insiste en la construcción del muro en su frontera sur, lo que parece ser su real ambición política, más que la propia reelección.
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