Claudia Rodríguez
Cuando la diputada local de Veracruz, Ana Miriam Ferráez del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), señaló que una medida para evitar los feminicidios que asolan a su entidad, sería la de poner en práctica un toque de queda para que las mujeres ya no salieran de sus domicilios particulares a partir de las 10 de la noche “mientras esto se arregla”; una andanada de críticas en negativo se cernieron sobre la legisladora veracruzana, al grado que tuvo que disculparse de manera pública por su propuesta.
Es cierto que la violencia que se ejerce sobre la mujer de cualquier edad hasta quitarle la vida, no se aliviará con sólo poner un cerrojo, porque además, muchas veces el victimario es más que un conocido, hasta un familiar; pero si algo hay que aplaudir, es que la propuesta temporal de la diputada Ferráez como ella acotó, por más disparatada o simplista que sonara, volvió a poner al centro del debate nacional, la vulnerabilidad del género femenino en la sociedad, y hasta distintos compromisos no escritos por muchos mexicanos para auxiliar a las mujeres en cualquier situación de alarma.
En México, el feminicidio se ha convertido en un signo de alerta social pese a que sólo el 2.3 por ciento de los delitos registrados a nivel nacional, se contabilicen como tal.
Para que se señale un feminicidio, el homicidio debe cumplir con los requisitos del artículo 325 del Código Penal Federal, en el que se establece tal delito como “privar de la vida a una mujer por razones de género”. Las razones pueden mostrarse como signos de violencia sexual de cualquier tipo; lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida de la víctima; antecedentes de violencia por parte del victimario; una relación sentimental, afectiva o de confianza entre víctima y victimario; que la víctima haya sido incomunicada previo a la privación de la vida o que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
Pero el mayor problema de lo que se acota en tal artículo del orden penal, es que todas las anteriores consideraciones quedan a criterio de los Ministerios Públicos o de los propios jueces. Es así que muchos feminicidios quedan archivados como homicidios dolosos, lo cual resta importancia en términos cuantitativos a este crimen que pone a muchas mujeres en circunstancias críticas en su entorno, sin más justicia que procesar judicialmente al homicida, en muy contados casos.
Después de todo. la diputada Ana Miriam Ferráez sólo está tratando de proteger a las que no son visibles y hasta asesinadas tan sólo por ser mujeres.
¿Quién tiene otra idea? O sólo se trata de criticar y dejar que los feminicidios incluso, no cuenten.
Acta Divina… “Quiero ofrecer una disculpa a todas las mujeres veracruzanas, no supe expresar de manera correcta la indignación, la impotencia y el dolor que siento ante esta situación de las cuales somos víctimas las mujeres en nuestro país”: diputada local de Veracruz, Ana Miriam Ferráez.
Para advertir… Pese a todo, el conteo de 2018 arrojó que se registraron 2.2 feminicidios al día. Uno cada 11 horas.
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