Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
Lo saludable es que la política vuelve por sus fueros en un México saqueado y agobiado por los bellacos.
Dos signos destacan en ese proceso, en que se abandona la mera gestión administrativista del poder: 1) Se restablece la operación política y, 2) Su elemento consustancial, la Comunicación Social, marca la agenda del debate público.
Preciso es subrayar una calidad de la Política; la de altura, que hace al estadista velar por las futuras generaciones; rasgo que lo diferencia de los politicastros, que sólo bregan como manada acéfala por las próximas elecciones.
La política de altura tiene su desnaturalización en la de cabotaje; la practican obscenamente francotiradores.
Ha aparecido por ahí un nuevo grupúsculo, formado por residuos de partidos que fueron derrotados en 2018 -uno en riesgo de perder el registro legal-, que le tira a todo lo que se mueve.
Esta semana, a esa facción de damnificados se sumó Vicente Fox, jurado enemigo de Andrés Manuel López Obrador desde 2005.
Apenas una semana después de que el Presidente tomó posesión, con estilo de artillero el guanajuatense expectoró: Eres sinónimo de terquedad; disfrazas tu autoritarismo de salvador. La verborrea del incontinente continúa en las redes sociales.
Lo dice quien, en 2006, fue señalado por los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de, entrometiéndose en las campañas, poner en riesgo la equidad democrática.
Ya denle al guanajuatense su mariguanol
No es que Fox represente amenaza real al nuevo gobierno. Lo que pasa es que el exacerbado vaquero se siente con autoridad moral y política para juzgar a los que ve como adversarios; él que, requerido en su mandato a actuar en cierto conflicto, respondió alelado: Y yo, ¿por qué?
Que Fox se tome en serio, ya de por sí es fétida cachaza. Lo sorprendente es que algunos medios de comunicación metropolitanos lo sigan tomando en serio, a pesar de saber que Fox busca licencias oficiales para dedicarse al negocio de la mariguana.
Pero así es la política: Permite que la democracia dé espacio hasta a aquellos que la han combatido sañudamente. Contra la nostalgia de Los Pinos, no hay vacuna.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.